03/04/2020- En el ciclo “El anuncio del Kerigma” nos acompañó nuevamente el padre Julián Duarte, misionero redentorista. El tema fue la Salvación de Jesús.
“Tanto nos ama Dios que envía a Jesús a salvarnos y no a condenarnos”, comenzó diciendo el padre Julián y añadió: “Jesús muerto y resucitado, glorificado como un único salvador, es quien nos trae la salvación para todo el mundo y para cada uno”.
“Dios nos ama, y esa es la buena noticia, aunque el pecado nos impide experimentar ese amor, esa cercanía de Dios”. Además, dijo que “el hombre solo no puede salvarse, entonces si el hombre no puede salvarse, si el hombre era incapaz de llegar a Dios, Dios vino al hombre”.
Cuando no había esperanza alguna, brilló una luz en las tinieblas y Dios cumplió su promesa de salvación. Lo podemos encontrar en el Evangelio de San Juan, en el capítulo 3, versículos 16-17: “Dios amó tanto al mundo que le envió a su hijo único, no para condenar al mundo, sino para salvar al mundo”.
El padre Julián explicó que Jesús no sólo trae la salvación de Dios, sino que él mismo es la Salvación, es el médico y el remedio al mismo tiempo, es Dios con nosotros, salvándonos. “Esto tiene que resonar en nuestro corazón: tanto nos ama Dios que envía a Jesús a salvarnos y no a condenarnos”, agregó el padre.
Cuando Jesús llega a nosotros, en primera instancia, vence a Satanás, hacedor de todo mal. Jesús es el único que vence al demonio y a su mundo tenebroso. En los textos bíblicos, podemos ver que Jesús vence la tentación y que fue tentado hasta en la muerte en la cruz queriendo que se bajara y se rehusara al plan salvífico de Dios, pero Jesús lo vence.
Jesús es el cordero de Dios que viene a quitar el pecado del mundo para que podamos vivir en plenitud la vida. “Su misión, además de quitar los males y sufrimientos del mundo es, también arrancar de raíz el pecado”, explicó el padre Julián. Por nuestros pecados, todos nosotros estábamos enemistados con Dios y teníamos con él una cuenta pendiente que no éramos capaces de saldar. “No teniendo con qué pagar, debíamos ser condenados, pero Jesús se acercó hasta nosotros, él tomó la nota de cargo que había en contra nuestra y la clavó en su cruz. Por lo tanto, podemos decir que estamos en paz con Dios porque ya no le debemos nada”.
Continuó diciendo el padre Julián que, nuestro Dios, es el Dios de la Misericordia porque además de quitar el pecado, él se olvida del pecado. “Cuando Dios perdona, perdona para siempre”, dijo el sacerdote.
Finalizando, el padre Julián resaltó otra buena noticia: Jesús nos comunica vida divina, nos comunica la paz. “Dios envió a su hijo amado no sólo a desatar nudos o a romper cadenas de pecados, sino que fue enviado especialmente para traer vida, vida en abundancia”.
Te invitamos a escuchar el programa completo y a compartirlo en tus redes sociales.
Seguimos hoy, como cada jueves, en nuestro ciclo "El anuncio del Kerigma” junto al padre Julián Duarte, misionero… Posted by Radio María Argentina on Thursday, March 26, 2020
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