En una cárcel de Mendoza inauguraron una capilla en honor al Santo Cura Brochero

miércoles, 27 de diciembre de 2017
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27/12/2017-  La Navidad llegó al Complejo San Felipe de Mendoza con la inauguración de la capilla Santo Cura Brochero. Por ese motivo el Padre Raúl Gómez, capellán del penitenciario, dialogó con Radio María sobre este regalo que para él es “por gracia de Dios,  un regalo del Niño Divino Jesús”.

Hacía 15 años que funcionaba la Penitenciaría y no tenía capilla. “Durante mucho tiempo se estuvo buscando un lugar” y “gracias el cariño de mucha gente pudimos concretar este sueño tan anhelado tan buscado” comentó el Padre Gómez.

“Un lugar de dolor y tristeza, también es un lugar de esperanza para todos,  tanto para los internos de la cárcel como toda la gente que trabaja en el servicio peninteciario y voluntarios”.

Celebraron la Navidad, la segunda misa en la Capilla que le han puesto el nombre del Cura Santo Brochero, que se debe al gran amor por el Santo que el Padre Gómez siente desde el seminario.”Creo que somos de los primeros” y contó que “la inauguración coincidió con la fecha en la que Brochero les hablaba a los internos de la cárcel de Córdoba por el año 1900”.

Sobre su tarea en la cárcel dijo que “cuando uno va a la cárcel no tiene que ir con prejucicios, sino con el corazón. Porque el corazón es el que habla, habla en cualquier persona que se haya equivocado en mayor o menor grado”. ¿ Por qué? Porque “son hijos de Dios, tienen ese dote de bondad que Dios nos ha regalado en la Creación”. Incluso sucede “con los chicos más rudos, cuando lo hacemos presente la oración, su corazón se abre”.

“He visto muchos internos llorar, y dar gracias a Dios porque de alguna manera encontrarse a Dios”. De hecho agradecen a Dios por lo que les ha pasado porque “aquí descubrí a Dios”. El Padre Gómez además de sorprenderse cada vez que Dios se manifiesta, dijo que  “uno diría en una cárcel que me puedo encontrar, me puedo encontrar con el Cristo Crucificado”.

Nos pidió oración por la mision que llevan, q ue “por ahí no es la más deseada”,  pero que “se van acercando cada vez más” y sobre todo los jóvenes.

Por último se despidió recitando una frase de Brochero “No son estos trapos los que me hacen santo, si no tengo caridad en mi corazon ni a crisitano llego”.