18/11/2021 – En esta edición de “Hablemos de Liturgia” continuamos con el tema de los Ministerios y funciones en la Misa y comenzamos a conocer acerca de los Libros Litúrgicos y rituales.
Como siempre nos acompañó en este espacio el padre Mario Sanchez, miembro del SENALI (Secretariado Nacional de Liturgia) y párroco de la Parroquia ‘Jesús y María’ de la ciudad de Jesús María, en Córdoba.
El ministerio es de por si toda función realizada por uno o más miembros de la Iglesia como servicio a la comunidad. El servicio es expresión de caridad; en su naturaleza queda, por tanto, señalado el espíritu con que ha de realizarse: no como distinción o preeminencia, sino como ayuda.
La liturgia está estructurada para que la realice el pueblo sacerdotal como asamblea y, dentro de distintos ministerios o servicios requeridos por la misma comunidad. Dentro de la asamblea litúrgica, verdadero sujeto de la celebración, existen diversidad de ministerios y servicios.
Podemos distinguir:
– Los ministerios ordenados recibidos a través del sacramento del Orden: ejercen el ministerio de la presidencia. Lo ejercen el obispo, el presbítero y el diácono, se reciben por el Orden – Los ministerios instituidos, que se confieren a través de un ritual propio que no implica imposición de manos – Los ministerios recibidos a través de un mandato simple
Un libro litúrgico es el “manual de instrucciones” de la celebración. Leyéndolo atentamente sabremos cómo es y cómo se desarrolla el rito en cada una de las partes que lo componen. A las indicaciones que nos dan los libros litúrgicos se les suele llamar “rúbricas”, porque se escriben en rojo, para diferenciarlas así de otros textos, como las lecturas de la Palabra de Dios y las oraciones, que también están contenidas en los libros litúrgicos.
Te invitamos a escuchar el programa completo en el audio que acompaña esta nota
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