14/11/2016 – Lorena Acosta y el Padre Javier Ladrón de Guevara animan un espacio de Pastoral Carcelaria “Nací libre” en las mañanas de los sábados, un espacio para comprender el mundo de la carcelación.
“A veces uno piensa que va a dar luz y en realidad se encuentra con la luz. Encontramos luz porque Jesús está en la cárcel” comenzó diciendo el P. Javier. A partir de allí comenzó a describir las distintas razones por las cuáles Jesús está preso.
Había motivos para que Jesús estuviera en la cárcel y es más, había motivos para matarlo a Jesús ya condenado:
+ Un primer motivo es que Jesús nació fuera de la ley, nació de una mujer soltera. María escuchó a Dios y rompió con todos los prejuicios de la época. El Padre providente que nunca abandona a sus hijos, lo puso a José.
+ Otro motivo es que este Jesús, gestado fuera de la ley, nace en un pesebre, en el campo, entre animales, donde vive la gente que no tiene buena fama. ¿En qué barrio, podrás decir vos de tu ciudad?. Ahí nació Jesús y ahí está naciendo, y este es otro motivo para que Jesús haya sido condenado.
+ Otro motivo fuerte para que Jesús fuera condenado es que Herodes desde el principio quiso matarlo. José y María, como padres guardianes, huyen a Egipto. Los 3 quedan como prófugos de la ley, se fueron lejos como inmigrantes. Desde su nacimiento Jesús va asumiendo la vida de los marginados y refugiados.
+ Al volver, Jesús fue a Nazareth, otra ciudad de mala fama donde vivían personas marginales. “¿Acaso puede salir algo bueno de Nazareth?” dirá Natanael.
+ Este Jesús de mala fama, entra un día en el Templo y lee el texto del profeta de Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para despedir libres a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor” Is 4,18. Este es el programa de vida que Jesús asume para él. Jesús fue fiel hasta el final a ese proyecto de vida con el que está declarando su pena de muerte porque ya no la ley civil lo persigue sino la ley religiosa: por querer evangelizar, por querer liberar, por querer curar, por querer ayudar a pensar al hombre en su dignidad, ser libre, para anunciar este año de gracia a los pobres y presos.
+ Así empieza su vida pública, y este es un motivo también para condenarlo: vive entre los marginales y anuncia la liberación entre ellos. La vida social de Jesús también se desarrollaba con los de afuera de la ley, impuros y condenados: comió en la casa de Zaqueo; fue a comer a lo de Mateo; habló con la Samaritana; la Magdalena lo tocó; los pecadores; tocó a muertos; intercedió por la vida de la prostituta. La enfermedad estaba ligada al pecado y el pecado a la marginación. Jesús se relacionó con los enfermos y pecadores. Así Jesús declara que la vida está por encima de la ley y eso es causa de rebelión.
“Jesús no eligió un santito para que lo acompaña al cielo, su ladera era un no amado. Jesús entró al cielo amando a los no amados de este mundo” terminó diciendo el sacerdote de la Pastoral carcelaria.
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