03/09/2021 – En “Diálogo de hermanos”, el rabino Marcelo Polakoff explicó en qué consiste la fiesta del año nuevo judío, el “Rosh hashaná”. Junto al padre Javier Soteras, el diálogo comenzó a partir del libro del Levítico en el capítulo 23, versículos del 23 al 25, cuando dice: “El Señor le ordenó a Moisés que les dijera a los israelitas: El primer día del mes séptimo será para ustedes un día de reposo, una conmemoración con toques de trompeta, una fiesta solemne en honor al Señor. Ese día no harán ningún trabajo, sino que presentarán al Señor ofrendas por fuego”. Polakoff remarcó que “este capítulo 23 del Levítico habla de las fiestas mensuales del pueblo hebreo. En el séptimo mes por lo de la perfección del número 7. En la Torá no hay referencias a nombres de meses, pero si a números de meses. Esto se logró también con la tradición popular. Entre setiembre y octubre está el inicio de cada año judío. El día de la creación de Dios fue en otoño, según la tradición de nuestro pueblo. La visión de esto es que al haberse creado el mundo en otoño significa que no todo está disponible, sino que requiere de trabajo para obtener los frutos del sustento. El paraíso está donde se trabaja y se cuida de la creación.
Luego, el padre Soteras indicó que “el Tiempo de la Creación para los católicos comienza el 1 de septiembre, que fue el día mundial de oración por el Cuidado de la Creación sugerido por el papa Francisco desde el año 2015. Esto el papa lo hace para coincidir con lo que el pueblo judío en el inicio de su nuevo año. Esto permite encontrar mayor sintonía con todas las religiones monoteístas en cuanto a cuidar lo creado por Dios. Es bueno usar este tiempo para hacer reajustes en torno a esto. Tenemos que recuperar el valor y el sentido que tiene la creación y su destino final que es en Dios. Para el cristianismo, el tiempo del Adviento es un tiempo de preparación para el Señor que viene, que vendrá en la Navidad. También es una preparación para la segunda venida de Jesús, que aún no ha ocurrido”.
“Los judíos contamos los años desde la mítica aparición bíblica de Adán y Eva. Esa primera pareja ancestral daría origen a lo que sería el proyecto de la humanidad. El año nuevo judío, el “Rosh Hashaná” es una invitación a reparar el todo, reparando la parte que a cada uno le toca. Es pensarse como un renovado Adán o Eva, y volver a caminar esos primigenios senderos para enfrentarlos con una cuota mayor de libertad y de responsabilidad. Es percibirse haber sido llamado a la existencia como un socio de Dios en la sagrada tarea de partir habiendo dejado el escenario un tanto más bello de lo que lo recibimos”, agregó Marcelo.