La fe en Jesús conduce a la autenticidad

lunes, 16 de diciembre de 2019
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16/12/2019 – Lunes tercera semana de Adviento

“Jesús entró en el Templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo, para decirle: «¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te ha dado esa autoridad?». Jesús les respondió: «Yo también quiero hacerles una sola pregunta. Si me responden, les diré con qué autoridad hago estas cosas. ¿De dónde venía el bautismo de Juan? ¿Del cielo o de los hombres?». Ellos se hacían este razonamiento: «Si respondemos: «Del cielo», él nos dirá: «Entonces, ¿por qué no creyeron en él?». Y si decimos: «De los hombres», debemos temer a la multitud, porque todos consideran a Juan un profeta». Por eso respondieron a Jesús: «No sabemos». El, por su parte, les respondió: «Entonces yo tampoco les diré con qué autoridad hago esto».

Mateo 21,23-27

Los fariseos son nacionalistas y rigoristas religiosos que se consideran el verdadero Israel y que entre sí se dan el nombre de amigos, los haberim, y también de piadosos, los hasidim, que son los observantes fieles de la Ley de las tradiciones de los padres.

Estos dice Jesús: los fariseos son hipócritas; es decir, fingen. Ese es el sentido etimológico de la palabra que proviene del latín tardío hypocrisis y del griego π?κρισις (hypokrisis), que significan “actuar” o “fingir”. Jesús les está diciendo que su pretendida y depurada religiosidad es apariencia de verdad, no es real, es fingida, es carente de autenticidad. Todo esto le trae a Jesús una serie de problemas y enfrentamientos. Ellos le preguntarán a Jesús, ¿de dónde viene tu autoridad?

La autoridad de Jesús muestra la contracara de la hipócrita forma de encarnar la autoridad que tienen los fariseos. ¿Que es la autenticidad? Un primer modo de entender la autenticidad es en sentido vitalista, la expresión absolutamente espontánea del mundo interior, la liberación de cualquier represión. Hay hoy escuelas psicológicas y educativas que sostienen tal idea de autenticidad: el dar curso libre a todos los impulsos instintivos para liberar a la persona y que sea ella misma. Lo contrario, es sinónimo de falseamiento y frustración según estas escuelas.

El otro modo de entender la autenticidad es siempre con referencia a la esencia espiritual del hombre. En este sentido, la autenticidad es un ideal a conquistar de acuerdo con la imagen del hombre integral que la razón y la fe dibujan en la conciencia.

Entendida en este último sentido, la autenticidad no puede menos de comprender las tres dimensiones fundamentales de la expresión humana: voluntad, pensamiento y sentimiento. Autenticidad de la voluntad mediante la identificación con el propio fin; del pensamiento mediante la convicción y del sentimiento mediante los conceptos de jerarquía, compatibilidad y resonancia interior.

Jesús nos cuestiona con su autoridad y nos invita a quitarnos las apariencias para encontrarnos con nuestra verdad más cruda y caminar por el camino de la autenticidad.

 

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