Las mujeres en la Pasión y la Resurrección de Cristo

viernes, 17 de abril de 2009




La teología estuvo mucho tiempo acaparada por rasgos masculinos. A esa teología le faltan los rasgos femeninos. Es importante entonces que podamos rescatar los aspectos femeninos del discipulado y solo asíla vamos a lograr la imagen de Dios en complementariedad porque “Dios los creo varón y mujer”, a “su imagen y semejanza”.

GL: El miedo, la profunda tristeza, la frustración enorme que se vivió en los momentos de la muerte de Jesús, llevó a los discípulos a dispersarse. Las mujeres, en cambio, se sostuvieron de pie por un amor que superó todos esos obstáculos

Gloria: Además, las mujeres llegan al momento de la PASCUA           con esa actitud, porque han venido construyendo ese camino con Jesús. Eso no se improvisa. El Evangelio, cuando las nombra al pie de la Cruz, da justamente esa característica “lo habían seguido desde Galilea…” Tradicionalmente, desde lo que es el mismo cuerpo, y de lo que es el parto, las mujeres acompañamos los procesos de vida y de muerte.

En el Evangelio de Marcos se hace una descripción clarísima de que “faltan dos días para la Pascua”. Jesús está en Betania (que significa  “ciudad de los pobres). No está en el lugar donde se planea su muerte, pero está cerca. Los jefes, los “hombres públicos”, están tramando en secreto, en la clandestinidad la muerte. Y aquí Marcos habla de una mujer ‘anónima’ que es criticada por todos los discípulos acerca de lo que hace (unge los pies de Jesús con perfume), y sin embargo el mismo Jesús marca que es ella la que está intuyendo lo que viene: es una mujer que vive allí con los ojos y los oídos abiertos, ha puesto mucha atención a lo que pasaba con Jesús,  hizo una adecuada visión política de los conflictos de poder que había con Jesús, y no negó la realidad y ha deducido la inminencia de la muerte. Por eso se adelanta a los hechos con la unción,

Sabemos que la mujer no participaba en organismos políticos, todo lo que significaba ser mujer en esa época: no formaban parte tampoco de los que formaban las estructuras religiosas (aunque su participación religiosa siempre fue muy vital). Esta mujer anónima hace un gesto que en primer lugar no le corresponde, porque derramar un óleo perfumado sobre la cabeza de un varón, retrotrae a la época del antiguo testamento, cuando los Reyes eran ungidos para su función de esa manera. Los sumos sacerdotes también eran ungidos de esa manera. La unción era un acto protocolar, ceremonial, y debía ser hecho por alguien autorizado para eso. Por eso detrás de todo esto está la cuestión del mesianismo de Jesús que se revela. Esta mujer está reconociendo a Jesús como Mesías, y en esto hay algo de lo total, lo último, lo que ya no tiene vuelta atrás: detrás de ese gesto de romper todo el frasco implica que no hay en ella gesto de mezquindad sino todo lo contrario: Ese frasco roto no podrá volver a llenarse: ella vuelca todo porque está frente al Mesías y no habrá otro.

El proceso de la muerte de Jesús lo entendemos desde el punto de vista de la fe, pero entenderlo humanamente nos abre mucho los ojos, a nuestro lugar como Iglesia, a movernos en el mundo de manera “astuta, como serpientes” porque ese pecado se sigue repitiendo en ciertas estructuras desde lo que es el poder religioso, el político, el poder del dinero.

GL: en resumen: Una mujer que ha interpretado la realidad tal cual es cuando ni siquiera supieron interpretarla los más cercanos a El, y quiere hacer su gesto de reconocimiento y despedida. Apela al atrevimiento de usar  un gesto propio de la coronación de un rey o un sumo sacerdote, y finalmente el anticipo de su muerte, porque en ese tiempo era un rito preparar al cuerpo para la sepultura, como le dice Jesús: Jesús puede ver con buenos ojos su acción cuando los ojos de los otros lo criticaban. Jesús quiere además que se haga memoria de ese gesto ¿por qué? Porque El quiere que nuestros pequeños gestos de amor, que a veces también son tan criticados, él los está mirando.

Esta mujer además capta la importancia de esta hora sobrenatural y humana de la muerte, y lo manifiesta en no escatimar dinero. Además hay una contraposición en lo que se narra en el hecho de que ella “hizo”, los otros “dicen”: se hubiera podido vender y dar a los pobres…Hay que ver si tenían un frasco de ese valor si hacían eso de vender y dar a los pobres. La contraposición entre el “hecho” real y el “idealismo”

Desde el principio cuando te necesité,

desde el momento cuando la mirada alcé,

desde ese día cuando sola me encontraba,

cuando tu mirada en mi se fue a poner.

Supe que me amabas lo entendí, supe que buscabas más de mí

que mucho tiempo me esperaste y no llegué,

supe que me amabas aunque huí, lejos de tu casa yo me fui

y con un beso y con amor me regalaste tu perdón, estoy aquí.

Y cuando lejos me encontraba te sentí

sabia que entonces me cuidabas y te oí

como un susurro fue tu voz en el silencio;

cada día me atraías hacia ti.

Supe que me amabas lo entendí, supe que buscabas más de mí,

que mucho tiempo me esperaste y no llegué.

supe que me amabas aunque huí, lejos de tu casa yo me fui

y con un beso y con amor me regalaste tu perdón

y estoy aquí, estoy aquí mi dulce Señor

estoy aquí amado Salvador estoy aquí, ¡Estoy aquí!

    

Gloria: Yo iría ahora a (Mc 15, 40) otro gesto: el de las mujeres al pie de la cruz. Creo que es de gran densidad.

            El Evangelio toma otra vez a las mujeres “que lo seguían y lo servían”. Esa condición del discipulado: el servicio es la pauta que puso Jesús para identificarnos con El. Jesús remarca esto, y no puede haber para ellas elogio más hermoso. Porque son hechos desestructurantes, impacta la libertad con que ellas se ponen al servicio. Nosotros los estilizamos en los ritos, los romantizamos, los sentimentalizamos. Pero tal vez aún no estamos en condiciones de verlos realmente como lo que significan: conversión.

Y ese hecho del servicio se rememora el Jueves santo en el lavatorio de los pies..Quiero decir también que el trabajo de lavar los pies no era solo trabajo de esclavos, sino también de las mujeres. Pedro no es capaz todavía de interpretar ese gesto. Entre hombres no se lavan los pies, y Jesús lo hace sin problemas. Y este servicio tiene la característica de que nadie lo paga con dinero: eso es ponerse en último lugar y servir. Y para muchos hacer trabajo de mujeres es más humillante que hacer trabajo de esclavos.

Hay otra  cosa interesante en la narración de la presencia de las mujeres al pie de la Cruz: el Evangelio dice “al mediodía se oscureció toda la tierra…” . Ahí se produce la muerte de Jesús, la dispersión ya se provocó, y ahí justamente Marcos quiere hacer notar quienes pueden ver de noche: las mujeres. Esta actitud contemplativa de las mujeres termina de redondear su actitud de discípulas: ver a la luz del día es normal a los que tenemos los ojos abiertos, pero ver de noche y quedarse contemplando, quiere decir que en los ojos hay algo más. Para el que no puede ver “más allá”, con la noche de la muerte se terminó todo. Y además de ellas, el capitán: un extranjero, romano, la mano del poder político porque es la mano derecha del poder político: lo más alejado del discipulado, y que en este momento se convierte: abre los ojos y reconoce a Jesús como Hijo de Dios.

Estas mujeres que sí venían acompañando a Jesús, permanecen fieles hasta el momento de la muerte y son ellas las que se convierten en “testigos”. Otros que podrían dar testimonio de otros momentos de la vida de Jesús, en este momento no estuvieron: se dispersaron. Y cuando es bajado de la cruz se quedan a ver el lugar donde es puesto: ellas son las que lo podrán decir porque son las que se quedaron ahí. Y esto tenemos que verlo también actualmente: vivimos en una sociedad donde todo tiene que ser pragmático: todo tiene que tener un fin utilitario y provocar algún resultado. Y acompañar a un muerto no provoca un resultado ni pragmático ni utilitario ni productivo. Muchas veces cuando acompañamos un proceso de muerte que ya sabemos que no tendrá vuelta de hoja, justamente la desesperación que sentimos está dada por el hecho de que “ya no podemos hacer nada productivo”. Estas mujeres son capaces de hacer un acto de puro amor, porque es un acto gratuito: estar con El hasta el final. En la continuidad de sus acciones está la garantía del testimonio para todos los que venimos después. Y en el día de la resurrección se levantan cuando todavía es de noche, y no podemos idealizarlas, porque ellas tampoco tenían entendido ni claro el hecho de la resurrección a tal punto que cuando no lo encuentran le preguntan al jardinero ¿dónde lo han puesto que iremos a buscarlo? Es decir, ellas también participan de esa “noche de la fe” de los discípulos, pero de una manera distintas (ellas se quedan, ellos se dispersan).

Isaías dice “El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos, la vista a los ciegos, y dar libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor.” Jesús lee este texto, cierra el libro, lo devuelve al ayudante, se sienta, y dice el texto de Lucas que todos tenían puestos sus ojos en El. Jesús encuentra en este pasaje una forma de presentar su misión como Mesías.

COMO LAS MUJERES DEL EVANGELIO, TEPEDIMOS MARÍA

QUE PODAMOS CAPTAR ESE MENSAJE DE LA MISIÓN DE JESÚS, Y SER TESTIGOS Y DISCÍPULOS,

 Y SEAMOS RECONOCIDOS COMO TALES EN EL SEGUIMIENTO Y EL SERVICIO.

Gloria: Hay mucha gente, incluso no católicos, que piensan que esta personalidad de Jesús tenía un arrastre bárbaro, entonces debe haber habido más de una mujer que tenga con El este tipo de gestos. A través del Evangelio se deja traslucir una personalidad muy libre en Jesús, por lo cual los que estuvieron junto a El pudieron sentirse con esa libertad: El genera esa libertad en la gente porque también se mueve saliendo de convencionalismos. Esa libertad de acción por lo cual El va a lo que interesa de cada persona, lo que cada persona quiere expresarle.