16/05/2025 – Seguimos con la cuarta entrega del micro que hemos dado en llamar “Orando con los Salmos”. Llevamos adelante este micro junto a los integrantes del Pueblo de Dios.
En esta ocasión hablamos de la “Acción de Gracias”. También hablamos sobre el Salmo 144.
Los Salmos, esa rica colección de oraciones y cánticos inspirados, son un manantial inagotable de expresiones de gratitud a Dios. En ellos encontramos un abanico de sentimientos que van desde la alegría desbordante por las bendiciones recibidas hasta el reconocimiento humilde de la providencia divina en medio de las pruebas. Nuestra Iglesia nos invita continuamente a elevar nuestros corazones en agradecimiento, siguiendo el ejemplo de los salmistas que supieron transformar sus experiencias vitales en alabanza y reconocimiento de la bondad de Dios.
Dentro de la liturgia católica, los Salmos impregnan las celebraciones, especialmente la Eucaristía, el sacramento central de la fe. En cada Misa, la proclamación de un Salmo responsorial nos permite unir nuestras voces a la oración de la Iglesia universal, agradeciendo el don inefable de la presencia real de Cristo. La acción de gracias se convierte así en un acto comunitario, donde cada fiel se suma al coro de la creación para reconocer las maravillas obradas por el Señor. Esta práctica nos recuerda que nuestra fe no es un camino solitario, sino una peregrinación compartida en la que el agradecimiento mutuo fortalece los lazos de la comunidad creyente.
La riqueza de los Salmos nos ofrece una guía para cultivar una actitud de gratitud en nuestra vida cotidiana. Nos enseñan a reconocer las pequeñas y grandes bendiciones, desde la salud y el sustento hasta la paz interior y la compañía de nuestros seres queridos. Nos invitan a mirar más allá de las dificultades y a descubrir la mano amorosa de Dios que sostiene nuestras vidas. Al meditar en estas oraciones inspiradas, aprendemos a expresar nuestro agradecimiento no solo con palabras, sino también con acciones concretas de amor y servicio hacia los demás, reflejando así la generosidad divina que hemos experimentado en carne propia.
En este programa nos guió Maria Alejandra Berlari, miembro del Grupo “Pueblo de Dios». Alejandra vive en Tandil y pertenece a la parroquia del Santísimo Sacramento.
Podés ver la entrevsita completa en link de preproducción ubicado bajo el título.