“En el arte de ascender lo importante no es no caer, sino no permanecer caído” (Papa Francisco)

jueves, 5 de marzo de 2020
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03/03/20- Si nos acercamos a una cárcel vamos a encontrarnos con un muro de hormigón, pero hay otro, mucho más fuerte y pesado que es el ideológico, construido con prejuicios.

Iniciamos un nuevo ciclo: “No permanecer caídos”, junto a la Fundación Espartanos, un grupo de acompañamiento de personas privadas de su libertad a través del deporte, la educación, el trabajo y la espiritualidad.

Damián Donnelly es el actual presidente de La Fundación, visitó los estudios de Radio María en Buenos Aires para contarnos cómo se inició esta historia de amor y misericordia: “Eduardo «Coco» Oderigo, fue a visitar un penal de máxima seguridad cerca de donde vivía, porque un amigo le había dicho que quería conocer una unidad penitenciaria. Lo que vio dentro de la cárcel lo dejó helado: las condiciones en las que vivían los presos, y la desesperanza generalizada se le instalaron en el corazón. Le prometió al director del penal volver para hacer «algo». «Coco» volvió: Quería enseñar a los internos a jugar al Rugby. Le dijo: «¿De verdad pensás que tiene algo de positivo enseñarles rugby, un deporte ultraviolento, a personas ultraviolentas? Es como echarle nafta al fuego». Pero Coco parecía convencido, así que lo dejó hacer.

El comienzo de «Los Espartanos»

Comenzó un martes, con 10 reclusos, uno del pabellón de los «evangélicos» (los más tranquilos) y nueve del pabellón más peligroso. Terminaron abrazados. Y comenzó el milagro: esas personas, en las que nadie creía, con ese deporte «violento», estaban logrando una transformación increíble dentro de las cárceles. En la página de la fundación podemos ver la progresión: de los 10 reclusos y dos voluntarios del primer martes, hoy el programa llega a «65 unidades tanto en hombres, jóvenes adultos y mujeres, en cinco países, 19 provincias, con aproximadamente 3000 jugadores y jugadoras, participando del programa. 202 Expartanos (ex presidiarios que ya cumplieron su condena) trabajando en 74 empresas. Actualmente dictando una docena de cursos en el Centro Educativo Espartano en Buenos Aires.

«La cultura del encuentro» o «la integración frente a la desintegración»

El Papa Francisco conoció la historia de los Espartanos, y fueron a verlo. Al enterarse que en el viaje dormían juntos ex-presidiarios, el director de la cárcel y uno de los jueces que los habían condenado, les dijo entrelazando los dedos de sus manos: «Eso que hacen ustedes se llama integración, que es lo contrario a la desintegración. Y hay que llevarlo a todas partes». Así que los miembros de la fundación, que creían coronar una obra, volvieron con más trabajo a sus espaldas.

El Rosario en la carcel

La historia de cómo se comienza a rezar el Rosario en la Cárcel es otra historia maravillosa. La hija de Damián Donnely, conocido de Coco, tuvo un accidente en el año 2012. Un día, Damián necesitaba consultarle algunas cosas a Coco y Coco le pide a Damián que lo siga, hasta que lo lleva frente al penal de máxima seguridad. Allí, Coco le cuenta que había prometido a los reclusos llevarles un motivador profesional que a último momento le había fallado, y le pide a Damián que improvise una charla sobre algún tema motivador para ellos.

Damián, tomado por sorpresa, cuenta que en su familia (de 13 hijos), el único momento de paz era por las noches, cuando los hermanos se reunían en torno a la cama de sus padres a rezar el Rosario. Y les cuenta que al enterarse de una enfermedad muy grave de su hijo, había encontrado la paz que le otorgaban todos los Rosarios y las Santas Misas en las que había participado a lo largo de su vida.

Un tiempo después, deciden hacer un retiro espiritual dentro de la penitenciaría. Un amigo de ellos se entera de esta otra locura (¡Un retiro espiritual dentro de un penal!) y comienza a viralizar por email la idea. Varias personas se suman para rezar por los frutos de ese retiro y les envían una cartulina escrita con las intenciones, lo que conmueve enormemente a «Los Espartanos» que participaron del retiro.

Damián les da una charla sobre el Santo Rosario, y les deja un decenario y un librito sobre cómo rezar el Rosario a cada uno de los reclusos. Pero se da cuenta de que no sabían cómo tomar el decenario, y de que muchos ni siquiera sabían leer. Así que al viernes siguiente, fueron a enseñarles a rezar el Rosario.

La primera semana fueron tres o cuatro a rezarlo. Pero desde entonces no han faltado ni un solo viernes, con cada vez más gente «de la calle» rezando, y los Espartanos preparando sus cartulinas con intenciones para otros retiros espirituales que hacen «los de la calle».

Visita de la Virgen de Fátima

«La Virgen de Fátima visitó el penal el viernes primero de noviembre. Llegó en un momento «malo». Esa semana, dentro del penal habían ocurrido hechos de violencia muy serios en un enfrentamiento entre dos pabellones, con intervención del Servicio Penitenciario, quienes establecieron el orden.

Como consecuencia de ello, el Pabellón 10 no se podía visitar. Así son las reglas. La Virgen visitó todos los pabellones. Cada uno la recibió de distinta manera, acorde al carisma y a la espontaneidad de cada momento o pabellón. En cada pabellón se rezaba «por los muchachos engomados» (castigados y encerrados dentro de la celda por varios días) del pabellón 10.

Así las cosas, la Virgen visitó el pabellon siete, recibida con aplausos y cantos, enorme admiración y respeto, y cada uno pudo acercarse, tocar, mirar a los ojos y rezar interiormente. Después, en conjunto se rezó una decena y pasamos al pabellon ocho. Mas cantos, más devoción, mas admiración por esa fe que despierta la presencia de una imagen tan linda. Rezamos otra decena. Fue el turno del pabellón nueve, y si bien cada pabellón es distinto, la Virgen hace nuevas todas las cosas.

Cuando salimos del nueve, pasamos por la puerta del 10, cerrado. Pero se escuchaba a los muchachos «engomados», que rezaban el Rosario desde sus celdas. Luego fuimos al 11, rezamos una decena, tuvimos un buen rato ahí, y tocó el turno de ir al 12, que siempre recibe con enorme efusividad, cantos, aplausos. Una fiesta de la Virgen.

Pero estaba incompleta por los muchachos del 10… Después de pedir por favor el ingreso de la Virgen, el Servicio Penitenciario accedió a abrirnos las puertas a unos pocos. La Virgen había actuado. Fue impresionante. Cada celda (para 2 personas) ocupada por cuatro o cinco, y cerrada con candado.

Solo podíamos circular por el pasillo que tiene a las celdas pares de un lado y a las impares del otro. La Virgen se paseó por ese pasillo, y se detuvo en cada puerta para que los muchachos tuvieran un tiempo con ella para tocarla, pedirle y rezarle.

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Ahí, donde más dolor hay, donde más violencia hay, donde más desesperación y abandono hay, ahí es donde más gracia se derrama. Y nosotros fuimos testigos de eso. Nos quedamos todos mudos. ¿De cuántas formas más nos puede demostrar la Virgen que el Rosario es la oración de la paz?

Nuevamente, la Virgen había «transformado una cueva de animales en una casa de Jesus, con una montaña de ternura y unos pocos trapos», como dijo alguna vez Francisco. Nosotros, agradecidos de haber podido disfrutar de ese momento en primera fila.

¡Ya comienza “Hoy puede ser! Iniciamos un nuevo ciclo junto a la Fundación Espartanos, un grupo de acompañamiento de…

Posted by Radio María Argentina on Tuesday, March 3, 2020