Jesús nos encuentra y nos dice: “No te escondas, Yo te quiero más que ayer”

jueves, 22 de julio de 2021

21/07/2021 –  “Tuve problemas de consumo problemático durante 20 años. Mi familia desesperada de tocar tantas puertas, fue a pedir ayuda a la parroquia Luján, donde funcionaba un grupo de ayuda para personas con consumo problemático. Así fue que un lunes conocí ese grupo y me ayudó a cambiar mi vida. Hace 4 años formamos parte de la Familia Grande del Hogar de Cristo. Dios quiso que yo iniciara mi recuperación en el Año de la Misericordia y ese año pude hacer muchas obras de misericordia como visitar presos, visitar enfermos a los Hospitales, ayudar a personas que tenían hambre y a otras que tenían frío; me ayudó para darme cuenta que podía ver más allá de mi ombligo. Dios permitió muchas cosas en mi vida para que hoy en día pueda estar parada desde otro lugar”, dijo Gabriela Campins, hoy coordinadora del centro barrial “Casita de Lujan”, uno de los tantos centros que existen en el país que pertenecen a la Familia Grande del Hogar de Cristo.

Testimonios de los chicos de la casita
Mario
“Pasé muchos momentos malos en mi vida. Trato todos los días ser una persona mejor, porque no me creo recuperado totalmente, pero trato de darle para adelante siempre. Mi infancia estuvo llena de maltrato, de hambre, de frío, de falta de juego. Luego me metí en la droga, la joda, la delincuencia, que me llevó a tener más problemas. Me sentía solo. Tuve hijos; un día llegué a verlos y me sentía muy mal estar frente a ellos así. Entré en la casita. Acá, el Hogar de Cristo, es el lugar que yo jamás había tenido, un lugar donde te llenan de amor, de cariño, de contención, donde te escuchan”.

Víctor
“Conocí la casita de Lujan con unos compañeros de la calle, íbamos a bañarnos, nos daban la comida, algo de ropa. Hoy colaboro en la cocina. Con tantos años que viví en la calle , poder ayudar a otros en la misma situación me llena de satisfacción. También acá todos los días a las 5 de la tarde rezamos el Rosario; esos son paños de tranquilidad, se nota la presencia de Dios, hay armonía, esta Dios metido diariamente en medio de nosotros”.

Jonathan
“Llegué a la casita en una situación muy mala. Dormía en una plaza tapado con cartón. Empecé a consumir cocaína desde los 10 años. Siempre me acuerdo que Gabi me recibió con un abrazo y me dijo que me iba a quedar en este lugar. La casita me cambió la vida, me dieron el amor que nunca tuve, me devolvió lo que la droga me quitó: mis hijas, mi padre, mi madre, mi casa. Hoy estoy en un proceso que voy todos los fines de semana a mi casa, estoy muy agradecido de estar en este lugar. Ese amor que se me brindó a mí, hoy lo doy a quien llegue”.

Gabriela finalizó diciendo que no estamos solos, que es necesario hablar, es necesario pedir ayuda. “Una de las personas que me ayudó, cuando en los primeros tiempos recaí en el consumo, esta persona me buscó, me encontró y me dijo: ”Gabita no te escondas, porque yo te quiero más que ayer”; es Jesús quien nos dice eso, todos los días nos quiere más que ayer , porque el amor de Dios es eterno”.

No te pierdas de escuchar los testimonios completos en la barra de audio debajo del título.

Contacto con la “Casita de Luján”:
Instagram: Hogar Casita
Gabriela (coordinadora): 342-4-631-555
Dirección: 9 de Julio 6026, Provincia de Santa Fe.