02/09/2021 – En Melbourne, la Madre Teresa de Calcuta fue a visitar a un anciano ignorado por todos. Su habitación estaba desordenada y sucia.
Ella Intentó limpiarla, pero él se opuso diciendo: ¡Déjala, está bien así!
Viendo la Madre Teresa una lámpara magnífica, cubierta de polvo, le preguntó: ¿Por qué no la enciendes?
El respondió : ¿Para qué, si nadie viene a verme? Yo no la necesito.
Dijo entonces la Madre Teresa: ¿La encenderías si las hermanas te vienen a visitar?
– Sí, con tal que pudiera escuchar una voz humana en esta casa, la encendería.
Así se hizo.
Después de un tiempo, la Madre Teresa contó que le llegó a Calcuta una misiva con estas palabras:
“Dile a mi amiga que la lámpara que prendió en mi vida sigue encendida”.