Hacer de la cárcel un pesebre y no un lugar de muerte

lunes, 18 de diciembre de 2017

pastoral

18/12/2017 – En el ciclo pastoral carcelaria, el Padre Damián Vidano, quien forma parte de la Pastoral Carcelaria en la Diócesis de San Nicolás de los Arroyos, habló sobre  cómo se vive el adviento dentro de un contexto de encierro y la ayuda que realiza la pastoral en esta época.

En diálogo con Radio María Argentina, el Padre Damián Vidano sostuvo que el pesebre es el lugar más pobre y frágil que existe pero Dios eligió nacer en ese lugar para dar a luz al gran Salvador: “si Dios decidió elegir ese espacio austero, pobre y oloroso, podemos decir que elegiría la cárcel también para nacer y es ahí donde surge toda la esperanza y la fuerza del nacimiento”. El padre expresó que el pesebre trae toda la ternura de Dios y es capaz de aparecer en medio de nuestra fragilidad y llenarlo de una novedad “increíble” tal como sucedió con los pastores que estaban tratando de dormir y de pronto les apareció el ángel: ” lo que apareció en la oscuridad de pronto se vuelve en algo lleno de luz”.

“Las cárceles no tienen que convertirse en un lugar de muerte sino en un pesebre, un lugar donde nazca un hombre nuevo” señaló Vidano. El padre advirtió que se cree que en la cárcel no hay navidad pero hay muchos  que deciden esperar la llegada de la salvación: “en medio de un lugar donde sobreabunda el pecado, sobreabunda la misericordia de Dios”.

El Padre Damián expresó que la cárcel esta llena de ruido y es muy difícil encontrar espacios de silencio porque éste aturde cuando se está dentro: “cuando uno hace silencio se encuentra con uno mismo, con Dios y eso a veces es doloroso, por eso nosotros tratamos de encontrar esos espacios de encuentro con Dios”.

“La cárcel es un lugar para volver a nacer, es para poder mirar con amor. Adentro no hay internos o presos sino hijos de Dios” señaló el Padre. Además advirtió que en esta navidad hay muchos chicos que nunca han experimentado la misericordia de Dios pero somos nosotros los responsables de hacerles esa transmisión porque “pertenecemos a una llama que es infinita”.