La gravedad del escándalo

viernes, 14 de noviembre de 2008
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Después dijo a sus discípulos:  “Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquel que los ocasiona!  Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños.  Por lo tanto, ¡tengan cuidado!.  Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo.  Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo:  “Me arrepiento”, perdónalo”.  Los Apóstoles dijeron al Señor:  “Auméntanos la fe”.  Él respondió:  “Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí:  “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, ella les obedecería.”

Lucas 17 ,1 – 6

El evangelio de hoy está compuesto por fragmentos inconexos, que forman parte de un discurso de Jesús, sobre las condiciones para entrar y para vivir en la comunidad del reino de Dios. Contiene tres temas, el primero, es el escándalo causado a los hermanos más débiles, al escandalizar a unos de estos pequeños, más le valdría al que lo hace ponerse al cuello una rueda de molino y arrojarse en el mar.

El segundo tema es el perdón fraterno e ilimitado para quién pide perdón, “si tu hermano te ofende siete veces, y siete veces vuelve a decirte lo siento, lo perdonarás”.

Y el tercer tema que forma parte de esta inconexión de construcción que ha hecho Lucas, frente al relato de qué hacer para estar de cara al reino, es el poder de la fe.

Hoy hablaremos sobre este último tema, El poder de la fe, el primer título que ponemos a nuestra catequesis es el sí que marca un cambio de calidad por sobre la cantidad y define una vida. a la petición de los apóstoles, auméntanos la fe, Jesús no responde directamente, ni les enseña una táctica de conquista, sólo dice, si tuvieran fe como un grano de mostaza, dirían a esta montaña, arráncate de raíz, plántate en el mar, y le obedecería. Exageración intencionada, posiblemente, sí seguramente, pero la condición sí, es la que limita el poder de la utopía. Los discípulos piden aumentar la fe, y Jesús habla de calidad. Bastaría un poquito de fe, como un grano de mostaza, que es la mitad de la cabeza de un alfiler.

Una fe auténtica es capaz de transformarlo todo.

Es una fe que como tal es corta en su expresión, pequeña como un grano de mostaza, pero que es larga en su posibilidad, en su significación, en su alcance, similar a un gran poder con el que Dios es capaz de actuar. La súplica de los discípulos responde sin duda a una situación vacilante de ellos mismos o de una comunidad cristiana en que se gestó la redención de los evangelios en situación de crisis.

Una fe fuerte, una fe cualificada, de calidad, fe que es capaz de transformarlo todo, es una honda adhesión al misterio de Dios al que somos invitados a pertenecer. Un sí en la fe que marca un rumbo en la vida y empieza a gestar una nueva vida, de eso nosotros somos testigos en la propia existencia. Cuantos sí que dimos en la vida y que damos en la vida y que nos permiten ir encontrando siempre nuevos rumbos.

Cuando vos miras por tu vida y te encuentras con los momentos más crít