20/09/2022 – Para seguir conociendo a la Familia Grande del Hogar de Cristo dialogamos con Raúl Toribio, que forma parte de la comunidad wichi y coordina el centro barrial Enrique Angelelli en Ingeniero Juárez, en el oeste de Formosa. “Soy parte de la comunidad wichi. Además soy comunicador social y coordino el centro barrial Angelelli de Juárez desde que se inició en el año 2017. Soy padre de familia, junto a mi esposa Carolina tenemos una hija, Milagros. Me formé en la Universidad Nacional de Salta, en la sede de Tartagal”, indicó Toribio.
“Los wichí somos doblemente discriminados por ser adictos. Aquí los wichís y los qom somos el 50 por ciento de quienes habitamos en Ingeniero Juárez. Hicimos un trabajo previo, de dos años, desde la Iglesia, de llevar adelante las asambleas en la comunidades wichís del oeste formoseño. Escuchamos el clamor y el dolor de muchos padres y madres. Esto se repetía en cada lugar donde hacíamos esas asambleas, el problema era la droga”, añadió.
“Aquí está Arturo Pinto, era pasionista y nos habló mucho de Enrique Angelelli, de allí viene nuestro nombre”, dijo Raúl. Pinto era el sacerdote que viajaba con el 4 de agosto de 1976 con el entonces obispo de La Rioja, cuando vio que un auto se les cruzó en la ruta en Punta de los Llanos. Su testimonio fue acallado entonces por la dictadura militar, que lo definieron como un accidente, pero llegó a los tribunales apenas volvió la democracia. Para aquel tiempo Arturo ya había pedido la dispensa sacerdotal.
“Los jóvenes criollos de Juárez también están rotos por la droga, pero la diferencia es que están tan expuestos ante la comunidad como nuestros jóvenes, que muchas veces van deambulando por las calles. Pero eso fue cambiando, gracias a Dios, con la presencia del Hogar de Cristo. Con el padre Juan Rosasco nos informamos en el Gran Buenos Aires y pensamos que se podía hacer en Juárez. Y lo logramos”, sostuvo Toribio. “Los pioneros en nuestra tierra en la evangelización de nuestra zona son los anglicanos, desde inicios del siglo 20. Luego los pasionistas católicos llegaron hace 50 años y trabajan muy bien con espíritu ecuménico”, manifestó.
Raúl participó el año pasado de la asamblea eclesial de América Latina y el Caribe, siendo el representante de la Familia Grande del Hogar de Cristo. Toribio fue uno de los 1000 asambleístas. Cuando le comentaron sobre la posibilidad de participar en la Asamblea, Raúl dijo que si sin dudar: “En ese momento no tenía mucha información y empecé a averiguar y preguntar al padre Juan Rosasco, que me recomendó leer el Documento de Aparecida”.