La misión: una escuela para dejarse amar

jueves, 25 de febrero de 2021

25/02/2021 – Esta semana finalizamos el ciclo “Misionando con María”, junto a Puntos Corazón. En esta oportunidad nos acompañaron Estefanía y Mariano, un matrimonio joven que estuvo misionando en Honduras.

Mariano y Estefanía se conocieron misionando en Honduras durante 2017. Nunca se imaginaron que, tiempo después se casarían. Los jóvenes misioneros nos contaron cómo fue el llamado a salir de casa hacia un país, hasta entonces, extraño.

Mariano conoció a Puntos Corazón a través de un testimonio de una amiga que había hecho la experiencia y a partir de la cual su propio hermano se sintió llamado: “En mi realidad, lo veía lindo, pero sentía que no me hablaba a mí. Era algo para mirarlo desde afuera”, dijo. Luego, llegó la oportunidad de conocer Puntos Corazón en Brasil, a donde viajó a la Jornada Mundial de la Juventud. Allí el Señor confirmó su llamado.

“Con el tiempo se fue haciendo cada vez más concreto y me hice la pregunta en serio, si Dios querría esto para mí. Y un sacerdote al que le hice la pregunta me dijo: ‘Lo que Dios quiere es que vos seas feliz‘ y cuando me dijo así yo me vi feliz haciendo esto. Todavía sin saber y con un poco de miedo, pero sería para mi felicidad, mi plenitud y acercarme a Él”.

Con esta certeza en su corazón Martín finalizó su carrera de abogado y a los dos meses de recibirse partió enviado hacia Honduras.

Por su parte, Estefanía relató que a sus 26 años y luego de pasar por una fuerte crisis, se encontró con la Verdad en un rostro concreto: Jesús en la Eucaristía: “Fue volver a vivir, pasé de la muerte a la vida”, recordó.

Desde ese momento, se preguntó quién es Jesús y qué quería de ella: “Pude entender que la misión era Cristo y es una escuela para dejarme amar”, dijo Estefanía.

“Salir de misión es un abismo entre lo que uno puede esperar y lo que se encuentra. Honduras es un país bellísimo, en su pobreza la gente te da todo”, coincidieron