Invitados a la justicia, la misericordia y la fidelidad

lunes, 30 de noviembre de 2009
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En aquel tiempo Jesús habló diciendo:  «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley:  la justicia, la misericordia y la fe!.  Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar aquello.  ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello!, hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña e intemperancia!.  ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!.

Mateo 23, 23-26

Ay de ustedes escribas y fariseos hipócritas dice hoy Jesús en el Evangelio pagan el diezmo de la mentadle anís y del comino y descuidan lo más importante de la ley y se detiene Jesús para enumerar aquello que es importante, aquello que agrada a Dios: la justicia, la misericordia, la lealtad. La ley preveía que cada agricultor debía ofrecer al templo el diezmo de la cosecha.

Los fariseos lo habían encarecido al aplicar ésta regla y lo extendieron a las hierbas que se emplean como condimentos: la menta, el hinojo y el comino. Para nosotros hoy nos cuesta imaginarnos pero era así. Las amas de casa cada día cuando tenían que ponerse a preparar en la cocina lo necesario separaban de cada 10 ramitos de perejil uno para la colecta del templo.

Estas son minucias de las que Jesús nos ha liberado. Nos dice hoy el Señor amplíen sus horizontes, abran las ventanas y esto nos lo pide hoy Jesús. Abrir la ventana del corazón. Si uno olvidara aquello nos va a insistir más tarde. Si los fariseos eran minuciosos en algunas cosas de poco valor tenían en cambio la manga muy ancha para otros asuntos más importantes y Jesús nos recuerda cuales son esas grandes exigencias de todos los tiempos: justicia, misericordia y fidelidad.

Hoy lo podríamos traducir entre tantas cosas que podemos decir de ésta justicia, misericordia y fidelidad: ayuda a los más pobres, la defensa de los débiles y oprimidos, la pureza de la vida conyugal, la honestidad profesional, la justicia social. Esta lectura actual del Evangelio de hoy ayuda al pobre, defensa al débil. al oprimido la pureza de la vida conyugal, la honestidad profesional, la justicia social.  Tal vez a través de ésta Palabra tan sencilla de Jesús poder descubrir cuantas cosas hoy el Señor hace sonar en mi corazón.

Esto es lo que había que practicar sin descuidar aquello. Jesús no es un revolucionario que predica libertad por libertad por aquella libertad que no tiene responsabilidad. Quiere que la fidelidad a las observancias cultuales no sea más que una fiel observancia del amor a los demás y esto durante toda la vida. Para nuestro tiempo sigue siendo muy actual. No es que Jesús está diciendo no a la vida y no a lo culto .Está diciendo si a la vida y si al culto en ésta integración es que de la abundancia del corazón lleno de Dios saldrán gestos, actitudes y también apariencias llenas de Dios pero que estarán cimentadas en un corazón lleno de amor. Guías ciegos que cuelan el mosquito y tragan el camello que purifican por fuera la copa y el plato mientras que por dentro están llenos de codicia y de intemperancia.

Que duro suena hoy el Evangelio y no pensemos solamente que esto suena para los fariseos, que duro suena para mi. Fariseos ciegos que limpian primero por dentro la copa para que también por fuera quede limpia. Hay una comunidad particular de judíos de Cum Ram- Los escritos se descubrieron hace no mucho tiempo y nos dejan para nuestro tiempo hoy lo importante que era la pureza legal para los judíos de aquella época. Numerosas alusiones para cualquier propósito por eso lo de un mosquito que cayera en la sopa era así de impura y de hecho podemos descubrir en la comunidad de judíos particular de cum ram como en el espacio en que vivían el mayor lugar lo ocupaban aquellas piletas para la purificación pasando una y más veces por ésta agua que limpiaba de ésta ilegalidad pero queda por fuera como va a insistir Jesús. No olvidemos estos textos del Evangelio.

Podemos caer en la tentación de creernos nosotros superiores y de juzgar despectivamente a aquellos que realizan algunas de éstas prácticas. Hoy tal vez no ésta en particular pero toda práctica cultual, todo aquello que tiene que ver con la vida y que también se nota en el exterior. Ya que en éste tiempo hemos pasado al otro extremo. Parece como que la vida moderna nos hubiera liberarlo definitivamente de detalles sin importancia. Jesús nos repite a cada uno de nosotros: la purificación de la copa y el plato no tiene menos importancia que la pureza interior.

Es también necesaria pero como fruto, como expresión de lo que hay en el corazón. Por eso más tarde también estará la insistencia: no mancha al hombre lo que entra por la boca. Lo que sale de la boca eso es lo que mancha al hombre. En esto podemos ver cuantas situaciones hoy se siguen planteando.

Alguna vez te habrás planteado, te habrás acercado a tu sacerdote y le habrás preguntado como es esto y si sigue siendo actual por ejemplo el ayunar una hora antes de recibir la Eucaristía y podemos caer ante éste ayuno eucarístico que sigue siendo actual que prepara todo nuestro cuerpo para recibir a Jesús Eucaristía y que lo tenemos que seguir haciendo y tenemos que observarlo con cuidado podemos caer tantas recesen ésta mirada simplemente legal. Estar controlando desde cuando puedo tomar algún alimento. Es que lo que importa es el corazón.

La obra, 60 minutos, no son más que una ayuda para vivir aquello que quiere vivir el corazón, llenarse de Dios y solamente de El y de la Eucaristía y solamente de ella. Tener hambre corporal para tener hambre de Dios. Este es el camino que el Evangelio hoy nos presenta a cada uno de nosotros.

A veces nos imaginamos que solamente ahora en éste tiempo presente los tiempos son turbulentos, las costumbres cambian. Esta es la oposición de tantas ´. En todo tiempo se ha vivido en todo tiempo la Iglesia ha conocido esos cambios y esas oposiciones. Jesús en su tiempo fue un factor de crecimiento, de evolución de las costumbres pararon el pueblote Israel pero venía a renovar la ley, no la venía a abolir, venía a llenarla de amor. La insistencia de Mateo es relatarnos esas invectivas que nos extrañan a veces. Provienen de que la Iglesia en su tiempo también vivía en medio de éstas polémicas entre el Espíritu nuevo que trae Jesús y la ley estricta que venía del judaísmo.

En el Evangelio de hoy Jesús se lamenta del error de cálculo que los fariseos están teniendo. Ponen más empeño en el bien por el camino que seguir la voluntad de Dios. Lo repetimos me lo repito para escucharlo y también para que puedas escucharlo en tu corazón: pone más empeño en el diezmo del comino y en seguir la voluntad de Dios. Un error de cálculo.

Quizás es por esto que cuando no calibramos bien que es lo importante en , en que asuntos nos estamos jugando lo esencial y en cuales no tendemos a confundir esto de apariencia con interior. De alí que tantas veces insistimos y la Iglesia nos lo dice de formar nuestra . Tenemos que buscar permanentemente estos caminos para ir alimentado nuestra vida

e fe conociendo sobre ella pero no para saber más simplemente sino para amar más y amar a Dios y de alguna manera usando una palabra técnica: calibrar, que es lo importante. No tener el error de cálculo. No confundir la apariencia con el interior. Que es más importante? Saber que quiere Dios de mi en ésta situación o averiguar que sería más conveniente para mantener nuestra imagen social lo mejor posible.

Y cuando decimos que es más importante pedir a Dios que te ilumine ésta situación en la cual tienes que dar éste testimonio. Cuantas situaciones que tomamos en nuestra vida y cuantas situaciones que a veces no sabemos discernir bien. Hoy el Evangelio nos hace ver con claridad uno de estos 2 criterios jugarnos desde lo que Dios nos está pidiendo desde el amor, desde la justicia, desde la misericordia, desde la.

No para vender una buena imagen social sino para cumplir lo que Dios está pidiendo. Que nos importa más mantenernos al margen de todo como para mantenernos limpios, para no tener complicaciones, para que no te molesten solemos decir .Hoy el Señor nos invita desde el Evangelio a tomar partido por las realidades de todos los días aun sabiendo que cuando tomamos la palabra y de manera profética anunciamos el Evangelio la Buena Noticia iluminamos situaciones, denunciamos donde está el error no siempre quedamos limpios.

A veces solemos expresar, nos salpica, no tengamos miedo por estar sucios exteriormente porque el corazón hace que hablemos de Dios, que anunciemos la verdad con ésta caridad que Jesús tenía para hablar a su pueblo pero con esa sencillez para decir toda la verdad.

Conviene no olvidar ésta Palabra del capítulo 23 del Evangelio de Mateo que a veces vas a escuchar se los llama como los ayes: ay de ustedes!!. Esta Palabra de Jesús que hoy escuchamos en el Evangelio está dirigida a judíos piadosos, buenos, convencidos de su fe, celosos del cumplimiento de la ley. No está hablando a paganos, alejados o enemigos de Dios. Jesús está hablando a judíos piadosos.

Como a muchos de nosotros así es la vida cristiana. A nosotros nos está hablando. Nos está condenando que vivamos la ley y que la hagamos de manera exterior que se note. Nos está insistiendo el Señor revisar nuestras motivaciones. Por eso nunca está de más repasar los criterios de medida que usamos. Lo que ponemos de prioridad es nuestra vida. Que cosa tiene espacio en mi vida y que cosa no tiene lugar. En estos tiempos ñeque vivimos tanta cultura de muerte. Cuales son aquellos espacios de ésta cultura que estoy dispuesto a luchar para que no entren en mi vida aun cuando me salpiquen. Donde esta hoy El Pago del diezmo de la menta, del anís.

En nuestra vida en la de nuestra familia por allí es muy fácil juzgar al del lado. Por allí es muy fácil usar esa expresión van a la Iglesia y se golpean el pecho. Es una apariencia, es una imagen pero hoy no es para mirar al del lado, es para mirar tu corazón mi corazón. Para Jesús la medida Dios estaba clara.

La medida de Dios siempre llena, rebosante y nueva porque una persona vale mucho más qu7e muchos pastos, porque no hay sábado que se interponga para acoger a otro que nos necesite, porque no hay espacio para la duda cuando hay que amar y servir ¿ que cosas en tu vida no se negocian?

Unos de los defectos que podemos descubrir en toda aquella comunidad de los fariseos. Aquellos hombres que eran piadosos que le dan importancia a las cosas insignificantes poco importantes ante Dios, aquellas que servían como complemento. Esto los había llevado a tener una gran cantidad de leyes, normas y preceptos por eso en algún momento se va acercar un hombre de leyes y le va a preguntar cual es el mandamiento más importante.

Podemos escuchar a Jesús cuando habla de amar a Dios y al prójimo también a la luz de descubrir lo importante. Jesús se los va a decir claramente pagan el diezmo y la menta pero descuidan el derecho la compasión y la sinceridad y de un modo muy expresivo, creo que éste versículo lo usamos muchas veces filtran el mosquito y se tragan el camello lo usamos para aquel que sigue hablando de lo circunstancial, insignificante pero nunca toma medidas de fondo ni en su vida ni en la de los demás. El diezmo lo pagaban los judíos y era el producto del campo.

El diezmo lo pagaban los judíos y era el producto del campo. Así estaba mandado en el libro del Deuteronomio en el capítulo 14 habla del diezmo pero llegar a tanto no estaba mandado porque no tenía relevancia. Otras de las acusaciones contra los fariseos liempian por fuera la copa y el plato pero por dentro están rebozando de robo y desenfreno, cuidan la apariencia exterior, la fachada.

No se preocupan de lo interior. Estos defectos definitivamente tenemos que decir que no solo son de loas fariseos de hace 2000 años también lo podemos tener nosotros. En la vida hay cosas de poca importancia a las que de manera coherente hay que dar poca importancia. Pero están éstas que son trascendentes las que hacen a nuestra vida con Dios y desde Dios con nuestros hermanos.

Creo que por allí así como recién escuchábamos éste examen de conciencia que hoy nos plantea éste Evangelio si nos podemos preguntar si ya tenés el habito de cada noche al terminar la jornada hacer un examen de tu vida, de lo que hiciste, de lo que dejaste de hacer y de que manera hiciste las cosas. Esto le llamamos el examen de conciencia o cuando preparamos nuestra confesión sacramental o cuando participamos de algún retiro sobre el que examinamos nuestra vida.

Cuales son las preguntas que nos hacemos. Nos quedamos en las cosas pequeñas de todos los días es quedarnos con aquel examen de conciencia que aprendimos cuando éramos niños y nos preparábamos para la primera comunión. La caridad, la honradez y la misericordia nos dice hoy Jesús en el Evangelio. Lo compartía recién cuando recordaba la importancia de formar y de madurar nuestra fe para descubrir que es lo importante.

Cuales son las preguntas que te haces a diario cuando tenés que responder ante los demás. La consigna de Jesús es que no se descuide ni lo uno ni lo otro. Esto es lo que hay que practicar derecho misericordia, sinceridad pero sin descuidar aquello cuando dice el Evangelio de esto que era más insignificante pero sigue siendo importante para Jesús. A cada cosa hay que darle la importancia que tiene. En los detalles de las cosas pequeñas allí también hay amor y fidelidad.

También el otro ataque nos lo podemos aplicar si cuidamos la apariencia exterior cuando por dentro estamos llenos de robo y desenfreno. Que duras éstas palabras Si limpiamos la copa por fuera el corazón por dentro va oler cada vez más feo porque no va estar lleno de Dios, porque va estar lleno de pecado de espalda al amor de Dios. Palabras duras de Jesús que se lo conoce como los ayes de San Mateo ay de ustedes.

Que no venga el Señor a decir lo mismo de nosotros es el desafío de ésta mañana y si nos comportamos de la misma manera para que nos vean, nos alaben cuando más importancia al parecer que al ser esto que está tan metido en el corazón. Vivimos una cultura donde lo importante es aparecer bien. No dejemos que el espíritu del mundo toque y gane nuestro corazón.