31/07/2018 – “Hay que examinar la dureza de nuestro corazón, ver lo que nos traba para vivir la ternura”, dijo el Padre Fernando Cervera, sacerdote jesuita, quien reflexionó en torno a la ternura y sus dificultades.
“Sin ser una palabra típica de San Ignacio de Loyola, evidentemente Ignacio nos invita a vivir esta suavidad de Dios, sobre todo en la experiencia de los ejercicios”, expresó el Padre Fernando.
Nos invitó a “Ver por un lado la imagen de Jesús que se acerca, toca las llagas del ser humano, toca las llagas más despreciadas de su época, Jesús está cerca de las llagas de todos los despreciados y de todas las llagas, las llagas morales, las llagas psicológicas, las físicas, todo aquello que nos hace sentir menos, o que nos hace meternos quizás, por esa misma razón en lo peor de nosotros mismos, Jesús viene a purificarnos”, indicó.
El padre Fernando, indicó que Jesús expresa su ternura en palabras, por ejemplo: cuando le dice a la viuda de Naín: “No llores”. “La ternura despeja la desesperanza”, dijo y agregó que en el Dios grande que se hace pequeño, está la ternura de Dios.
“La Navidad nos ayuda a comprender esto, aquel pesebre, el Dios pequeño. Y me viene a la mente una frase atribuida a San Ignacio, que dice: ¿Qué es la cosa más divina? No amilanarse frente a lo grande y sin embargo ser abarcado en lo más chiquito, en lo más pequeño, eso es lo divino. Esto ha sido un lema propio de la espiritualidad y discernimiento ignaciano. No achicarme frente a lo grande porque hay un Dios que se hace pequeño, me abarca, me abraza, y me lleva consigo”, señaló.
“La indiferencia, el miedo y la falsa idea de Dios, pueden llegar a ser trabas que endurezcan nuestro corazón y no nos permitan vivir la ternura”, expresó.
El miedo: El miedo potencia nuestras pasiones en la medida en que lo vamos poniendo en el centro. El miedo nos acorrala, posterga lo mejor de nosotros.
La falsa idea de Dios: “La transformación es encontrarse con Cristo”. “Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre”, recordó el Padre Cervera.
La disciplina: No darle calce a nuestras pasiones devoradoras que nos lleva a despreciar a los demás.
La valentía: “La valentía de la ternura, esta que nos animó el Papa Francisco, quien nos muestra al buen Samaritano, esta valentía de no ver a los demás como un número, como una estadística, dice el Papa, sino con su rostro concreto, y que a lo mejor es mi enemigo, o que a lo mejor es mi amenaza, esa es la valentía propio del cristiano”, dijo el Padre Fernando, citando al Papa Francisco.
Contemplación: Contemplación de Dios en cada proceso, momento y aspecto de mi vida, contemplación de la Palabra y la persona de Jesús que me ayuda a recrear mi propia persona. San Ignacio deja dos imágenes: “La contemplación de la encarnación y la de la cruz”. Son dos imágenes que apuntan a la ternura, finalizó el sacerdote jesuita, Fernando Cervera.
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