Jesús y la felicidad que nace del servicio

jueves, 15 de mayo de 2025

15/05/2025 – Jesús une dos palabras que el mundo separa: servicio y felicidad. Después de lavar los pies a sus discípulos, nos muestra que la verdadera alegría no está en el poder, sino en amar sirviendo. En un mundo individualista, su propuesta sigue siendo revolucionaria.

Después de haber lavado los pies a los discípulos, Jesús les dijo:«Les aseguro que el servidor no es más grande que su señor, ni el enviado más grande que el que lo envía. Ustedes serán felices si, sabiendo estas cosas, las practican.No lo digo por todos ustedes; yo conozco a los que he elegido. Pero es necesario que se cumpla la Escritura que dice: El que comparte mi pan se volvió contra mí.
Les digo esto desde ahora, antes que suceda, para que cuando suceda, crean que Yo Soy. Les aseguro que el que reciba al que yo envíe, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me envió.» san Juan 13, 16-20

Jesús acaba de lavar los pies a sus discípulos y les deja una clave concreta: «serán felices si practican esto». No dice si lo entienden, ni si lo admiran, sino si lo practican. Porque la verdadera felicidad no está en el aplauso ni en el logro individual, sino en el servicio.

En un mundo que nos grita: «sálvate solo», Jesús susurra al corazón: «lavate los pies con otros». El Evangelio no es teoría; es un llamado contracultural. Nos enseña que no hay felicidad encerrados en nuestro metro cuadrado. Que no se trata de salvarse solo, sino de vivir amando, de ser pueblo, de hacer comunidad.

Mientras el Sistema propone un ideal de éxito personal, cerrado, Jesús muestra que el verdadero camino de plenitud es la entrega. Su lógica no encaja con la del mundo:
– No busca aplausos, sino coherencia.
– No privatiza a Dios, lo comparte.
– No se acomoda, se entrega.

Esta es la revolución del Evangelio: ser feliz no es poseer, sino amar. No es acumular, sino darse. No es ganar siempre, sino entregarse incluso cuando cuesta. A Jesús le costó la vida, y a nosotros… ojalá nos cueste también el alma entera, pero para ganarla.

Clave del día

Jesús quiere tu felicidad, pero no a cualquier precio.
La propone desde el servicio, desde el amor que se agacha a lavar pies, que no se cansa de amar incluso cuando lo traicionan.

Para meditar hoy

  • ¿Qué tipo de felicidad estás buscando?
  • ¿En qué lugar de tu vida sentís que Jesús te llama a servir, a bajar un escalón para amar más?
  • ¿Tu espiritualidad te hace pueblo, o te encierra en vos mismo?

Oración final

Señor Jesús,
haceme feliz en tu manera.
Dame manos que laven, ojos que vean al otro,
pies que caminen hacia el hermano.
No quiero vivir para mí,
quiero vivir en vos,
y amar sirviendo.
Amén.

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