Liderar desde el servicio

lunes, 2 de mayo de 2016

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02/05/2016 – El licenciado Marcelo Diez, especialista en coaching y asesor organizacional, en el ciclo “El pan nuestro de cada día” sobre el mundo del trabajo, invitó a pensar en el liderazgo de servicio, que tiene que ver con el que llevó a cabo Jesús. Un liderazgo auténtico, ético y generador de confianza, de personas que siguen sus ideales y ayudan a sus colaboradores.

“Cuando hablamos de un líder de servicio son líderes auténticos, efectivos, que se conocen a sí mismos, saben en qué creer y valoran. Actúan de buena fe, son éticos y generadores de confianza, lo hacen compartiendo información, siguen sus ideales y ayudan a sus colaboradores fortaleciendo sus capacidades para que no dependan de él”, explicó.

En ese sentido, invitó a pensar en una persona, de la cual no es necesario el nombre, y reflexionar en las características “de por qué esa persona es un buen líder para mí”, sin importar si “haya sido un líder mío, mediático, político o en mi familia, sino pensar cuáles son las características por las que considero que es un buen líder”.

“El arquetipo de líder que buscamos adentro nuestro, nos remite a humildad, disciplina, transmitir valores. Es lo que buscamos en aquellos que nos respetan, es importante conocernos a nosotros mismos para liderar integrando lo que no nos gusto y poniendo en acción aquello que apunta a un liderazgo de servicio”, destacó.

El liderazgo de Jesús

En referencia al liderazgo de Jesús, y cómo se contempla en este liderazgo de servicio, comentó: “El liderazgo de Jesús es un liderazgo de servicio. Hoy, hace 2 mil años que Jesús viene marcando el camino, a dónde ir. Una frase que me gusta es ‘Si uno quiere ser servido, que sea el servidor de los demás. Si no sirves, no sirve’”.

“Hay cuatro aspectos que Jesús construye en su liderazgo. La primera etapa es el liderazgo personal. La segunda etapa es el liderazgo desde el otro. Eso es la confianza. Un líder de servicio tiene que confiar en sí mismo y confiar en el otro. Una tercera etapa es el liderazgo de equipo, que en Jesús es el liderazgo de la comunidad. La cuarta etapa es el liderazgo organizacional. En Jesús se veía en la reconciliación, en el diálogo”, acotó.

Marcelo indicó que Jesús los llevaba a cabo en tres dimensiones, y profundizó: “La del corazón, la motivación, es una de ellas. La segunda sería la de la cabeza, las creencias, los paradigmas, el ver qué tipo de líder quiero ser y qué valores priorizo, el propósito, que es distinto a la meta, es el horizonte. La tercera dimensión es la de la acción, los hábitos, las obras concretas y los frutos”.

“Se entrena como entrenaba Jesús, la oración, leer las escrituras, aceptar que somos hijos de Dios. Esto requiere ir con otros. Podemos preguntarnos cómo proyectamos el liderazgo de Jesús en otros, si confío plenamente en él y qué podemos hacer al respecto”, concluyó.

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