Jesús y Belzebul

jueves, 27 de enero de 2011
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“Los escribas que habían venido de Jerusalén decían: “Está poseído por Belzebul y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe de los demonios”. Jesús los llamó y por medio de comparaciones les explicó: “¿Cómo Satanás va a expulsar a Satanás? Un reino donde hay luchas internas no puede subsistir. Y una familia dividida tampoco puede subsistir. Por lo tanto, si Satanás se dividió, levantándose contra si mismo, ya no puede subsistir, sino que ha llegado a su fin. Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa.
Les aseguro que todo será perdonado a los hombres: todos los pecados y cualquier blasfemia que profieran. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón jamás: es culpable de pecado para siempre. Jesús dijo esto porque ellos decían: “Está poseído por un espíritu impuro”.


                                                                                   Marcos 3, 22-30

Esta palabra se sigue manifestando en nuestra iglesia, si es verdad que Cristo histórico al cual hemos seguido con la lectura atenta, con la experiencia de vida, hoy también lo vemos como Jesús. Se manifiesta en los grupos de oración, en los movimientos, en cada momento de la eucaristía, cuando uno preside también el pueblo responde con mucha atención, como Jesús está presente más que nunca. Por eso dirá Él donde dos o tres están reunidos en mi nombre ahí estaré.
Quisiera compartir esta reflexión de hoy, solamente con este criterio, alguna vez has sentido en tu vida expulsar lo malo, el demonio con esta palabra de liberación, libérame Señor por esta tentación, por esta actitud que he tenido con mi hermano. Esta palabra, liberación. Y cuántas veces hacemos oración de liberación. Que bueno y agradable cuando uno se da cuenta que tiene este desafío en la carne, pero en realidad aquí la palabra mayor en esta reflexión que vamos a profundizar, queda como en tu vida propia. ¿Sientes que Cristo te ha liberado de las ataduras de este mundo? El poder, el tener más, no en la humildad. Hoy Marcos quiere mostrarnos el poder de Jesús, el poder del Espíritu Santo.
Qué palabra, liberación, suscita en el hombre la necesidad muchas veces la necesidad de aproximarse a madurar la fe, entonces nos encontramos con este deseo inmenso de la santidad, pero claro, para ser santos necesitamos cruzar una barrera, que es dejar de pensar tanto en este mundo y lanzarnos hacia la búsqueda del Reino de los Cielos. Existe una secuencia progresiva en el evangelio de Marcos, en la medida en que la Buena Nueva se afianza entre la gente y es aceptada en esta misma medida, crece la resistencia departe de las autoridades religiosas. El conflicto comienza a crecer y arrastra y envuelve a grupos de personas. Los escribas calumnian a Jesús, dicen que está poseído y que expulsa los demonios con la ayuda de Belzebul, el príncipe de los demonios. Ellos también venidos a Jerusalén que distaba a más de ciento veinte kilómetros para observar bien el comportamiento de Jesús. Querían defender la tradición, en contra de las novedades que Jesús enseñaba a la gente. Pensaban que sus enseñanzas iban en contra de la buena doctrina. Cuántas veces en la familia se divide también de este modo, cuando uno quiere renovar en el Espíritu del Señor y apostar en el gran amor que Dios nos tiene en la vida, hay muchos que no comprenden, éste está loco, cómo va a seguir así tanto tiempo en la iglesia, en las misiones, etc., y nos damos cuenta de que cuando uno entra en el Señor, no hay nada mejor que esa llama encendida para encender a otras, no hay nada mejor que encontrarse con una familia cristiana en la cual tiene la mirada puesta en Cristo. Y cuando uno quiere sanar, liberar, profundizar su fe, tenemos tanta riqueza de hacer oración para con el otro, al lado del otro, liberando de toda tentación, de toda maldad que pueda haber en el hombre, purificando, justamente todo aquello que nos deja ser Santos.
Por eso hoy quiero compartir algo que pueda ayudarnos a meditar, a madurar. Así como los escribas no quieren reconocer la divinidad de Jesús, en mi vida también he tenido momentos en que no he conocido al Señor, negando su invitación beneficiosa en mi historia personal. ¿En que momentos o circunstancias de mi vida me he enojado y he roto relaciones con Jesús?
Jesús usa la comparación de la familia dividida y del reino dividido, para denunciar lo absurdo de la calumnia. Decir que Jesús expulsa los demonios con la ayuda del príncipe  de los demonios, significa negar la evidencia, es lo mismo que decir que el agua está seca y que el sol es oscuridad. Los doctores de Jerusalén, calumniaban porque no sabían explicar los beneficios que Jesús realizaba para el pueblo. Estaban con miedo a perder el liderazgo. Y esto pasa también ahora, en los grupos de oración cuando alguien dice vamos a cambiar de servicios y pareciera que sienten que nos están serruchando el piso. Suele pasar eso, cuando uno se afinca y no quiere dar lugar a otro que entren en la parroquia en las catequesis u otros servicios, o a veces cuando se creen dueños de la parroquia, no más que el sacerdote a veces que tiene la misión de conducir y guiar. Pero esto no es el caso, el caso es cuantas veces vivimos encerrados en no reconocer el poder, el gran amor que Jesucristo nos tiene. Porque a veces por celos, por competencia este grupo reza mejor, porque a nosotros nos siguen más, sin embargo somos una iglesia, viva, misionera, caritativa, una iglesia que tiene el poder de atar y de desatar por la figura del sacerdote, de entregarte a los reinos de los cielos o dejarte aquí. Pero también puede ser hacer la liberación una oración para con tu hermano que muchas veces se queda estancado o sin poder salir adelante. Esta gracia que viene del Espíritu Santo, que viene de la trinidad, hace que también nosotros busquemos la palabra justa y oportuna para llegar al hermano, para que esta familia dividida a veces en la propia iglesia tenga un momento de encuentro, de discernimiento y de crecimiento espiritual para que no haya competencias sino brille Jesucristo salvador del mundo. Pero el Espíritu Santo tiene que estar tocando el corazón de cada uno, de lo contrario cuando creemos que el Espíritu Santo no existe o siempre lo dejamos para el final, sin embargo en esta trinidad, en este dinamismo está siempre, pero hay que pedirlo, “Ven Espíritu Santo”.
La comparación del hombre fuerte que Jesús hace con el demonio, nadie de no ser una persona más fuerte podrá robar en casa de un hombre fuerte. Jesús el más fuerte. Por esto consigue entrar en la casa y sujetar al hombre fuerte, consigue expulsar los demonios, Jesús sujeta al hombre fuerte y ahora roba en su casa. Eso es liberar a la persona que estaba bajo el poder del mal. El profeta Isaías, había usado la misma comparación para describir la venida del Mesías. Lucas añade que la expulsión del demonio es una señal evidente de que el Reino de Dios ha llegado.
Hay que estar preparados. ¿Oran para liberar? Cuántas veces nos traen en la parroquia personas, están con espíritus malos, impuros, y en vez de ayudar nos escapamos, en vez de dar una mano en la oración y pedir al Señor ven Espíritu Santo, libera este hermano de todo lo que puedan haberle hecho. Hay mucha gente que trabaja por la izquierda, con las brujerías, hechicerías y todo lo que es usando el poder del mal para destruir a la persona para hacerle daño y encontramos muchos lugares, pero en vez de hacer oración y de ponernos con fuerza, en vez de ir al Santísimo de rodillas, vamos a preguntar a ver que me está pasando, vamos a ver en el tarot, quien me tira las cartas, quien me dice cual es mi destino hoy día. No. Así no debe ser. Debemos ir al maestro, al Santísimo, de rodillas y decirle al Señor quiero que me liberes de esta tentación, siento que no puedo conmigo mismo, o quiero ayudar a alguien pero dame la fuerza necesaria para poder salir adelante con mis hermanos.
Debemos tener el Espíritu Santo para encender la pasión de nuestros hermanos, para seguir haciendo presente el Reino de Dios. Así lo tuvo Jesús.
En La parte del evangelio de hoy, de la respuesta de Jesús cuando se refiere al pecado contra el Espíritu Santo, “Todos los pecados son perdonados, menos el pecado contra el Espíritu Santo”. ¿Qué es el pecado contra el Espíritu Santo?, es decir, el Espíritu que lleva a Jesús a que expulse al demonio, viene del mismo demonio, quien habla así se vuelve incapaz de recibir el perdón. Eso justamente es pecar contra el Espíritu. Porque aquel que se tapa los ojos no puede ver, aquel que tiene la boca cerrada no puede comer, aquel que no cierra el paraguas de la calumnia, no puede recibir la lluvia del perdón, el perdón pasa de lado y no alcanzaría. No es que Dios no quiere perdonar, Dios quiere perdonar siempre, pero es el pecador que rechaza el perdón. Todo lo que se atribuye al Espíritu Santo, ese fuego dinámico, ese gran amor que tiene en nuestra vida, que tiene en la trinidad, el Espíritu Santo suscita en cada uno de nosotros el poder. Tenemos que creer que es el Espíritu Santo el que obra en nuestra vida. Él da vida. Pecar contra el Espíritu es lo que no permite valorar el poder de Dios que pueda hacer en el hermano, el poder de Dios que pueda hacer en el hermano que ora por vos o como catequista, esa convicción del amor de Dios. Por supuesto siempre atribuimos a la trinidad, pero es el tiempo del Espíritu Santo en la evangelización, que da poder y hace brillar para la conversión. Por eso esa comparación, si tienes la boca tapada imposible comer y si estás con los ojos vendados imposible ver. Entonces que hacían con Jesús, justamente eso, no reconocer que el Reino de los Cielos estaba presente y que la obra de Jesús no era para ellos, entonces lo siguieron hasta mirar lo que hacía. Cuantas veces nosotros somos meros espectadores, en la Iglesia católica tenemos muchos espectadores, necesitamos protagonistas, personas que se jueguen por Jesús. Anunciemos con poder. No tenemos que ser católicos tristes, tenemos que ser católicos con fervor y eso tiene que ser atribuido al Espíritu Santo, no un fervor por un día, por una hora, o porque fui al grupo de oración y después se me olvidó, dejé de lado, entonces cuando vuelvo a la casa sigo siendo la misma y cuando te dicen a eso vas a la iglesia. Vos que eres catequista me decís esto, y a veces también nos pasa a los cura, las preocupaciones del mundo nos llama. Pero el poder del Espíritu Santo nos hace discernir para no preocuparnos tanto del mundo, sino mirar un poco más adelante.
Cuánta tarea que tenemos para ir desarrollando nuestras actitudes personales, cuanto tiempo tenemos para dedicar de rodillas ante el Santísimo en oración para corregir nuestra propia identidad, esto que a veces nos damos cuenta cuando hay alguna secta o algún grupo religioso que no es de Jesús, cuando te quieren llevar por otro lado, cuando te quieren sacar de lo más precioso que es la vida cristiana, la comunión en el Espíritu, la comunión en Eucaristía, la comunión entre hermanos, donde no haya división, rencores. Cuándo llegaremos a tener una iglesia viva, que realmente no haya discusiones, no haya nada que pueda taparnos. Vemos en las parroquias los mismos grupos que están divididos en vez de sumar para la evangelización, estamos preocupados por nuestras propias iniciativas solamente. Pero cuando ponemos en común todo en el concejo pastoral vemos con mejor claridad para ir a la misión, anunciar, llegar al hermano. Cuantos hermanos y hermanas que trabajan a full con la Virgen, con el Santo.
En este tiempo, en este crisol de razas, ya se viene el carnaval, y con qué sentido es el carnaval, borrachera, baile, para eso será este tiempo de feriado, no. Tiene que ser un tiempo de reflexión de la vida. Si es verdad que el carnaval de Oruro, Bolivia, surge en las minas con la virgen del socavón, pero María Santísima quiere evangelizar ese lugar, va primero el diablo bailando, haciendo todo, no el demonio y ahí viene sus séquitos, entonces María Santísima va al final, quiere convertir, quiere llegar. Eso es lo que cuentan nuestros ancestros que verdaderamente el minero, el que está metido ahí en la mina, sale como diciendo, bueno aquel que, como quien dice, el reino de este mundo, lo material, preside el demonio. María Santísima va por detrás y esta coreografía que hacen para llegar al final en el carnaval, María Santísima los conquista a todos. Y con la oración y la liberación expulsa justamente al demonio que muchas veces se acumula en el alcohol, en las cosas mundanas. El carnaval tiene que ser un tiempo de reflexión seguramente, pero aquí justamente tenemos que trabajar, no podemos estar ciegos, no podemos estar con la boca cerrada, es el tiempo de evangelización, de dar el lugar al Señor, tiempo que el Espíritu Santo nos de la fuerza necesaria para el anuncio. Es el tiempo en el cual cada uno de nosotros, en el hogar, en el trabajo, tiene que ser discípulo, testigo y misionero del gran amor que Dios te tiene y si no te das cuenta, pedir al Espíritu Santo que te de la palabra oportuna, justa y necesaria en donde te encuentres para que de ese modo puedas con alegría, con esperanza tener ese camino que Jesús te ha marcado. Yo soy el camino, la verdad y la vida. Seguir esas huellas.
¿Has conocido en carne propia el dolor de la calumnia? La calumnia es el arma de los débiles. A Jesús ya lo estaban calumniando, que estaba sanando, liberando con el poder del demonio, y no hermano, es el Espíritu Santo que reavivó porque el Reino de los Cielos está presente y empezó a anunciar.

                                                                                   Padre Juan Miranda