08/05/2015 – Continuando con el ciclo de formación ciudadana impulsado por la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Córdoba, centramos la mirada en la minoridad y la educación. Participaron de la mesa Lorena Acosta, Sociopedagoga con especialidad en niñez y adolescencia en riesgo; Mabel Gamarra, directora del Colegio San Pablo de Córdoba y Guillermo Buitrago, presidente de la Junta Arquidiocesana de Eduación Católica.
También participó el P. Javier Ladrón de Guevara quien invitó a reflexionar en torno al pasaje de Gn 4 que relata los celos de Caín que termina por asesinar a Abel. “¿Acaso soy guardián de mi hermano?”. La pregunta del Génesis nos lleva a trabajar para incluír y hacernos cargo de nuestros hermanos.
Durante el programa, intentamos adentrarnos en diversas problemáticas urgentes que reclaman una salida: La deserción escolar, las críticas condiciones sociales por las que los jóvenes tienen que pasar en su proceso educativo, la ausencia reiterada de los adultos en la vida de los jóvenes y niños, la ruptura del pacto FAMILIA-ESCUELA, la falta de participación de los padres en las escuelas de sus hijos, la falta de políticas educativas públicas a largo plazo etc. y seguro que habrá otros condimentos que nos desmoralizan y hacen crecer la resignación y flaquear nuestra esperanza.
En un espacio testimonial, la directora del colegio Nuestra Sra del Valle en los Gigantes (en el Departamento del Valle de Punilla al oeste de la Capital), un colegio-albergue que se halla a más de 1.000 mts sobre el nivel del mar, nos presentó la escuela, sus problemáticas y la ayuda de los voluntarios de Manos Abiertas que la sostienen.
Gabriela comentó que “uno no dimensiona qué significa una escuela en una montaña. La montaña es sorprendente, viven en una soledad inmensa pero llena de sonidos. La problemática que tenemos en la escuela es la permanencia”. Además agregó que “los padres mandan a los hijos para que los niños les enseñen a ellos. Se van cambiando los roles y de algun modo confían en la escuela como un espacio de construcción ciudadana”.
En relación a las escuelas rurales, Gabriela comentó emocionada: “Pensar que en esos lugares se construye la Patria. Ahí todo el día nos cuidamos, porque si no nos cuidamos nos morimos. Somos una comunidad y el cuidado parte por mirar al otro como mi hermano. El mensaje que da la escuela es el aprendizaje tanto de los chicos como de los adultos. Si no estás dispuesto a aprender, no te subas a Los Gigantes. Todos los días se aprende y creo que esa es mi mayor alegría. Cada mañana en que se hiza la bandera, entre el viento frío y la oración, creo en la patria libre y soberana”.
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