07/08/2025 – La Arquidiócesis de Córdoba, a través de la Vicaría de los Pobres, se sumó a la conmemoración de San Cayetano, el patrono del pan y el trabajo. En una entrevista con el padre Melchor López, vicario de los pobres, se compartió la profunda fe del pueblo y la importancia histórica de esta devoción en Argentina. El padre López recordó que San Cayetano, un sacerdote italiano dedicado a los más necesitados, se popularizó en nuestro país a partir de la década de 1930, cuando se lo comenzó a representar con una espiga de trigo y el Niño Jesús en brazos, convirtiéndose en un símbolo de esperanza ante la crisis económica y alimentaria.
En el marco de esta celebración, la Vicaría de los Pobres presentó un comunicado que visibiliza la realidad de los trabajadores de los barrios periféricos. El padre Melchor subrayó que, aunque el pedido a San Cayetano se centra en el pan y el trabajo, la realidad de muchos cordobeses es que el pan llega a la mesa a través de un trabajo informal y precarizado. Se mencionó que el 55% del empleo en la provincia es informal, y esto incluye a vendedores ambulantes, panaderos de barrio y, en particular, a las mujeres que sostienen comedores y merenderos sin una remuneración o reconocimiento formal.
El comunicado, que fue leído en la Plaza San Martín, enfatiza que estas «changas» o trabajos informales, lejos de ser un pasatiempo, son la única forma de alcanzar una mínima dignidad. El padre López remarcó que el trabajo es un derecho humano básico y fundamental, un derecho que hoy falta para la mayoría. A la histórica consigna de «pan, paz y trabajo», la Vicaría de los Pobres le sumó la demanda de las «tres T» del Papa Francisco: Tierra, Techo y Trabajo.
El padre Melchor explicó que el Papa Francisco ha consagrado las tres T como derechos sagrados, no solo fundamentales. Esta postura, que ha sido asumida de la agenda de movimientos populares a nivel mundial, reconoce que, a pesar de los avances sociales, millones de personas aún carecen de comida segura, de un techo digno y de la tierra necesaria para construir un hogar o para sembrar. De esta manera, la Vicaría de los Pobres extiende el pedido a San Cayetano para que interceda no solo por el pan y el trabajo, sino también por la paz y por el acceso a estos derechos sagrados que garantizan la dignidad de cada persona.
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