La humildad en el camino cuaresmal

miércoles, 11 de marzo de 2009
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Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir:  "Esta es una generación malvada.  Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás.  Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación.  El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón.  El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay alguien que es más que Jonás.

Lucas 11, 29 -32

Mi apego a mi mismo, mi propio yo, mi demasiada seguridad personal, mi demasiado

apoyo en mi mismo. Maldito el hombre que confía en el hombre y no pone su confianza en el Señor dirá el Espíritu Santo en la Palabra y cuanto de maldito habrá en mi que no confío todavía en Dios que todavía estoy demasiado pendiente de mis apegos, de mis seguridades.

Quizás tengo muchos años y todavía me doy cuenta cuanto me falta, es tan poco lo que soy y es tanto lo que me falta. Que ésta pequeñez me lleve a vivir un verdadero camino de humildad. Ponerme en las manos de Dios concretamente, de verdad creerle al Señor. Poner el corazón y la seguridad en El y despreocuparme en lo concreto de tantos dominios, tantos manejos, tantas peleas, tantos enojos.

En fin tener en mis manos la existencia. Que Dios como un potro salvaje quiera correr desde mi interior para el lado que tenga ganas de correr según su plan. Que yo pueda dejar que El me conduzca. Humildad implica abajarme. Que me abaje y humille tanto y en cuanto en mi sea posible.

Nunca es suficiente nuestro abajamiento. Siempre el orgullo está trabajando ya que es el vicio tan difícil y neurálgico, raíz de todo mal en el espíritu humano por eso todo ejercicio de humillación para adquirir humildad de desprendimiento, de callar de si mismo, callar en el dolor, callar de los demás, todo ejercicio de acallar y someter voluntariamente descubriendo y confiando en la Gracia de Dios que pasa. Todo ese ejercicio nunca es suficiente.

Todo lo que pueda, dice San Ignacio, he de aprender a humillarme. Humillarme no significa decir soy una porquería, soy responsable de todo. No significa decir no sirvo. Eso es lo contrario de la humildad, eso es un producto de la suficiencia, del no aceptar mi existencia, del no dejarme ver con el rostro de Dios y no dejar que el amor de Dios me redima. Eso es exigirme y juzgarme a mi mismo.

Llevado de éste espíritu tantas almas cristianas, tantos piadosos se infringen a si mismo enormes penitencias, formas de sacrificios y renuncias que fatigan y fastidian el alma. Que generan un espíritu agresivo, punzante e hiriente para el prójimo y no nos deja sino subir a un pedestal desde un concepto quizás inconsciente de fariseísmo vamos subiéndonos a un pedestal desde el concepto que soy culpable y responsable y pecador de tal manera que no tengo derecho a nada y no soy digno de nada.

No ser digno es lo lógico, no merecer por supuesto pero si Dios llama y Dios da la Gracia porqué esa persona que quiere ser discípulo de Jesús y reconoce su pecado se auto castiga. Porqué decide reconocer su pecado en una confesión sincera pero no se permite acercar a la Comunión. Porque no es digno ¿ y cuando va a ser digno? ¿Cuándo va a estar preparado para el Señor? Te das cuenta que el camino de la humildad es más simple.

Cuanto tenemos que trabajar y cuanta luz trae el ejercicio de la virtud de la humildad y tanto miedo tenemos a seguir éste camino porque exige algunas humillaciones. Que importante es mirar a Jesús que me amo y se entregó por mi

La Palabra de Dios en el libro de Jonás en el capítulo 2 nos cuenta que Jonás invitado por el Señor a ir a anunciar a Nínive el llamado a la conversión se resiste. El acento de la Palabra en Lucas que vamos a estar considerando hoy: capítulo 11 de Lucas del versículo 29 en adelante le piden al Señor una señal milagrosa y el Señor va hablar y hace referencia a éste texto de Jonás pero está centrado en el tema del rechazo a la Palabra y a la enseñanza profética y al llamado a la conversión que hace Jesús en el Evangelio de hoy.

Por eso la citación de Jonás.

Viene a colación del Evangelio que vamos a proclamar en segundo lugar. Esta Palabra nos revive aquella experiencia. Jonás partió dispuesto a huir a Tarsis lejos del Señor versículo 3 del primer capítulo de Jonás: Jonás partió dispuesto a huir a Tarsis lejos del Señor.

Quiero retrotraerme al primer libro de la Biblia: el Génesis.

¿Adán donde estás? son las Palabras del Señor. Aquí estoy atrás de unas plantitas escondido tapado con un taparrabo con unas hojas.

¿Por qué te escondiste Adán? Acaso comiste o sea me desobedeciste.  Te olvidaste de cumplir mi voluntad. Por eso descubriste tu desnudez

¿Adán donde estás? Y Adán estaba escondido huyendo del rostro del Señor. Me sacude profundamente ésta consideración de la Palabra porque esto es vivir de la Gracia, vivir de Jesús, creer en Jesús, vivir de cara a Dios desnudos frente a El.

Que procesos que tendremos que hacer o tendrá que hacer la Gracia en nosotros hasta que podamos estar frente a El siendo lo que somos, hasta que dejemos de vivir la hipocresía. Cuanto faltará hasta que nos convirtamos y dejemos de vivir la hipocresía, de contarle a Dios que somos buenos tipos o buenas mujeres porque hacemos cosas buenas y no estamos atentos a la voluntad de Dios.

Es que no hay cristianismo y camino de santidad pleno sino estoy dispuesto a decir Señor que querés vos, habla Señor que tu siervo escucha. Por eso insisto la Palabra es clara para el camino de liberación que necesita todo corazón humano. Ojalá hoy escuchen la voz del Señor. Es el llamado a la conversión, a empezar a obedecer a Dios. Poner a Dios en el centro de mi vida. Que provocación tan grande para el espíritu humano y para el hombre de hoy tan preocupados de nuestros músculos, de nuestra imagen, de nuestra felicidad, de nuestra seguridad.

Nosotros que vivimos atormentados por la paz, por las ganas de ser felis, atormentados por tener momentos de placer. Tan atormentados que somos esclavos de la felicidad y así se nos va la vida sufriendo en la búsqueda de la felicidad siendo tan obedientes a nuestras búsquedas que hacemos de la felicidad una desilusión permanente ya que la felicidad son pequeñas migajas de placer que se nos van como agua de las manos. Vieron que uno desea tanto las vacaciones y cuando las empieza a vivir se terminaron y uno siente que es tan largo el año porque son tan cortas las vacaciones. Tan pasajero Ese hombre esclavo de la necesidad de plenitud porque la busca solo a su manera porque solo se obedece a si mismo.

Quizás yo también soy de estos que están tan preocupados de si mismo que solo obedecen a lo que se les ocurre, a lo que les pulsa el corazón desordenado como un potro salvaje siente y vibra y busca por distintos lados de distintas maneras pero solo centrado en si mismo.

La palabra amor es la que define la actividad fundamental del camino de la plenitud humana. Amar es salir de si, es que en el centro no esté el yo. Este es el llamado a la conversión. Es un llamado al amor. Aprender a salir y a descubrir el amor para que esté en el centro de mi vida por eso la necesidad de proclamar a Jesús como Amor, como Dios, como esencial para nosotros sin el cual no podemos vivir. Por eso estamos en éste tiempo poniendo a Jesús en el centro de nuestra existencia como una gimnasia permanente.

Vamos pedir al Señor no huir de su presencia, animarme a estar frente a El ¿porqué seguir escondiéndome de Dios? Porque seguir obedeciendo solo mi vergüenza y mi desnudez?, porque no animarme a ir más allá de mi mismo poniendo a Dios en el centro de mi vida? Hacia la Pascua queremos poner a Jesús en el centro de la vida.

Estabamos recordando la escena de Jonás que huye del Señor pero se sube a un barco para huir del Señor. Subiéndose a esa barca empieza una tormenta muy grande y Jonás que había bajado a la bodega del barco se había acostado y estaba dormido profundamente, estaba cansado. Porque el que huye, el que esconde se agota mucho, tiene mucho que explicar, mucho que justificar, mucho que cuidar, mucho de que atajarse, tiene que esgrimir muchos argumentos.

No tiene libertad, tiene que esconder. El camino de la mentira es el que a veces hace que se nos caiga el pelo, los dientes, se nos contractura los músculos de la espalda, que nos enfermemos del estómago, del colon que estemos irritados, tensos, nerviosos, agresivos, que estemos disparando y buscando descanso. A veces es el camino de la mentira. Una gran mentira en el fondo puede tener otros rostros pero en la raíz un gran camino de mentira, de huida.

Cuanta gente huye de la voluntad de Dios, cuantas veces yo estoy huyendo de la voluntad de Dios. Yo le doy gracias a Dios porque deseo hacer la voluntad de Dios. Eso es una Gracia. Cuando la gente tiene ganas de escuchar y obedecer a Dios es porque el Señor se le ha manifestado.

Siga el camino, no se deje vencer por el miedo y no se deje derrotar por las derrotas que tenga, pequeñas derrotas diarias por la impaciencia, por la falta de oración, por pereza, por el egoísmo. No se desanime, no se case con el mal. Haga el camino en la verdad siga adelante pero no huya, no se esconda. Cuando la gente se calla la gente se esconde, guarda cosas, no quiere ser involucrado.

Donde está el camino de un hijo de Dios ¿en cumplir sacramentos? ¿ en cumplir ritos cristianos. En tener compromisos. En no matar, en no robar. ¿Eso es se cristianos? Es una cuestión de identidad, de ser no comprar lo que Dios puede regalar porque quiere. El pretender comprar y éste concepto está muy metido inconscientemente en nuestro comportamiento.

Somos negociantes de la fe, como negociamos la relación, como negociamos los negocios, como negociamos con la vida. También tenemos el hábito profundamente arraigado y ese es el llamado a la conversión de negociar con el Señor la salvación Huir, escondernos .

Las personas que se dan cuenta que se están escondiendo están enfermos. Es una actitud, estamos enviciados en la huida. Son los profundos hábitos que ha dejado la marca del pecado original. Los teólogos hablan de las consecuencias del pecado original. Esta es una consecuencia directa de nuestra situación profunda de soberbia. Es nuestra manera concreta de mentir. No quiero que me controlen, no quiero que me vean, no quiero que sepan que hago no vaya a ser que se enteren. Falta la libertad de huir de Dios. Huir de Dios.

Todos se dieron cuenta que el huía la Palabra de Dios lo dice el capítulo de Jonás Lo dice el capítulo 1 del libro de Jonás :soy hebreo y adoro al Señor. Dios del cielo el que ha hecho el mar y la tierra

firme y aquellos hombres se llenaron de miedo y le preguntaron ¿Qué has hecho? por su relato ya sabían que huían del Señor

El pobre Jonás descubierto en su mentira. Toda vida mentirosa termina delatando esa tenebrosidad del corazón. Todo eso que va pasando que en vez de ponerme sencillo frente a la vida, más libre, más sereno poniendo entretejedor de situaciones, complicado, manejador, juzgador y sigo instalado en la postura. Cuido muy bien el aspecto, mido muy bien las Palabras pero apenas tengo una dificultad salta algo de adentro que llama la atención y que los demás dicen acá que pasa. 

Quizás no entienden que, pero se dan cuenta del mal olor, la casa está como ordenada pero hay olor a cáscara de papas peladas escondidas en un basurero, a mugre acumulada hace tiempo debajo de la alfombra de la casa bien presentada. Eso es la penitencia externa sin el sentir interior de la conversión. Las mentiras tienen patas cortas.

Cuando vivo en la mentir termino ahogado en la mentra. Quizás mi conversión sea aceptar la mentira, que yo no soy leal, que no soy franco, que no estoy poniendo lo que estoy poniendo y que soy yo el responsable de ésta situación, que mi pecado como le pasó a Jonás, su huida de Dios, su mentira, su disparar del plan de Dios hizo que el barco que de sometido y toda la comunidad sometida a las grandes tormentas para que se destruyan y ahoguen todos.

Cuantos se ahogarán si yo no me convierto, si yo no reconozco mi pecado Si tu mano es ocasión de pecado córtala más vale manco en el Reino y no enterito en el infierno con los 2 brazos, si tu ojo es ocasión de pecado arráncalo. Más vale tuerto en el Reino que con 2 ojos en la gehena. La Palabra hace un llamado claro a la conversión tan claramente que conmueve.

Ya Dios no sabe como hablarle al hombre de hoy, no sabe como hablarme a mi hombre de hoy. No sabe que decirme que no solo me quiere salvar y quiere un camino de libertad y no sabe como decirme que tengo si o si obedecer y tengo que cambiar los móviles que tiene que haber otro centro en mi vida de ése tiempo Hasta cuando Señor tendré que hacer esperar al amor de Dios.

Que duro es el corazón humano y tan pequeño pero tan subsistente en si mismo, tan sordo para oír. Jonás fue tirado al mar pero el Señor hizo un signo muy grande. El Señor hizo que un pez se tragara a Jonás. El mar se calmó y salvaron la vida de todos porque Jonás reconoció su pecado Signo de la Pascua de Jesús 3 días y 3 noches en el vientre del ballenato.

El Señor hizo que un gran pez se tragara a Jonás, y este permaneció en el vientre del pez tres días y tres noches. Entonces Jonás oró al Señor, su Dios, desde el vientre del pez, diciendo: "Desde mi angustia invoqué al Señor, y él me respondió; desde el seno del Abismo, pedí auxilio, y tú escuchaste mi voz. Tú me arrojaste a lo más profundo, al medio del mar: la corriente me envolvía, ¡todos tus torrentes y tus olas pasaron sobre mí!.  Entonces dije: He sido arrojado lejos de tus ojos, pero yo seguiré mirando hacia tu santo Templo.  Las aguas me rodeaban hasta la garganta y el Abismo me cercaba;las algas se enredaban en mi cabeza.  Yo bajé hasta las raíces de las montañas: sobre mí se cerraron para siempre los cerrojos de la tierra; pero tú me hiciste subir vivo de la Fosa, Señor, Dios mío.  Cuando mi alma desfallecía, me acordé del Señor, y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo Templo.  Los que veneran ídolos vanos abandonan su fidelidad, pero yo, en acción de gracias, te ofreceré sacrificios y cumpliré mis votos:   ¡La salvación viene del Señor!".  Entonces el Señor dio una orden al pez, y este arrojó a Jonás sobre la tierra firme.

Jonás 2, 1 – 11

 

Hemos compartido la historia de Jonás como un llamado a la conversión. Este tiempo está marcado por la invitación clara del Espíritu Santo a los bautizados a vivir en Espíritu y en concreta entrega en la misión continental. Vivir en estado de misión, de servicio, de anuncio, de proclamación, de llamado a la conversión, de anuncio del Reino. Tu eres anunciador del Reino no eres cualquier cosa.

Suena a soberbio Jesús. Parte del camino de la verdad el reconocer que Dios me ha dado una dignidad, una vocación, una misión y que quiero ejercerla. También parte de la humildad es el ejercicio concreto de participar del celo de Dios por la salvación y también parte de la humildad es ponerme en camino encontrando todos los obstáculos que voy a encontrar cuando defino mi existencia en clave de misión.

La conversión es para la comunión con Jesús y para la misión .Los eligió cuando habla de los discípulos que el Señor tomó para que sean sus amigos para que estuvieran con El y para enviarlos. Yo los envío como ovejas en medio de los lobos Jesús quiso enseñarnos en éste texto la humildad en su propia experiencia. Ser humilde es ser veraz que es también aceptar las humillaciones del camino. Ser rechazado es también un signo y es parte del anuncio del Reino.

No he de quejarme por ser despreciado y rechazado, porque se me trata de loco o desubicado por proclamar a Jesús y dar testimonio con mi forma de vida, con mi manera de trabajar, con mi creatividad de trabajo, con mi manera de hablar del prójimo, con mi capacidad de perdón, con mi atender lo que hay que atender y no dejar para después lo que hay que hacer ahora, con mi actitud sincera, honesta, con mi alegría. Voy a ser censurado por esto.

Es lo normal si es elegir seguir a Jesús. El es un signo de contradicción. Van a tener más éxito hablando como leguleyos muchos poniendo doctrinas y teorías e invitando a cosas a nivel temporal que aquellos que quieren anunciar el Reino de Dios. Lo que ha de comprender el que se dispone a ser anunciador del Reino de Dios es que la humillación y el desprecio es parte del anuncio.