25/03/2020 – Todos estamos en cuarentena pero no es lo mismo afrontar una cuarentena para las personas que tienen un salario mensual que en la situación de aquellas personas que si no salen a trabajar cada día a hacer una changa, un trabajito, no tienen dinero para comprar algo para comer. No podemos dejar de ver esta realidad de miles y miles de hermanos que están en esta situación en Argentina.
Es cierto que hay una cobertura social estatal importante. Pero todos sabemos que, por distintos motivos, esa ayuda social no llega a todos. Y que incluso a los que llega, no alcanza para cubrir todas las necesidades. Porque no hay que olvidar que, según el Indec, para no ser pobre en Argentina, una familia necesita más de 40 mil pesos por mes.
Basta hacer una cuenta: ¿cómo hace para llegar a esa cifra quien no tiene un trabajo estable, si, además, tiene que quedarse en su casa?.
Esto lo sabe bien el padre obispo Gustavo Carrara, obispo auxiliar de Buenos Aires, vicario para las villas y los barrios más pobres de la Arquidiócesis de Buenos Aires quien, en diálogo con Radio María Argentina, aseguró que “las familias de los barrios (precarios) son responsables y cumplen bien la cuarentena, lo que pasa es que la mayoría de esta gente tiene trabajos informales y si no salen a trabajar no comen, por eso es que, las parroquias de los barrios se están organizando, y muy bien, para asistir en primera instancia con el tema alimentario, buscando caminos para también cuidar a los abuelos y a los más vulnerables”.
Monseñor Carrara también destaco que “hay parroquias que tienen los cetros barriales, de la familia grande de el Hogar de Cristo que con mucho esfuerzo y mucho cariño están haciendo la cuarentena pero todavía hay gente que esta viviendo en la calle, que no tiene casa y bueno, la Iglesia esta activa en estos barrios para asistir en todo lo que se pueda”.
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