Venerable Maestro Rafael Cordero: “Hijo de mulatos, prócer de la educación en Puerto Rico” – Silvia Correale y Andrés Rodríguez Rubio

lunes, 12 de noviembre de 2018


09/11/2018 – La Dra. Silvia Correale, postuladora argentina en Roma,  presentó la vida del Venerable Siervo de Dios, el Maestro Rafael Cordero Molina, maestro puertorriqueño, laico, afroamericano, autodidacta, recordado como ejemplo de abnegación y altruismo, quien dedicó toda su vida a la educación de niños negros y mulatos sin percibir ninguna remuneración.

Silvia comenzó diciendo que “El Papa Francisco el 9 de diciembre de 2013 autorizó la publicación del decreto de virtudes del Siervo de Dios Rafael Cordero Molina, quien es considerado un prócer de la educación en Puerto Rico”. Era hijo de mulatos libres, sus padres, Lucas Cordero y Rita Molina, tenían cierto grado de instrucción. De ellos recibió probablemente las primeras letras, ya que por su raza se vio imposibilitado de asistir a la única escuela existente en San Juan en esa época, dicho centro no admitía negros en su alumnado.

Nos conectamos con Andrés Rodríguez Rubio, quien es el presidente del Círculo del maestro Rafael Cordero. Es chileno, doctor en filosofía. Ha sido Rector de la Universidad de Puerto Rico en Bayamon y Vicepresidente de la hoy Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico. Describió al Siervo de Dios, diciendo que “El Maestro Rafael Cordero fue un modelo de educador, desinteresado y sigue siendo una figura nacional. En primer lugar -expresó- él además de ser maestro, creó una escuela en 1810”. Destacó que “él nació en 1790, en San Juan de Puerto Rico y a los 20 años creó esta escuelita, y siendo un hombre muy modesto en cuanto a sus medios económicos, sin embargo nunca quiso cobrar a sus alumnos”, resaltó Andrés Rodríguez Rubio.

Por consiguiente, dijo que “Es por eso que enseñaba por amor, por sacerdocio, más que por especulación”.

“Recibió estudiantes negros, en su escuela había niños blancos y negros, algo realmente extraordinario, en una sociedad que era muy segregacionista con los negros”, acertó. Y completó “De manera que él, en cierta manera, verdaderamente venció una barrera extraordinaria, derribó un muro que hasta ese momento existía en Puerto Rico”.

Unió a niños negros y blancos

“Su labor no fue solo académica, si no que también enseñó moral. Enseñó a sus discípulos cómo se debe vivir dentro de las ideas cristianas y por eso la oración y la idea del cristianismo era muy importante en su escuela. Unía a niños blancos y negros y los hacía hacerse familia. Fue contrario a la segregación racial y buscaba la unión de las razas, adelantándose a este valor moderno de la solidaridad. Era el gran Santo varón de Puerto Rico, Incluso él fue maestro de algunos próceres de Puerto Rico”, destacó.

Una consecuencia muy importante de su labor de integración racial fue que “Poco tiempo después de morir el Maestro Rafael Cordero, se eliminó la esclavitud en Puerto Rico y fueron todos sus discípulos los que lucharon por esa libertad. Por ese sentido de igualdad, evidentemente en sus corazones, en sus mentes, estaba el ejemplo del Maestro Rafael Cordero. Hay escuelas en Puerto Rico que tienen el nombre de Rafael Cordero. Existe esta fama de santidad entre los fieles y la gente”, expresó el Dr. Andrés Rubio.

Otra de sus virtudes -dijo Andrés – fue que tenía desapego a los honores. Relató que “Recibió un premio de 100 pesos y de ese dinero, 50 los invirtió en calzar, vestir y facilitar libros a sus niños más pobres. Y los otros 50 los repartió entre los limosneros de la Capital, de manera que él no renegó de esos 100 pesos y esa es justamente una de sus virtudes cristianas, de su imitación de Cristo”.

“Él tenía una compasión inmensa por los pobres -dijo emocionado Andrés- cuando un pobre tocaba su puerta y él estaba almorzando compartía lo que estaba comiendo”.

“De manera que el Maestro no solo unió a negros y blancos, si no también a ricos y pobres”, finalizó, el doctor en filosofía, Andrés Rodríguez Rubio.