“En el sufrimiento no hay magia, hay gracia”

miércoles, 11 de julio de 2018
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09/07/18- Los días lunes el Padre Mateo Bautista, sacerdote Camilo, Master en pastoral de la salud y Licenciado en teología moral y espiritual, nos acompaña en el ciclo: “Te cuento un cuento para sanar”.

El nombre del cuento en esta oportunidad fue: “El escondite de Dios”:

Érase una vez que se era que Dios estaba jugando al escondite con los hombres.

 
Empiecen ustedes. ¡Escóndanse, hombres! Yo trataré de encontrarlos.

Así fue. Los hombres tramaron mil artimañas para buscar un escondite seguro. Dios se hacía el despistado, daba vueltas oteando diversos lugares y al fin los descubría.

Pero el problema le vino a Dios a la hora de esconderse El.

 
¿Dónde me oculto para que no me encuentren?

No le era fácil buscar un escondite seguro. Y consultó a sus ángeles.

 
Decidme, ángeles, ¿dónde me escondo para que los humanos no me encuentren, al menos tan fácilmente?

 
Santo Dios, escóndete en lo más alto del cielo, allá arriba… – propusieron los ángeles.

 
Mis queridos ángeles con agrado recibo vuestra sugerencia, pero los hombres han construido unos aparatos que se llaman cohetes y me encontrarían en un santiamén – argumentó el buen Dios.

Y el problema seguía. ¿Qué hacer? ¿Dónde esconderse? Dios convocó a sus arcángeles.

 
Decidme, ¿dónde me escondo para que los hombres no me encuentren?

 
Tres veces Santo, escóndete en lo más hondo de los profundos océanos – fue la sugerencia arcangelical.

 
¡Hum! Mis queridos y fieles servidores cuánto agradezco vuestro sabio consejo, pero los hombres han construido unos aparatos que se llaman submarinos y me encontrarían en un abrir y cerrar de ojos de su periscopio.

Y el problema seguía. ¿Qué hacer? ¿Dónde esconderse? Y Dios se acordó del refrán que dice: “Recibe un buen consejo aunque venga del diablo”, y creyó tener la solución.

 
Que venga a mi presencia el tentador – ordenó el rey celestial con su plenipotenciaria autoridad.

El maligno estaba más que extrañado.

 
En tu astucia, ¿dónde crees que debo esconderme para que los hombres no me encuentren, al menos tan fácilmente? – le preguntó Dios.

 
¡Oh, Sumo Bien y Bondad! Humildemente te aconsejo que te escondas en un lugar donde les va a ser muy difícil hallarte.

 
¿Pero, dónde, dime? – demandó Dios con cierta curiosidad.

 
¿Dónde? Vos, Majestad Divina, lo sabes muy bien. ¿Dónde? Escóndete en lo más hondo de su propio corazón y ya verás…

 

¿Cuál es tu mayor herida?; ¿En ese momento te has sentido solo, bloqueado o enojado con Dios?

El Padre Mateo al comenzar la charla dijo que ha observado que muchas veces cuando una persona entra en un proceso de duelo se enoja con Dios. “Se alejan de la comunidad, se bloquean y así sufren más. Detrás de una persona enojada con Dios o con la Iglesia siempre hay un duelo mal elaborado.”

En un proceso de duelo el primer paso es aceptar la realidad del sufrimiento y después encararlo como camino de sanación, hacernos dueños de ese sufrimiento y no quedarnos solos, pedir ayuda.

El sacerdote camilo explicó que cuando estamos sufriendo , nos enojamos y nos alejamos de Dios tal vez nos estamos perdiendo lo mejor de Dios. “En las historia de la Iglesia muchos Santos han nacido de dos fuentes: de la gracia de Dios y de duelos que han sido capaces de encarar”.

 

¿Cómo vivo mi fe cuando sufro?

“El principal recurso de sanación de todo duelo es Dios y el recurso de su gracia en la comunidad eclesial,” dijo el sacerdote.

Hay diferentes actitudes para asumir los duelos pero hay una diferencia entre resignarse y entre asumir y aceptar. “Cuando nos resignamos no estamos haciendo un buen camino del duelo . La resignación puede ser una etapa pero estoy invitado a aceptar la realidad . Lo que no se asume , no se redime, no se supera. La aceptación no es bajar los brazos, sino es buscar todos los recursos partiendo de una realidad que puede ser muy doliente.”

Cuando estamos en sufrimiento y sentimos bronca la tenemos que canalizar positivamente. “El sentimiento de bronca esta más relacionado con el amor más de lo que nosotros creemos, si hay bronca es porque hay un amor herido. Es una amor herido que tenemos que purificar”, dijo

 

Todo duelo hay que pasarlo con Dios , desde Dios , de la mano de Dios

“Hay que purificar nuestra fe. Ningún hijo que se siente amado por Dios , duda de su amor. En el sufrimiento no hay magia, hay gracia. Es importante abrirse a esta gracia y asumirlo en todas las dimensiones de la persona.”

 

¿Realmente asumo la cruz de Cristo en mi vida?

La cruz es una ocasión privilegiada para el crecimiento humano y espiritual.

Como tarea el Padre Mateo nos invitó a dar nombre a nuestro mayor sufrimiento, y ver que actitud tengo: ¿es una actitud positiva?; o por el contrario ¿estoy resignado, soy víctima y estoy en sufrimiento permanente?

 

 

Te invitamos a escuchar la entrevista completa en la barra de audio debajo del título.