Me ví salir de la reja y me dije: soy libre, que hermosa es la libertad

jueves, 10 de mayo de 2018
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10/05/2018 Esta jueves dentro del ciclo que lleva adelante la Pastoral Carcelaria en el espacio de la tarde, Patricia Alonso coordinadora de la Pastoral Carcelaria Nacional nos habló sobre el mundo de la carcelación, un ámbito que se compone de múltiples actores y que va más allá de las personas que están privadas de la libertad.

“Queremos compartir otro aspecto más de la pastoral con todos,  el mundo de la carcelación no es solo el del  catequista, el del cura o del obispo que va a la cárcel, es mucho más amplio. Hoy nosotros en este espacio decidimos empezamos por el primer destinatario que es el que esta privado de la libertad”, expresó patricia introduciendo la propuesta de este jueves.

Como parte del diálogo sumo su experiencia María Maldonado, ella lleva años fuera de la cárcel luego de haber cumplido una condena de 6 años en la cárcel de Ezeiza en Buenos Aires: “La cárcel significa tantas cosas,  el hecho es que ahí vamos a pagar nuestra condena y no hay nadie estamos solos; nosotros con nuestras culpas y nuestras soledades.  Hay miles de casos ahí adentro, es muy difícil llevar día a  día;  cuando te despertás y te ves ahí, te preguntas que hago acá y ese parece ser el fin de mundo”

Agradeciendo la presencia de la pastoral carcelaria y el apoyo de los referentes que han acompañado estos años, agregó: “Fue una experiencia especial, me trajo un hermoso el cambio y la nueva vida que tengo al día de hoy. Fue muy difícil reintegrarme a mi familia, si bien me amaban llegado el momento  de la salida fue desesperante, para mi es importante decirles a los que están privados de la libertad que son momentos duros lo que se pasa, pero hay que ser fuerte, fuerza y fuerza para salir adelante”.

 

La pastoral de la presencia

Patricia como referente  pastoral y testigo de la misión dentro y fuera de la cárcel, compartió: “Uno va a la cárcel, no sabe hasta dónde llega y que queda, pero con el tiempo he ido aprendiendo que uno siembra y otro recoge, en el caso de María es algo especial que siga caminando con nosotros. Desde los dos lados de la reja, María nos encontró para que no nos desalentemos; su vida fue dura siempre, uno no justifica lo que hizo pero tampoco la juzgamos, conociendo su vida anterior uno puede entender lo que paso, uno entiende el corazón de la persona que está detenida”.

La buena noticia se hace vida y esperanza en aquellos que pasan por la experiencia de la cárcel: “En María lo grande fue su fuerza en medio de todo lo malo, ella se encontró con Jesús desde los dos lados de la reja”.

Por último María nos dejó un mensaje de esperanza y de espera sostenida gracias a su encuentro con la familia de la pastoral: “Me gustaría decirles que no es fácil, quiero decirles que yo sufrí desde muy chiquita todo tipo de experiencias de violencia, trabajé con carro, fuí albañil, pero me vi salir de la reja y me dije yo soy libre, que hermosa es la libertad… es hermosa la libertad”