03/10/2014 – Pablo Martinez, catequista y cantante, nos ilumina en esta catequesis y nos abre su corazón para hablar de la bienaventuranza “Felices lo que lloran”.
“Tenemos un Dios que nos quiere apapachar y amar” @pabmartinez en @RadioMariaArg — Radio María Arg (@RadioMariaArg) septiembre 19, 2014
“Tenemos un Dios que nos quiere apapachar y amar” @pabmartinez en @RadioMariaArg
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En este anuncio “Felices los que lloran “, Pablo Martínez nos muestra en primer lugar, ¿Cómo alguien que llora puede ser feliz? Para muchos parece irracional, pero nos invita a entrar en el evangelio y tratar de comprender esta desconcertarte propuesta.
Para este anuncio, tomó el Evangelio de la viuda de Naím, donde Jesús se encuentra con la viuda que había perdido a su único hijo , y al verla se compadece de su llanto y se acerca al muchacho que estaba muerto y orden al muchacho que se levante. Con este evangelio, el catequista nos hace ver dos cosas, cómo Jesús se compadece de nosotros y cómo Dios visita su pueblo. Todo eso nos hace ver que Dios siempre está, que nunca nos deja solo, y como dice el evangelio: “Los que lloran serán consolados”.
Pablo, comentó cómo Dios siempre esta presente cuando sus hijos sufren o lloran, y de alguna forma el Señor nos consuela, nos acaricia y no nos abandona en ese dolor. Aún en ese dolor, el Señor nos envía personas para que nos acompañen y nos ayuda a pasar ese dolor y de esa forma Él se hace presente. Lo que nosotros tenemos que aprender es ver cómo Dios, a su manera, se nos manifiesta y nos hace sentir su compañía.
En la Palabra de Dios aparece el sufrimiento de las personas, pero también la presencia de Dios que siempre está, y transforma ese dolor con gloria y alabanza. Allí aparece el ejemplo del Profeta Daniel que se encontraba en el pozo con los leones y Dios se mostró, se reveló y lo ayudó a salir ileso. Esto nos lleva a preguntarnos ¿Para qué pasar por ese sufrimientos si después termina en perfecta condiciones? Los caminos de Dios no tiene razonamientos ni lógicas, y siempre son más altos.
El sufrimiento está y no vamos a dejar de sufrir, pero lo importante es saber que Dios está en nuestra vida, que no nos olvida, que nos acaricia, que esta trabajando en nuestra vida y que todo tiene su por qué. Abrir el corazón y volver al Padre, pedirle que en esos momentos de dolor o de pecado nos abrace, nos acaricie y le pidamos a nuestro Papá Dios que nos acune. Felices los que lloran porque serán apapachados.
“Dios nos apapacha: acariciar el alma, consolar, mimar” @pabmartinez — Radio María Arg (@RadioMariaArg) septiembre 19, 2014
“Dios nos apapacha: acariciar el alma, consolar, mimar” @pabmartinez