La Comunión de los Santos

miércoles, 26 de febrero de 2020
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25/02/2020 – Esta semana continuamos con el ciclo “Las Postrimerías” junto al padre Héctor Espósito, Párroco de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, de Villa del Rosario, en la provincia de Córdoba. El tema sobre el que hoy seguimos reflexionando es el “Cielo”, en esta segunda parte “La Comunión de los Santos”.

En el cielo se cumplirán todos los deseos de uno pero, además, se cumplirá la palabra dada por Dios que ni el ojo vio, ni el oído oyó lo que Dios tiene preparado para los que lo aman. ¡Cuántas sorpresas nos tendrá Dios preparadas! Y no solo por cantidad sino por calidad.

En el Credo decimos “Creo en la Comunión de los Santos” pero ¿que es la Comunión de los Santos? . El Catecismo de la Iglesia Católica, en el número 946, habla de la Comunión de los Santos. En una parte se habla de los bienes espirituales, la Comunión en la fe, la Comunión de los sacramentos , la Comunión de los carismas, la Comunión de los bienes materiales, la Comunión de la caridad.

Después está la Comunión entre la Iglesia del cielo y de la tierra. En esta parte, el catecismo habla de los tres estados de la Iglesia: una Iglesia peregrina, que es la nuestra; la Iglesia purgante, que es la Iglesia que se está purificando, la de nuestros seres queridos que ya partieron con el Señor; y el tercer estado de la Iglesia es la Iglesia Triunfante, que es la Iglesia del Cielo.

Nosotros estamos unidos a estos estados, estamos en “común unión”, es la “Comunión de los Santos”.

Hay una santidad que se llama ontológica y una santidad llamada moral. La primera es la que tiene el ser en si mismo, somos bautizados y, al ser bautizados, el Señor nos concedió la gracia de la santidad. Después está la santidad moral que es el vivir según esta santidad que Dios nos ha regalado.

Estos tres estados: triunfante, purgante y peregrino son los 3 estados de la Iglesia, esta es la Comunión de los Santos y cuando decimos “creo en la Comunidad de los Santos”, decimos creo en los santos del cielo, creo en las almas del purgatorio, creo en la Iglesia peregrina, creo en la Iglesia que es santa, católica, apostólica romana. Por eso el medir lo que decimos y declaramos nos hace vivir la grandeza de esta Comunión de los Santos.

Dice el Concilio Vaticano Segundo: “Todos, sin embargo, aunque en grados y modos diverso participamos en el mismo amor a Dios y al prójimo y cantamos el mismo himno de alabanza a Dios nuestro. En efecto, todos los que son de Cristo, que tienen su espíritu forman una misma Iglesia y están unidos entre sí, en Él”.

La unión de los miembros de la Iglesia peregrina con los hermanos que durmieron en la paz de Cristo de ninguna manera se interrumpe, más aún, según la constante fe de la Iglesia, se refuerza con la comunicación de los bienes espirituales.

Concluimos que, cuando digamos “creo en la Comunión de los Santos” afirmamos nuestra fe en esta, mi Iglesia peregrina (tu, yo, nosotros).