14/05/2025 – ¿Te preocupa la crisis y la polarización en Argentina? ¿Crees en el poder de la comunidad para construir un futuro mejor? El Jubileo Diocesano de Líderes Sociales, celebrado en Concepción de Tucumán, reunió a personas clave que trabajan incansablemente en sus comunidades para tejer esperanza y buscar soluciones. Emilio Insaurraga, director de Cáritas Argentinas y consultor del Vaticano, nos cuenta en detalle este encuentro crucial.
Con una convocatoria amplia que incluyó referentes territoriales, funcionarios públicos y líderes de diversos ámbitos, este jubileo se convirtió en un espacio de reflexión y acción. Durante toda una jornada, los participantes analizaron el rol y la misión de los líderes sociales en la Argentina actual, compartieron necesidades y posibilidades, y se animaron a trabajar juntos en pos de la amistad social, tal como lo insiste el Papa Francisco.
¿Qué conclusiones surgieron de este encuentro? Emilio destaca la toma de conciencia sobre la importancia del Jubileo de la Esperanza como un acontecimiento espiritual que nos invita a renovar la fe, fomentar la reconciliación y promover una cultura de solidaridad y encuentro. En este contexto, los líderes sociales desempeñan un papel fundamental como promotores de justicia, inclusión y dignidad humana, especialmente en comunidades marcadas por la desigualdad.
Uno de los puntos claves compartidos fue la concepción del liderazgo como servicio , no como dominación. Los líderes sociales más esperanzados son aquellos que se involucran en la realidad, trabajando junto a la comunidad para resolver problemas concretos, aportando creatividad y considerando a la gente como protagonista de las soluciones.
Emilio también subraya la importancia de la unidad y el trabajo en equipo . Un líder no existe sin un grupo, sin una comunidad. El propósito fundamental es ayudar, sostener, brindar esperanza y aportar soluciones de manera conjunta. Esta idea de sinodalidad, de caminar juntos con un propósito y valores compartidos, se traslada también a la vida social, buscando dejar un legado positivo.
Otro rasgo distintivo de los líderes sociales esperanzados es su sentido de urgencia ante las necesidades básicas, pero también su visión de fecundidad , buscando soluciones de fondo que empoderen a las personas y les permitan acceder a una vida digna a través de la educación y la capacitación. La esperanza, desde una perspectiva cristiana, se traduce en un amor activo que nos impulsa a trabajar por el bien de todos.
Finalmente, Emilio nos ofrece una definición clara de los líderes sociales: personas que asumen una responsabilidad ante quienes los rodean, a quienes la comunidad les otorga cierta autoridad para servir y ayudar a desplegar su mejor versión, caminando juntos hacia el bien común. Son aquellos que abrazan causas y se animan a protagonizar el servicio en diversos ámbitos de la sociedad.
Este encuentro en Tucumán es un ejemplo inspirador de cómo la comunidad organizada, liderada por personas comprometidas, puede generar esperanza y construir un futuro mejor en medio de las dificultades. ¡No te pierdas este testimonio valioso que nos invita a todos a ser protagonistas del cambio!