EL QUE ENCUENTRA UN AMIGO ENCUENTRA UN TESORO.
Busquemos. Dios no va a dejar a nadie sin ese tesoro
Para la amistad es muy valioso el tiempo: la acrisola, la desarrolla (a menos que sea una amistad de inercia: somos amigos porque da mas fiaca cortar el vínculo y enfrentar el desgaste que el vínculo ha tenido) Cuando una amistad transcurre en el tiempo, crece, se fortalece al pasar por períodos de desierto –como todos los vínculos-
En el mundo emocional, no resulta muy grato jerarquizar las cosas, los vínculos, pero ciertas “categorizaciones” nos dan pistas importantes, son puntos de referencia. Si no sabemos qué es lo que hay que cuidar mas, perdemos el rumbo.
Aristóteles había dicho, hablando de una manera muy reflexiva, que había tres clases de amistad: en cada una de ellas, se da la reciprocidad:
La primera sería la amistad de utilidad, basada en nuestro interés, en nuestro provecho. Es un poco una ‘amistad trucha’. Pero de alguna manera, no deja de ser amistad. Porque también los griegos decían “mas vale tener un mal amigo que no tener ninguno”. En estos tiempos que corren, donde tenemos que aprender a rescatar los vínculos desde su mínima expresión y cuidarlos, aún cuando no sean lo ideal. No sé cuántos pueden decir que cuentan con la presencia de fidelidad amorosa absoluta incondicional. Y por lo tanto, en comparación con esa fidelidad, con esa promesa, con ese compromiso, con esa especie de pacto implícito afectivo, moral, espiritual, de un carácter tan hondo, tan profundo, hoy muchos pueden sentir que el mio es…quizá una amistad de utilidad: “te presto la harina, vos prestame el huevo”. “te cuido la casa cuando te vas de vacaciones, vos cuidame la mía”. No importa. Estamos en épocas en la que hay que cuidar los valores, las cosas que valen en la vida aunque esten en su mínima expresión. Invertir y desarrollarlos, porque son tiempos en que arrecian muchas soledades de toda índole y esto nos expone a peligros espirituales muy profundos. Es lícito, es aceptable y es comprensible de alguna manera, que el intercambio sea la base, la semilla embrionaria de una amistad. Aunque desde una mirada muy estricta uno pueda decir “es una amistad de utilidad”, no importa: valorémosla aunque sea por este carácter de intercambio recíproco que nos estamos dando. Porque esa es la base de la sociedad. Así comenzó el hombre a encontrar en el otro hombre un socio para enfrentar una naturaleza hostil en algunos casos, tremendamente superior en fuerzas, que verdaderamente él no podía manejar. ¿Dónde está la clave de la inteligencia humana de la que tanto se habla y que nos lleva a definir al hombre como un animal racional, y por lo tanto de esa manera ha podido evolucionar siendo el más frágil, el más vulnerable, el más débil, el más lento en madurar? No sé si es la inteligencia la clave de nuestra sobrevivencia. Yo creo que es la capacidad de asociarse al otro y de esa manera disfrutar en el intercambio de un beneficio plus, de algo que se le agrega a las posibilidades de cada uno.
Así que vayamos tranquilos con los rótulos a veces muy rígidos, muy duros, muy negativos que le ponemos. Es comprensible. Muchas amistades comenzaron con ser amistades de utilidad y terminaron –si sabemos transitar el derrotero de la vida- pasando a estadíos más profundos y desarrollados. No pongamos una mirada triste sobre esos rótulos a veces peyorativos con que a veces se catalogan nuestros vínculos, nuestras relaciones, nuestras amistades.
También es cierto que cuando una amistad se estanca en este estadio y queda allí como ‘un empleado de un banco que se hace simpático a sus clientes para poder vender sus productos’, muchas veces estamos ‘vendiendo servicios’ para poder atrapar de alguna manera el servicio del otro. Y eso, en nuestras horas amargas y duras, no alcanza para nutrir nuestro corazón cuando necesitamos un afecto sincero y profundo.
Pero también es cierto que esa amistad que parecía tan de utilería, precaria, en la que nunca se daba el paso más allá de un egoísmo primario, de pronto, cuando una circunstancia aprieta, aparecen esas sorpresas, esos regalos de la vida. Más de una vez ha pasado que alguien que se consideraba totalmente solo, en una situación difícil se encuentra rodeado de aquellos en quienes no hubiera soñado nunca haber sembrado un vínculo de amistad. Son las cosas de la vida, y los regalos que hoy estamos festejando.
Si una estrella más cayó, este cielo llora. Si nadie reclama luna y luz, este mar ya se secó. Si un beso es uno más, esta boca espera. Si una campana no suena, el silencio se durmió.
Llaman y llaman las flores al sol, juegan y juegan todos los días al amor. Si no me llamas como lo hace la flor, te iré olvidando todos los días un poco.
Si otro árbol desnudó, el verano muere. Si nadie le exige al viento, esta nube aquí paró. Si un año más pasó, la vida es más corta. Si no sacudes al tiempo, ni un intento queda en vos. León Gieco
Cuando estés perdida bajo un cielo triste y gris y nada te vaya bien
pon tu pensamiento en mi y nómbrame sin más.
Recuerda siempre tendrás mi amistad.
Llámame, búscame y al lugar que quieras iré a tu lado estaré.
Todo lo que tienes que hacer es sentir que no te olvidé
soy tu amigo fiel, tu amigo fiel.
Cuando estés vencida y no encuentres paz
mira adentro tuyo y me encontrarás.
Piensa otra vez en mi y pronto llegaré
tú lo sabes, soy tu amigo fiel.
Todo lo que tienes que hacer es sentir que no te olvidé soy tu amigo.
Ya sabes que en mi alma tiene lugar, un puerto donde arribar
en medio de lo incierto tu sabes como encontrarme.
Tu ya lo sabes. Llámame, búscame
y al lugar que quieras iré a tu lado estaré.
soy tu amigo, tu amigo fiel.Tu amigo fiel, tu amigo fiel.
– La amistad es una semilla que Dios nuestro creador depositó en nuestro corazón y nos invita a que colaboremos en su obra sembrándola en el corazón de quien nos permite conocer, para que juntos la cuidemos y podamos disfrutar de sus riquezas.
– Hacer amigos es un don de Dios. Tener amigos, una virtud, y ser tu amigo, un honor
La segunda categoría que Aristóteles define es la amistad de placer, el placer que obtenemos en el vínculo, disfrutando con nuestros amigos las cosas que tenemos en común –un hobbi, la música, el deporte, etc- Esto es clave en una etapa de la vida: en la infancia. La infancia es una etapa para compartir placeres: el placer del juego, de la aventura, de las travesuras, de las rebeldías. Nadie va a pedir a estas amistades la virtud de fidelidad, de compromiso. Esto es propio de la infancia y la adolescencia. Cuando vamos entrando en la adultez, la vida nos va pidiendo otra clase de amistad, más completa. No por eso es para despreciar esta amistad donde nos juntamos para compartir afinidades, gustos, para ayudarnos y corregirnos, porque a la hora de compartir placeres el otro oficia a veces como un límite, como una contención, como un espejo, como una posibilidad de descubrirme a mi mismo a través del otro… Son amistades que, aunque no siempre son muy profundas, son muy intensas. Y marcan una etapa de la vida: que el otro sea una posibilidad de gozo en la vida, que este vínculo sea una posibilidad de disfrute de la vida es algo realmente muy importante.
La tercera y más completa categoría es la amistad de la virtud, basada en el aprecio y en el afecto de personas que se ayudan, se escuchan, se apuntalan, se desean el bien mutuo, se aconsejan. Es el tipo de amistad que San Agustín define como “esa amistad verdadera con la que Tú aglutinas las almas que viven unidas a Ti”. Siglos más tarde, Santa Teresa definía tener con Dios, una relación del tipo de “estarse bien con su Amigo en su compañía”. Esta amistad puede darse entre los esposos –y sería bueno que se diera: ‘mujer, niña y amiga’-. Es la que el Cantar de los Cantares recoge de una manera maravillosa, en donde entre amantes también se desarrolla la amistad. El vínculo de pareja que abriga en sus entrañas también una buena amistad es más fácil que sobreviva. También puede darse entre familiares: desearse el bien mutuo, quererse bien –que no es perder la propia identidad sino enriquecerse con la identidad del otro-.
La fuente de donde mana una amistad de virtud son los ideales. Es esencialmente válido para el vínculo de la amistad lo que Saint Exupery dice bellamente “Amar no es mirarse el uno al otro sino mirar los dos en una misma dirección”. No hay nada que una tanto a dos almas como los mismos ideales compartidos, los sueños, las ilusiones.
Suele darse que el otro no tiene ni comparte conmigo los propios ideales y sin embargo nos amamos profundamente. Es muy virtuoso un tipo de vínculo de esa índole, porque supera incluso las diferencias, los proyectos, los horizontes. Pero es bueno hurgar un poquito, porque en algún punto entramos en comunión con él, en algún punto nos necesitamos, en algún punto compartimos, aunque sea de una manera misteriosa, algo que para los dos es valioso.
TIERNAMENTE AMIGOS
Éramos como quien dice tiernamente amigos , Dos pequeños vagabundos a lomo de río, En nuestro pequeño bote de madera Íbamos pariendo luz de primavera A los trece un niño no miente cariño, Y les puedo asegurar que no tuve nunca más un amigo igual.
Nos juramos de por vida ser amigos fieles, Entre novias y poemas, risas y burdeles. Nunca separarnos, libertad o muerte. Siempre defendernos, sueño adolescente. A los diecisiete vida es utopía Y les puedo asegurar que no tuve nunca más un amigo igual
Desandamos tantas veces el camino andado, él perdió su fe y a veces nos telefoneamos. Ya no tiene gracia nuestra verborragia Yo sigo montando sobre el mismo río El vendió sus sueños y acortó caminos. Mas les puedo asegurar que no tuve nunca más un amigo igual
El perdió lo suyo y yo también perdí lo mío Algo nos cambió el perfume tierno del estío Entre bambalinas yo juego a estar vivo El cepilla un perro todos los domingos Ya no creo que recuerde nuestro río Más les puedo asegurar que no tuve nunca más, un amigo igual
Aún recuerdo su sonrisa y siento que el destino Es como algunas botellas donde duerme el vino Unas se conservan y otras se avinagran, Y aunque el tiempo mate ciertas bellas almas Siempre guardo lo que fuera suyo y mío, Y les puedo asegurar que no tuve nunca más un amigo igual
EL TIEMPO PASA Soledad
Que es lo que tendrán tus ojos que cada vez que me miran me dominan el amor Que es lo que tendrán tus manos que cada vez que me tocan me acercan la protección Hoy te da gracias la vida que golpeo tu puerta un día para entrar en tu interior Hoy el árbol con sus frutos entre el verde y el maduro no quiere perder color Aunque el tiempo pase fuerte aunque a veces sean crueles las agujas del reloj Yo te juro que mi vida y las que vengan conmigo serán tu continuación Para asegurarle al mundo un futuro tan bonito así como quiere Dios Hoy comprendo tu pregunta la que siempre repetías porque crecerás mi amor En este cielo, pierdo el temor siento que vuelo, contigo estoy Y tengo tanto que aprender en este camino incierto las hojas del árbol caen tu amor me guía siempre En este cielo, pierdo el temor siento que vuelo, contigo estoy
En este cielo, pierdo el temor siento que vuelo, a toda velocidad con tu amor En este cielo, contigo estoy.
El último repaso sobre las representaciones del mundo afectivo de las personas: ¡qué dicha sería para nosotros poder vivir cada momento en nuestros vínculos como si fuera el último. Es una dicha y un don muy grande poder vivir en el presente de forma tan intensa que lo ‘último’ pudiera estar ‘completo’. Qué bueno sería poder dar a cada encuentro con el amigo y en cualquier tipo de vínculos lo que quisiéramos fuera el retrato final. Quizá ese sea un don que se adquiere cuando se ha estado en compañía de la muerte, quizá sea una lección que solo ella enseñe: disfrutar el tiempo presente, poder correr otras inquietudes, ansiedades, vicisitudes, fugas hacia el futuro o hacia el pasado. No hay relaciones insignificantes para nuestra vida.
Lo primero que se advierte en una persona con conciencia plena es la valoración que hace de todas y cada una de sus relaciones: con la pareja, los amigos, los compañeros de trabajo, los familiares, el médico, los vecinos, los comerciantes…todas nuestras relaciones van aportando su condimento y su lección sea positivo o negativo, de esperanza o de miedo. Todas nuestras relaciones son importantes. Si nosotros decidimos brindarnos y brindar amor en cada una de ellas vamos a tener un corazón preparado para la amistad, que es un broche de oro del corazón que cultiva los vínculos.
A mis amigos les adeudo la ternura y las palabras de aliento y el abrazo el compartir con todos ellos la factura que nos presenta la vida paso a paso. a mis amigos les adeudo la paciencia de tolerarme las espinas más agudas los arrebatos del humor le negligencia, las vanidades los temores y las dudas. Un barco frágil de papel parece a veces la amistad pero jamás puede con él la más violenta tempestad porque ese barco de papel tiene aferrado a su timón por capitán y timonel un corazón, un corazón, mi corazón. A mis amigos les adeudo algún enfado que perturbaba alguna vez nuestra armonía sabemos todos que no puede ser pecado el discutir alguna vez por una amiga. A mis amigos legaré cuando me muera mi devoción en un acorde de guitarra y entre los versos olvidados de un poema Mi pobre alma incorregible de cigarra.
Amigo mío si esta copla como el viento a donde quieras escucharla te reclama serás plural porque no exhibe el sentimiento cuando se llevan los amigos en el alma
La vida es dura. Cuesta arrancarle la cosecha. Preparar la tierra, no es poca cosa: sacar yuyos, cascotes.
Hay quienes hacen obras maestras con lápiz negro y hay quienes tienen todas las acuarelas de todos los colores y no hacen nada. Quiere decir que aunque la vida es dura, no importa tanto las condiciones de la parcela propia del terreno como la voluntad de encontrarle a la entraña de la tierra su fruto. Pero esa dura labor se compensa con todas esas cosas lindas que nos ha dado Dios, porque sabe que hemos sido expulsados del Paraíso.
La vida no es un ‘video juego’. Y el camino es arduo si se lo camina solo. Y lo peor que nos está pasando en estos días es que hemos des jerarquizado las cosas. Las cosas que realmente valen, como un buen vino, una buena mujer, un buen libro…es un buen amigo aunque más no sea para comenzar con estas ‘amistades de placer’.
Otra de las cosas que tiene mucho que ver con los vínculos es que el amor tiene mucho que ver con la fe. En los momentos en que el amor se hace cuesta arriba, el aliento lo da la fe.
Hay vínculos que nacen entrañables, como una perla que se lleva en el alma. Después, por diversas circunstancias, ese vínculo sufre cambios y hasta puede perderse. Pero se puede seguir alimentando aquel vínculo, aquel recuerdo, como una perla entrañable en el baúl de las cosas lindas de la vida. Pueden ser similares los procesos vividos aún a la distancia, transitando caminos diferentes, alejados. Pero si fueron alimentados en la misma fuente espiritual del amor, ese vínculo es indestructible.
Y el amor es lo que creemos que es el amor. Si creo que el amor es sufrimiento, sacrificio, probablemente de alguna u otra manera termine encontrando vínculos que me proponen sacrificios y sufrimientos. Si creo que el amor es alegría, es compartir, probablemente termine descubriendo, encontrando o construyendo vínculos que me refuercen esta idea y esta creencia que tengo sobre el amor. Quizá es lo que aprendimos del amor cuando éramos chicos o jóvenes. Pero…
Todos imitamos las relaciones que vemos cuando somos niños y aprendemos de ellas. Si estamos rodeados de relaciones infelices, esto seguramente va a influir en nuestras actitudes hacia el amor. Si nos hemos sentido solos durante nuestra infancia, adolescencia, probablemente busquemos relaciones que nos dejen solos, o aunque no nos dejen solos, terminaremos tiñendo de soledad nuestros vínculos. El amor que doy y el que recibo tiene como fundamento lo que creo del amor. ¿Es este tipo de amor el que quiero dar y recibir? ¿Es esta la clase de relación que realmente quiero?
Pero no estamos determinados a repetir durante el resto de la vida aquellas cosas que hemos aprendido cuando éramos chicos. No es necesario que nos quedemos atascados en esta confusión provocadas por definiciones sobre el amor poco acertadas,. Podemos re definir el amor. Y esa es la función que tienen los vínculos infelices, de la índole que fueran: llamarnos una y otra vez la atención. Son alarmas que no se pueden apagar hasta que nos damos cuenta de que la responsabilidad de la posibilidad de redefinir el amor está en nosotros. ¿por qué seguir yendo a buscar agua a una fuente que está seca? ¿Por qué seguir permitiendo que los demás sean desconsiderados con nuestro amor, con nuestro corazón o nuestra ternura? ¿Por qué dejar que viejas creencias dicten nuestra vida actual? Podemos re escribir la historia, y para eso tenemos que respetarnos a nosotros mismos y a los demás, y volver a ‘grabar sobre las viejas cintas una nueva melodía’.
Te molesta mi amor, Mi amor de juventud, y mi amor es un arte de virtud
Te molesta mi amor, Mi amor sin antifaz, y mi amor es un arte de paz
Te molesta mi amor, Mi amor de humanidad, y mi amor es un arte en su edad
Te molesta mi amor, Mi amor de surtidor y mi amor es un arte mayor
Mi amor es mi prenda encantada es mi extensa morada, es mi espacio sin fin
mi amor, no precisa frontera como la primavera no prefiere jardín
Mi amor, no es amor de mercado porque un amor sangrado no es amor de lucrar
mi amor es todo cuanto tengo si lo niego o lo vendo ¿para que respirar?...
Te molesta mi amor, mi amor no es amor de uno solo sino alma de todo lo que urge sanar
mi amor es un amor de abajo que el devenir me trajo para hacerlo empinar
Mi amor, el mas enamorado es el mas olvidado en su antiguo dolor
mi amor abre pecho a la muerte y despeña su suerte por un tiempo mejor
mi amor, este amor aguerrido es un sol encendido por quien merece amor...
Silvio Rodríguez
Esa es la relación entre el amor, la amistad y la fe: A la larga, las almas que seguimos una misma antorcha, nos encontramos. Creo que no existen errores en las relaciones. Nos encontramos tarde o temprano . Esto que a veces consideramos ‘mala amistad’, que no nos enseña nada en la escuela de la dignidad, o incluso nos arrebata nuestra dignidad, son también relaciones que enseñan. En última instancia creo que es llegar al cielo, mirar la vida y decir ‘todo transcurrió como tenía que transcurrir’. La frase final de Jesús cuando dijo “Todo se ha cumplido” ¡qué hermosa expresión! No se debe asociar a “todo está acabado”. Es la expresión de poder mirar la vida como un telar bastante confuso que al darse vuelta se percibe su verdadero diseño. De un lado vemos muchos nudos, hilos cortados, el diseño parece un mamarracho. Y en algún momento el telar se da vuelta y descubre su verdadero entramado. Desde nuestro primer encuentro hasta nuestra última despedida nos relacionamos todo el tiempo los unos con los otros, y a través de nuestras relaciones aprendemos a ver nuestra alma, con sus heridas, con sus defectos, con sus carencias, con toda su rica geografía y vamos avanzando hacia la sanación. Nos vamos despojando de algunos vínculos y vamos ingresando en otros. Y no hay que poner el acento en la duración de cada vínculo sino en el aprendizaje que nos ha dejado, y valorar y amar y agradecer a Dios por lo que nos ha dejado cada relación, incluso las dolorosas. Nuestros vínculos son una escuela de dignidad. Y la dignidad es aquello que no se vende, lo que vale más incluso que la vida misma. Quiera Dios que se nos de la gracia de cultivar, de desarrollar, de aprender de cada uno de nuestros vínculos, hasta llegar a dar con la perla preciosa de la dignidad, es decir, aquellas cosas que valoramos y amamos más aún que nuestra propia vida
Camina conmigo Jesús, Camina conmigo Nunca me dejes solo, camina conmigo
Cuando me sienta solo, sin ganas de vivir, Cuando me fe no alcanza, para creer que estas allí Y cuando mi enemigo, me quiera destruir No me dejes caer Jesús, camina conmigo
Camina conmigo mi hermana, camina conmigo Nunca me dejes solo, camina conmigo Camina conmigo mi hermano, camina conmigo Nunca me dejes sola, camina conmigo
Camina conmigo mi esposa, camina conmigo Nunca me dejes solo, camina conmigo Camina conmigo mi esposo, camina conmigo Nunca me dejes sola, camina conmigo Camina conmigo mi papa, camina conmigo Nunca me dejes solo, camina conmigo Camina conmigo mi mama, camina conmigo Nunca me dejes sola, camina conmigo
Y cuando mi enemigo, me quiera destruir No me dejes caer Jesús, camina conmigo
En los momentos de soledad, desolación o pérdida se vive esta expresión de “no se si esto acabará algún día”: el miedo a que no haya un final, el miedo a que el final no sea el que el Señor nos ha anunciado: el del amor que triunfa. Es puntualmente una tentación muy profunda la de la desesperanza. Es el núcleo del sufrimiento en los momentos de pérdida: que no sea eterna la vida sino la muerte. Y es cierto que las fuerzas del mal son más fuertes, lo vemos: se imponen con más rapidez, con más brutalidad en las sociedades, en las historias, en las familias. Muchas veces en las familias cunden con más rapidez los malos ejemplos que los buenos. Cuando uno de los dos cónyuges tiene malos hábitos, generalmente los hijos imitan más a ese, y es desesperante. Al final ¿existe final bueno para la película de la vida? Yo diría que ésta es la gran pregunta que Jesús vino a contestar. En el Evangelio no dice tanto “no pequen”, como “NO TENGAN MIEDO”. Lo opuesto al amor no es el odio: es el miedo, que nos paraliza, que nos dibuja ese final feo que no acaba nunca. Y esto en verdad no es así. Y este es un mensaje dirigido a los que hoy, en medio de miles de mensajes de amistad, se sienten solos. O como Pedro, sienten que “han trabajado toda la noche y no han pescado nada”. Sí, existe un final para la noche. Sí, existe un final para esta ‘no pesca’. La vida no consiste solo en sufrir pérdidas. Después de toda muerte hay una resurrección. Por muchas pérdidas que se produzcan, siempre hay nuevos comienzos a nuestro alrededor. En medio del dolor, la pérdida puede parecer eterna, y el ciclo de la vida-muerte-resurrección parece no poder completarse nunca. Pero basta con solo contemplar que una pérdida no es todo.
Aquellos que nos toman de la mano y nos hacen recuperar la ventana de la esperanza, esos son los amigos.
Si alguna vez adviertes que te miro a los ojos, y una veta de amor reconoces en los míos, no alertes tus fusiles, no pienses que deliro,
A través de la veta, o tal vez porque existe,
piensa simplemente que puedes contar conmigo.
Si otras veces me encuentras huyendo sin motivo no pienses que es flojera; igual, puedes contar conmigo.
Pero hagamos un trato: yo quisiera contar contigo, ¡es tan bonito saber que existes! uno se siente vivo, y cuando digo esto quiero decir
Y quiero contar que aunque sea hasta dos o hasta cinco
no es para que vengas corriendo en mi auxilio, sino para que sepas que tú siempre puedes contar conmigo.
Se han tejido los tendones que sustentan las relaciones y han puesto un demonio de pasión rondando mi corazón.
TE PEDIMOS SEÑOR LA GRACIA DE SABER QUE SIEMPRE PODEMOS CONTAR CON VOS.
Si te arrancan al niño, que llevamos por dentro, Si te quitan la teta y te cambian de cuento No te tragues la pena, porque no estamos muertos Llegaremos a tiempo, llegaremos a tiempo.
Si te anclaran las alas, en el muelle del viento Yo te espero un segundo en la orilla del tiempo Llegarás cuando vayas más allá del intento Llegaremos a tiempo, llegaremos a tiempo
Si te abrazan las paredes desabrocha el corazón No permitas que te anuden la respiración No te quedes aguardando a que pinte la ocasión Que la vida son dos trazos y un borrón.
Tengo miedo que se rompa la esperanza Que la libertad se quede sin alas Tengo miedo que haya un día sin mañana Tengo miedo de que el miedo, te eche un pulso y pueda más No te rindas no te sientes a esperar.
Si robaran el mapa del país de los sueños Siempre queda el camino que te late por dentro Si te caes te levantas, si te arrimas te espero Llegaremos a tiempo, llegaremos a tiempo.
Mejor lento que parado, desabrocha el corazón No permitas que te anuden la imaginación No te quedes aguardando a que pinte la ocasión Que la vida son dos trazos y un borrón.
Tengo miedo que se rompa la esperanza Que la libertad se quede sin alas Tengo miedo que haya un día sin mañana Tengo miedo de que el miedo te eche un pulso y pueda más No te rindas no te sientes a esperar.
Sólo pueden contigo, si te acabas rindiendo Si disparan por fuera y te matan por dentro Llegarás cuando vayas, más allá del intento Llegaremos a tiempo, llegaremos a tiempo.
Aristóteles daba 3 grados en la amistad
Los que se quieren por interés no se quieren por sí mismos, sino en la medida en que se benefician algo los unos de los otros.
Los que se quieren por placer: las personas frívolas no tienen afecto a otros por que sean de una índole determinada, sino porque les resultan agradables. Por tanto, en los que se quieren por interés, el cariño obedece al propio bien de ellos, y en los que se quieren por el placer, a su propio gusto, y no por el modo de ser del amigo, sino porque le es agradable. Estas amistades los son, por tanto, por accidente, puesto que no se quiere al amigo por ser quien es, sino porque procura en un caso utilidad y en otro placer. Tales amistades son, por eso, fáciles de disolver…ya que cuando ya no son útiles o agradables el uno para el otro, dejan de quererse. Tampoco lo útil permanece idéntico, sino que unas veces es una cosa y otras, otra….Esta clase de amistad parece darse sobre todo en los viejos ( porque a esa edad ya no se busca lo que agradable, sino lo útil ), y en los hombres maduros y jóvenes que buscan su conveniencia…. En cambio la amistad de los jóvenes parece tener por causa el placer; éstos viven, en efecto, de acuerdo con el sentimiento, y persiguen sobre todo lo que les es agradable y lo presente; pero al avanzar en edad, las cosas que les resultan agradables son también otras. Por eso los jóvenes se hacen amigos y dejan de serlo con facilidad…. Pero la amistad perfecta es la de los hombres buenos e iguales en virtud; porque estos quieren el bien del otro en cuanto a sí mismos… Por ello éstos son los mejores amigos, puesto que por su propia índole por lo que tienen sentimientos mutuos de amistad, y no por accidente; de modo que, pase lo que pase, la amistad permanece…. Ahora bien, dado que los humanos nos movemos grandemente por interés, por utilidad o por placer, este último tipo de amistad es muy rara, ya que los hombres que se comportan así son muy pocos.