¿La IA sabe más de vos que tu familia? Un análisis sobre la privacidad y la dependencia digital

lunes, 7 de julio de 2025

07/07/2025 – Ezequiel Romano , especialista en tecnología y divulgador de IA, nos interpela directamente sobre el papel de la Inteligencia Artificial en nuestras vidas. ¿Te has preguntado cuánto sabe la IA de vos, quizás más que tus propios amigos y familiares? ¿Estamos delegando decisiones vitales a una máquina sin darnos cuenta? En el ciclo «Un mundo artificial ¿una sociedad más humana?«, Ezequiel, en esta ocasión, nos invita a un discernimiento crucial sobre la velocidad vertiginosa de la IA y cómo está transformando nuestras interacciones más íntimas.

Ezequiel nos presenta un análisis riguroso del informe 2025 de Mark Sa Sanders, titulado «Cómo la gente está usando realmente la IA Generativa actualmente». Este estudio, basado en el rastreo de miles de interacciones en foros como Reddit y Quora, revela un cambio de paradigma asombroso: lo que antes era una herramienta funcional para la productividad, hoy se ha convertido en una herramienta emocional . El primer uso principal de la IA generativa ya no es para el trabajo o la investigación, sino como terapia y compañía emocional .

Imaginate esto: la gente usa la IA para gestionar emociones, aliviar la soledad, calmar la ansiedad, y hasta como un espejo para reflexionar sobre su vida o identidad. Incluso, se ha vuelto un espacio para hacer preguntas que no le haríamos a nadie más. El informe detallado cómo se utiliza esta herramienta para ensayar conversaciones difíciles –como pedir perdón o dar malas noticias–, o para mejorar la comunicación con los médicos. Y lo que más nos puede impactar: la posibilidad de interactuar simbólicamente con personas fallecidas , entrenando modelos de IA para que respondan como un ser querido. Hace apenas un año, estos usos no existían, y hoy son una realidad. Es como tener un diario íntimo al que le contás todo, recibiendo feedback y compañía emocional.

Pero, ¿dónde quedan los límites? Ezequiel nos alerta sobre los riesgos. La IA dejó de ser solo una herramienta para convertirse en el escenario de lo íntimo , donde compartimos cuestiones muy personales. Aquí es donde deben activarse las alarmas: ¿cuánto sabe la IA de nosotros? ¿A dónde va toda esa información que volcamos? Antes, el diario íntimo se guardaba bajo llave; hoy, esa intimidad se deposita en el celular, con el riesgo de que otros se apoyen y utilicen esa información para entrenar modelos. Además, se suma la preocupante dependencia cognitiva : «Antes pensaba, ahora pregunto», una frase que resume cómo la IA nos puede llevar a dejar de cuestionarnos y de pensar críticamente, buscando respuestas rápidas ya menudo «condescendientes».

El mensaje central de Ezequiel es claro y esperanzador: la IA no viene a sustituirnos, sino a interpelarnos . Está a nuestro alcance en lo laboral, emocional y familiar, y si dejamos que nos reemplace, lo hará. Pero si la usamos con conciencia, marcando nuestros límites, recordando dónde está nuestra humanidad, entonces se convierte en una aliada. Un conjunto de algoritmos no puede definir el propósito de nuestra vida, la verdadera felicidad o el amor. Esas cualidades humanas del alma –la capacidad de amar, de elegir libremente– son exclusivamente nuestras, son sagradas, dadas por el Creador. Es nuestra responsabilidad como seres humanos tomar decisiones para que el uso de la IA sea el más adecuado, humanizándola a través de nuestra participación consciente.