16/02/2021- La Licenciada en nutrición Laura Rosetti nos acompañó en el programa “Hoy puede ser” para seguir dialogando sobre inmunonutrición; conocer aquellos alimentos que pueden ayudarnos a reforzar nuestro sistema inmune.
¿Qué es la microbiota? La microbiota autóctona está constituida por el conjunto de microorganismos que colonizan establemente la superficie epidérmica y la de las mucosas. La función de la microbiota es el suministro de nutrientes esenciales, como las vitaminas y algunos aminoácidos; el desarrollo del sistema inmunitario: Las bacterias en general y las de la microbiota de ocupación en particular, presentan en su superficie componentes que contribuyen a la puesta a punto de nuestras defensas frente a la infección. Por tanto, el contacto continuo entre ellas y el sistema inmunitario es una especie de entrenamiento que lo mantiene en buena forma para poder repeler con eficacia a los agentes infecciosos. Además, la microbiota tiene la capacidad de impedir el asentamiento de microorganismos foráneos, potencialmente patógenos, sobre nuestras mucosas.
Organismos probióticos La Organización Mundial de la Salud los define como “microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio a la salud del consumidor”. Su consumo es una alternativa saludable para contribuir con el equilibrio de la flora intestinal. Pero ¿Qué hace que sean tan especiales? Los probióticos interactúan con nuestra flora intestinal ayudando a controlar la multiplicación de los microorganismos que pueden ser perjudiciales para nuestra salud. También actúan directamente en los mecanismos de defensa de la mucosa del intestino y estimulan el sistema inmunológico.
Prebióticos Se denomina así a compuestos no digeribles, presentes en la dieta, que estimulan el crecimiento o la actividad de los microorganismos autóctonos, resultando en un beneficio para la salud. Los prebióticos son componentes alimentarios, que modulan la composición y actividad de la microbiota, favoreciendo la multiplicación de las bacterias beneficiosas más que de las. A diferencia de los probióticos, la mayoría de los prebióticos se utilizan como ingredientes de alimentos — en galletitas, cereales, chocolate, cremas de untar, y productos lácteos, por ejemplo—. Esta “fibra especial”, que nuestro sistema digestivo no es capaz de digerir, es fermentada en el tracto gastrointestinal y utilizada como “alimento” por determinadas bacterias intestinales beneficiosas. ¿En que alimentos concretos encontramos probióticos?; ¿Se pueden elaborar en casa?; ¿Se puede enfermar nuestra microbiota?; ¿cómo la regulamos?
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