“La oración y la sana indignación ayudan a prevenir abusos”, aseguró el padre Diego Canale

martes, 9 de marzo de 2021
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09/03/2021 – El padre Diego Canale es una sacerdote porteño que desde hace algunos años es el párroco de la comunidad de Nuestra Señora del Rosario de Andacollo, departamento de Minas, en el norte de la provincia de Neuquén. Allí, al borde de la Cordillera de los Andes, el padre Diego María recorre los 22 parajes de la zona y acompaña a unos 17 mil habitantes del norte neuquino. En este tiempo el obispo local, monseñor Fernando Croxatto, le ha pedido también que acompañe a los hermanos de una de las parroquias de la ciudad de Zapala, en el centro provincial. Lo llaman “el cura Brochero de Neuquén” porque para llegar a los parajes más recónditos de la cordillera utiliza una camioneta o directamente va en mula o a caballo. En esos lugares pasan de tener temperaturas que oscilan entre los 25°C bajo cero en invierno a los 30°C en verano.

“La mula más conocida que utilizo se llama “Sotana”, la gente del norte neuquino así la bautizó. También tengo un caballo que llamo “Cordillera” y una yegua que le puse “Paz”. Y a esta le nació un potrillo que se llama “Consuelo”. Para mí es un piropo que me comparen con el Cura Brochero, pero a mi falta mucho para ser como él, aunque lo admiro mucho”, dijo. Al iniciar el espacio, el padre Matías Jurado dijo: “Con Diego nos conocemos desde hace más de 20 años, cuando los dos éramos laicos. Después fuimos compañeros en el seminario”.

“Estoy también en Zapala porque en la diócesis de Neuquén faltan sacerdotes. Jesús nos envía y Él se hace cargo. Solo así podemos llevar adelante su misión. Los paisajes pueden cambiar, yo estoy en la Cordillera cerca de Chile, pero la realidad de aborto y abuso está presente también aquí. En todos los lugares hay heridas de este tipo”, resumió Canale.

“Yo trato de hablar de estos temas delicados con nuestra gente. Algunos me dicen que no hable de cuestiones de abuso sexual pero yo creo que es bueno hacerlo. En estas cosas no hay que juzgar, sino que hay que sanar. Cuando llegué a esta zona del norte neuquino recuero que un día me encontré con una señora mayor que estaba agonizando y me pidieron que vaya a verla. Lo que le faltaba era la reconciliación. Cuando entré a su casa y le dije “Ave María Purisima”, la mujer abrió  los ojos. E inmediatamente después me contó que en su adolescencia había sido obligada a hacerse un aborto. Ese era un gran dolor que tenía dentro, así que pidió perdón a Dios. Ella se confesó, luego le hice la unción de los enfermos, y tras eso, hizo su Pascua. Simplemente la mujer murió”, dijo emocionado.

La gran receta para prevenir abusos y abortos es la oración pero además no conformarnos, estar sanamente indignados, llorar cada vez que escuchamos sobre un femicidio o una historia de abuso. No debe ser una indignación que nos lleve a querer romper todo sino a poder encaminar esto desde Dios”, destacó el padre Canale.

Hablando de la figura de san José, proclamó: “Los hombres no tenemos que tener miedo de ser tiernos, como lo fue el padre adoptivo de Jesús”. Y añadió que “entre las personas a las que visito es muy fuerte el tema del suicidio, sobre todo cuando ha habido un abuso o un aborto. Yo siento que todo esto tenemos que ponerlo en la cruz de Jesús.  Llegaremos a la cultura de la vida desde la cultura del encuentro, como nos dice el papa Francisco.  Porque Dios se manifiesta en lo pobre, lo sencillo y lo humilde”. Finalmente, el padre Jurado recordó que las personas que ingresen a www.quierosanar.com.ar pueden encontrar ayuda si es que ha pasado por la experiencia del aborto o el abuso sexual.