18/01/2021 – “La gente sufre mucho pero tiene una fe tan grande, que contagian esperanza”, consideran Ludmila y Charo de Puntos Corazón Argentina.
En el ciclo, “Misionando con María”, junto a Puntos Corazón, dialogamos con Ludmila Roldán y Rosario (Charo) Corrales. Cabe recordar que Puntos Corazón es un movimiento misionero católico que ofrece una misión al servicio de los que más sufren. Son jóvenes voluntarios que buscan a Dios y desean servir a los más pobres y pequeños compartiendo una vida simple y viviendo en comunidades internacionales.
Charo compartió que estuvo misionando un año en El Salvador (2017-2018), tiene 28 años y es de Nogoyá, Entre Ríos y comenzó diciendo que “Mi llamado a misionar viene desde muy chiquita, ya que mi mamá es maestra rural y ya tenían a cargo un grupo misionero allí”, contó.
Recordó la importancia de un sacerdote que le dio clases en el secundario en Nogoyá, el padre Arnaud, quien había misionado con Puntos Corazón, “Él nos hablaba con tanto amor de lo que hacía”, resaltó Charo.
“Si bien me generaba miedo estar separada de mi familia, de mi novio, quien también es misionero, él misionó en India y fue quien me impulsó a hacerlo, pude pedir asesoramiento a un sacerdote, lo recé mucho y en 2016 comencé la formación”, testimonió.
Mientras que Ludmila estuvo también misionando en El Salvador, en el período 2019 y 2020, tiene 23 años y contó que “Yo pertenezco a la Infancia misionera”. Y completó diciendo que “Yo conocí Puntos Corazón por la difusión y confirmé mi deseo de misionar, después de escuchar el testimonio de una joven”.
Ante esto, Ludmila destacó que “Los testimonios son algo muy valioso que tiene la iglesia”.
En cuanto al desafío de misionar, Ludmila reconoció que hay momentos en los que no sentís que tenés que estar ahí, pero luego viene la gracia que te asiste, “A pesar de que había días en que no sentía al Señor, iba a la misión y entendía el por qué”.
Al respecto, Charo describió brevemente el país diciendo que “El Salvador es particularmente un país marcado todavía por la guerra, aunque terminó, por la violencia de las pandillas. Hay heridas que no cierran”. Y agregó “Está marcado también por las catástrofes naturales”.
Y ante esta realidad difícil, resaltó que “La gente sufre mucho pero tiene una fe tan grande, que contagian esperanza”. “Me marcó mucho esto en la misión”.
“Lo que más nos une de la misión en El Salvador son las mamás del Bloom”, dijeron Ludmila y Charo de Puntos Corazón, al referirse a las mamás que acompañan a sus hijos y a otros niños que están internados en el hospital Bloom de El Salvador, donde ellas misionaron.
Por su parte, Charo expresó que hay personas con las cuales es fácil compadecerse y otras que no. “Yo tuve una experiencia fuerte al ver esas mamás Bloom, acariciando la frente de sus hijos, tan unidas a la cruz, ahí es fácil compadecerse”. “Pero en otros casos no es fácil, como el encuentro con Niña Blanca, que cargaba tanto sufrimiento, amar a Niña Blanca con sus miserias, fue un desafío que me ayudó a crecer”.
Ludmila indicó que “No podemos sobrellevar el sufrimiento de los demás sin el apoyo del otro”. “Las dos estamos muy de acuerdo en que la compasión no es algo que se despierta de un momento a otro, es una gracia”.
Finalmente, Ludmila Roldán y Charo Corrales de Puntos Corazón les dejaron un mensaje para los jóvenes, “Si sienten el llamado a misionar, recen mucho, busquen ayuda a la hora de hacer el discernimiento”. “Los planes de Dios son mejores que los nuestros”. Y, “Cuando no tengamos nada para aliviar el sufrimiento del otro siempre podemos ser testigos de esperanza”.
Para contactarse con Puntos Corazón:
https://www.puntoscorazon.org.ar/
[email protected]
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