¿En que lugar de nuestra vida necesitamos que Dios venga a nacer?

viernes, 25 de marzo de 2011
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Ignacio plantea en la segunda semana de los ejercicios como el comienzo del camino de la elección, comienza como a vislumbrarse las distintas mociones que el Espíritu Santo va poniendo en nuestro corazón. La elección que Dios hace de nosotros y a la que nos invita a elegir con El en éste buscar y hallar la voluntad de Dios para bien servirlo y bien amarlo en ésta segunda semana nosotros pedimos un interno conocimiento de nuestro Señor Jesucristo para que conociéndolo lo ame y amándolo lo siga. Como decía el Padre Salvador en estos días es un conocimiento del corazón, del alma, es un conocimiento personal, es un conocimiento mediado por la palabra, por la realidad pero que la mediación es lo que nos conduce al encuentro. Todo encuentro tiene un proceso de mediación que nos lleva a estar con lo que buscamos y queremos, lo que amamos y deseamos. En éste caso buscamos queremos deseamos y amamos el encuentro personal con Jesús y todo de lo que nos valemos, todos los ejercicios que hacemos tienen esa finalidad que es la de ponernos en contacto con el Señor y desde la Gracia del encuentro con El poder amarlo profundamente, enamorarnos y re enamorarnos de Jesús y desde ese lugar por las mociones que El pone en nuestro corazón seguir el camino por donde nos conduce. El Espíritu con el que el Señor nos visita es suave, es una presencia contundente, tiene firmeza pero no violenta el corazón. Esto distingue el modo la forma con la que Dios se vincula con el ejercitante. Es como un poco de agua que cae sobre una esponja que lo absorbe todo. El otro modo de estar presente,el que no quiere la obra de Dios y busca justamente interferir en medio nuestro en los ejercicios cae como estrepitosamente haciendo mucho ruido y es como una gota que cae sobre una piedra y explota. Digo esto para que vayamos distinguiendo modos de ir sintiendo en nuestro corazón para distinguir como obra Dios y el que no quiere la obra de Dios. Hoy compartimos el texto del nacimiento de Jesús en San Lucas

Capítulo 2

1 En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo.

2 Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria.

3 Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen.

4 José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David,

5 para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.

6 Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre;

7 y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.

8 En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche.

9 De pronto, se les apareció el Angel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor,

10 pero el Angel les dijo: «No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo:

11 Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor.

12 Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre».

13 Y junto con el Angel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:

14 ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él».

15 Después que los ángeles volvieron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado».

16 Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre.

Hacemos lo que en los ejercicios traer a la presencia la historia. Se trata de reconstruir la historia de lo que contemplo a partir de los datos. Para esto ayuda leer varias veces el pasaje que yo quiero contemplar. En éste caso el Evangelio de Lucas 2, 1.16 donde está el texto del nacimiento de Jesús. Lucas sitúa la historia en el curso de un acontecimiento universal. Es decir Lucas nos presenta un acontecimiento bien referenciable, un hecho concreto, Augusto reina sobre toda la tierra, sobre el imperio Romano. Augusto dio un nuevo aspecto al mundo entero.. El tiempo comienza a medirse de otra forma. Hay un gobernador de Siria llamado Cirino que gobierna sobre Israel y manda que el empadronamiento se haga en el lugar donde pertenecen sus ancestros. Allí se empieza a producir un movimiento en la Palabra, el peregrinar de María y José con el niño camino a Belén que es la ciudad de David a cuya familia pertenece José. Un peregrinar hacia Belén, un pueblo perdido, el cual hay un registro importante en la Palabra de Dios en el texto de Miqueas 5.1-5 os dejamos tomar por ellla Palabra dice: aunque eres  tu Belén de Efratá aunque eres la menor entre las familias de Judá hasta el tiempo que ha de dar a luz. El pacerá su rebaño con el poder de Yahvé, con la gloria de Yahvé su Dios .El será la paz de todas las familias de Judá Nosotros abrazamos ésta historia y nos dejamos abrazar por ella. Llegamos hasta el lugar donde María está embarazada está por dar a luz. Comienza a producirse otro movimiento, un movimiento celestial, el cielo se mueve y comienzan los ángeles de Dios a acercarse con su gloria al encuentro del que había nacido pero primero al encuentro de los pastores que cuidaban el rebañoy también se ponen en movimiento. Van al encuentro de María, José y el niño que el ángel le ha dicho: lo van a reconocer porque está envuelto en pañales. Es interesante la palabra envuelto. Nosotros a la hora de pensar en que lugar de mi vida necesito que Dios venga a nacer. En ese lugar dejarme envolver por la presencia del Señor en éste encuentro de catequesis en los ejercicios de San Ignacio.

Ahora me ubico en lo que se da a llamar en los ejercicios la composición de lugar. Tengo que componer la escena. Ahora nosotros aparecemos en la escena, como un servidor dice Ignacio, no asumiendo un protagonismo principal sino como un servidor de lo que allí va ocurriendo por ejemplo en el peregrinar junto a María y José que conduce hacia Belén podemos ubicarnos con ellos buscando el lugar en el pesebre pero siempre acompañándolos, también podemos ubicarnos entre los pastores.¿que hacemos ubicándonos en algún lugar de la escena? Que dicen las personas que dialogan entre ellas, sentir los olores que allí hay, sentir la presencia de María y de José, uno puede imaginar mientras nace el niño y José ayuda, la alegría que hay en ese ambiente. Ver al niño que nace y jadea. Mientras todo eso va ocurriendo hay dentro de mi un montón de sentimientos que se despiertan y en ese sentir de lo que se me va abriendo en el corazón Dios que algo me va diciendo. Me abro al coloquio, al diálogo de corazón diciéndole al Señor que lindo que estés aquí. En ésta composición de lugar lo importante es que yo esté ahí presente, quiere decir que no ocurre lejos mío, que no soy un mero espectador. Esto permite ir al conocimiento interno de nuestro Señor. Estar ahí presente, como dice Ignacio. con todos mis sentidos interiores para poder quedarme contemplando. Para tener un interno conocimiento de nuestro Señor Jesucristo tiene que haber un vínculo entre la escena de la salvación y yo allí presente y allí formular la petición que yo pueda conocerte y amarte que amándote te sirva y sirviéndote te alabe y bendiga y alcance el fin por el cual me creaste que es lo que estoy buscando. Quiero buscar y hallar tu querer y tu voluntad en mi propia vida y desde ese lugar de novedad interior seguir el camino del Señor

Reflectir significa dejarme mirar por la escena como ubicándome en ella, como si presente me hallara dice Ignacio, es dejar que lo mirado me mire y me diga algo nuevo. Eso que me dice son las mociones interiores que se ponen en mi corazón, que el Espíritu pone en mi corazón

En el reflectir yo allí presente con todo lo que se mueve en mi corazón en lo que hace a sentimientos, afectos, deseos, voluntad que se mueve hacia, en todo eso están las mociones que Dios pone que para distinguirlas de las que no son de Dios que pueden aparecer también en la oración. La distinguimos como decíamos por la suavidad, la contundencia, la claridad, la paz, la alegría, la armonía con las que esas ideas se mueven dentro mio. En todo ese movimiento hay un decir, una palabra, un sentido, una orientación y eso es lo que yo tengo que tratar de captar mientras vas ocurriendo las cosas. Para eso hay que liberar el corazón desde una imaginación que hace re composición de lugar después de haber leído el texto en todos sus detalles y a partir de ahí con esa disposición interior dejarme conducir. Atención porque aquí puede aparecer la dificultad para el camino y el que no quiere la obra de Dios puede interferir, distraernos. Cuando eso ocurre uno lo saca afuera por aquello de que nosotros nos quedamos con lo bueno y largamos afuera lo que no sirve. Las buenas mociones, las del Espíritu tienen un estilo, una forma y las que no son del buen Espíritu tienen otra forma que es claramente distinguible por el estrépito, por el ruido, por lo distractivo. A veces puede ser costoso el ejercicio, lo importante es hacerlo. Cuando ha habido un costo a veces hay más siembra que beneficio.

 

                                                                                          Padre Javier Soteras