04/05/2017- En la programación de todos los martes de Que Venga Tu Reino, el Padre Fernado Cervera habló sobre “Espiritualidad ignaciana: Vida en el Espíritu”.
El significado sobre la vida en el Espíritu es “soltar las riendas y dejarte llevar”. Fundamental para la vida espiritual y que “no es dejarse llevar por cualquier capricho o cualquier delirio. Sino es estar en búsqueda, escucharse”.
Sin embargo no es solamente una cuestión personal, ya que “no hay vida espiritual, no hay discernimiento, sin comunidad”. Porque “si todos sentimos la misma fe y buscamos la misma esperiencia, nos ayudamos mucho más a que sea el Espíritu que vaya mostrándome los criterios”.
Con respecto a las reglas del discernimiento dijo que “lo exprimentamos sin saberlo”. Porque “nos da mucha paz saber que uno se dejó llevar por una verdad que se nos fue manifestando, por algo que se nos fue aclarando”. Pero no deja de ser cierto que en la marcha es muy difícil, “largar las propias estructuras, aceptar otras palabras”.
El Padre Cervera además sentenció que vivimos en una época de “mucho orgullo herido y de resentimiento”. Y que existe “mucho ego e infantilismo para encarar nuestra vida, que estamos siempre en conflicto”. Lo paradógico es que también es cuando se pide “más trabajo en equipo y múltiples palabras”, lo cual es ya complicado porque “no nos podemos escuchar. Incluso cuando uno está convencido de tener la razón, se trata de decir bueno creo que las cosas son como yo las pienso pero vamos a escuchar a otros”, aunque tal vez no sea el momento.
Asimismo aclaró que “cuando un sentimiento nos hace ruido, ese sentimiento no es bueno en lo espiritual, no viene de Dios”.
Según el Padre Cervera, San Ignacio dice que “el conocimiento interno de los pecados, de historia de dolor y distanciamiento de Dios hace un derrotero que no ayudó y otros que si ayudaron”. Es muy importante “hacer memoria de estos tránsitos, de estos derroteros. Cobran fuerza cuando uno hace la experiencia de conocerse internamente”. Es decir, valorar esas experiencias “tanto como para pedir perdón, como para agradecer”.
Esto se debe a que aprendemos de ese lugar. San Ignacio dice que “es bueno sentirse derrotado, frente a la impotencia de lo que uno no maneja o por el amor a Cristo”. Una experiencia “muy fuerte para aquellos que la han vivido”, porque significa ser derrotado, “por un sentido positivo”. “Entonces es importante soltar y dejarse derrotar y dejar que Dios lleve las cosas”.
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