24/09/2021 – En el “Diálogo de Hermanos”, el padre Javier Soteras y el rabino Marcelo Polakoff hablaron de los estudiantes y las enseñanzas recibidas en la vida. El recorrido comenzó con la lectura del libro de Deuteronomio, en el capítulo 6, versículos del 5 al 9: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Enseñáselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca; escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades”. Comenzó diciendo Polakoff: “A nuestros hijos les enseñamos las leyes y enseñanzas de Dios. En la Torá, un párrafo central es cuando dice que el pueblo debe escuchar que hay un solo Dios, es el anticipo del texto que recién compartimos del Deuteronomio. No hay que guardarse para uno esta experiencia divina sino transmitirlo de generación en generación. Las enseñanzas deben ser afiladas, profundas, no algo básica. La educación comienza por casa, esto una norma judía desde siempre. Esto no significa no enviar a los chicos en la escuela. Pero el texto dice que enseñes en tu casa pero también en el camino, es decir, fuera del hogar. Jesús estudió en la escuela más flexible judía, que es una de las dos que había tradicionalmente en la época del inicio del cristianismo. La otra se caracteriza por ser más estricta.
Y añadió Soteras: “Saulo de Tarso, en su conversión posterior a san Pablo, se relata que era dela escuela de Gamaliel fue un célebre fariseo nieto de Hilel el Viejo, el fundador de una de las dos grandes escuelas del judaísmo farisaico. En el libro de los Hechos de los Apóstoles Gamaliel era descrito como un fariseo con gran autoridad entre sus contemporáneos. Jesús, en su etapa pública, dedicó en forma intensa tres años a formar a sus discípulos. Nuestro Señor construyó el proyecto del Reino de Dios desde la educación. El cardenal italiano y gran biblista Carlo Martini, fallecido en el año 2012, decía que Jesús era más lo que hacía, lo que testimoniaba, que lo que decía. Es decir, de esa forma Cristo enseñaba, con gestos y conducta más que con palabras”.
Más adelante se presentó la canción “Pandemia de abrazos”, escrita por Marcelo Polakoff y con la voz y producción musical de Fernando Rahe. Por último, Marcelo dijo que el buen docente es el que te anima a profundizar en el conocimiento de lo vital, enseñe la materia que enseñe. Y otra que en nuestras comunidades decimos que no hay mejor docente que los padres y no hay maestra que la Tora”.
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