10/08/2021 – En “Convocados”, el padre Pablo Savoia y Damián Barneche se refirieron a la vocación presbiteral con una entrevista al padre Patricio Lynch Pueyrredón. “Muchas veces identificamos el ser iglesia con ser sacerdote. Pero desde el Concilio Vaticano II esto se repensó y ya no tenemos un modelo piramidal donde se respetan todas las vocaciones. En el modo de amar a nuestro pueblo está el camino sacerdotal”, indicó Savoia durante el ciclo que produce Gastón Natale.
Por su parte, el padre Lynch Pueyrredón dijo: “Somos de San Martín, aunque nací en Capital Federal. Desde siempre mi familia fue muy creyente y tenemos una activa participación en el Movimiento de la Palabra de Dios. En la adolescencia tuve una experiencia de fe convencional y nada más, soñaba con tener una familia. A los 18 años tuve un encuentro con el Señor que me marcó. Nos fuimos de vacaciones con siete amigos a San Bernardo. En ese momento estaba con preguntas y miedos sobre mi futuro. También sentía que algo me faltaba. Y estando en el departamento escuché que había una procesión en la playa y sentí que debía estar ahí. Luego de eso quise confesarme, me acerqué al sacerdote que estaba la procesión“.
“Cuando el cura me impuso las manos en la cabeza me sentí abrazado por Dios y un gozo, una paz y una alegría que jamás había sentido en mi vida. A partir de allí quise que otros puedan experimentar ese gozo, fue el surgimiento de mi vocación”, agregó. “Mi camino vocacional fue una montaña rusa. Después de esa experiencia ingresé al Movimiento y fue muy bueno. Pero también surgieron los miedos y la seriedad de tomar la decisión de ser sacerdote. A los 22 años ingresé a mi proceso formativo como presbítero”, sostuvo el padre Pato.
“Lo opuesto al miedo es la confianza. A mí me ayudó mucho la familia y los amigos, y también una ayuda terapéutica y el acompañamiento espiritual. De esa forma logré crecer en la fe. Ahora estoy misionando en Honduras con la organización “Amigos de Jesús” ayudando a niños que han sufrido abusos. Esta organización es un lugar de esperanza, sanación y transformación al servicio de los niños vulnerables. Cuenta con una casa hogar donde se les brinda alimentación, vivienda, ropa, servicios de salud y educación basada en ideales cristianos”, aseveró el sacerdote que reside en Centroamérica.