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María entra a la dimensión discipular renovando su vínculo con Jesús
viernes, 16 de febrero de 2007
Llegaron su Madre y sus hermanos y quedándose fuera le envían a llamar. Estaba mucha gente sentada a su alrededor. Le dicen:- “Oye, tu Madre y tus hermanos están fuera y te buscan”. El les responde:-“¿Quién es mi Madre?, ¿Quienes son mis hermanos? Y mirando alrededor suyo a los que estaban sentados dijo:-“ Estos son mi Madre y mis hermanos. Quien cumple la voluntad de Dios ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.
Marcos 3, 31- 35
El texto del Evangelio de San Marcos en el capítulo 3, 31-35 nos sirve como punto de partida para trabajar juntos en nuestro corazón y renovar nuestra mirada sobre la figura de María hoy, en el contexto del camino discipular que el Señor nos viene haciendo recorrer junto a El en éstas catequesis. María es invitada a la escucha de La Palabra de su Hijo Jesús.
El capítulo 3 de Marcos tiene dos pequeños textos referentes a la familia de Jesús. Este que hemos compartido recién y un poquito antes, en el verso 20, aquél donde aparecen los parientes de Jesús buscándolo, porque piensan ellos, a partir del inicio de su ministerio, donde tanta gente se ve revolucionada por su mensaje, que Jesús está sacado, está fuera de sí mismo, “está como loco” dice otra traducción.
Pero vamos por partes. Marcos no está interesado como el resto de los textos evangélicos, como hemos dicho en otras oportunidades, de ofrecernos una biografía, una crónica exacta de lo que hizo Jesús, como quién se sienta después de ver lo que ha pasado en un día y hace el relato justo o como quién toma una cámara y sigue a un personaje en todo su quehacer cotidiano.
No, no es éste el sentido del texto bíblico sino que el autor bíblico, evangélico, en éste caso Marcos, crea un escenario de entre todos los que han hecho a la vida de Jesús, toma éste escenario y a partir de allí construye un mensaje teológico, catequístico, en el cual el quiere ofrecernos una reflexión que en la vida nos ayude para ubicarnos. Marcos concibe al mundo como un lugar salvífico donde se desarrolla un drama profundamente humano y de Dios. En éste escenario que el construye para dejarnos un mensaje, Jesús es el centro.
En el verso 1,37 del Evangelio de Marcos, la Palabra de Dios nos dice así:-“
Al encontrarse le dicen todos te buscan
”. Ese “
todos te buscan
” lo vamos a ver reflejado en los discípulos, en los parientes, en María y sus amigos y hermanos. Este todos te buscan pone a Jesús en el centro de la escena salvífica donde se desarrolla éste drama humano, divino. Mientras las multitudes lo buscan, lo siguen, lo necesitan, hay diferentes grupos de personas que con sus actitudes y con sus palabras manifiestan una respuesta a su persona y a su acción. Por un lado están los adversarios, por otro lado la familia de Jesús, y por otra parte los discípulos. Los adversarios son los que confrontan permanentemente con Jesús. Que se sienten cuestionados por la Palabra y actividad que desarrolla Jesús. Lo critican, lo cuestionan, realizan tareas para confabularse contra El, callan cuando tendrían que hablar, lo creen un poseído del demonio. Son los fariseos, los herodianos, los discípulos de Juan el Bautista , los escribas…
Tomemos un párrafo del Evangelio para ver como se da todo esto. Es el evangelio de la curación de aquél que tiene la mano paralizada: -“
Entró de nuevo en la Sinagoga, había allí un hombre que tenía la mano paralizada. Estaban al acecho para ver si curaba en sábado para poder tener de qué acusarle. Dice al hombre que tenía la mano seca:-“Levántate y ponte ahí en medio”
. ..Sigue el texto, se produce la curación, entonces Jesús dice
:-“ Es lícito en sábado hacer el bien o hacer el mal
”. Jesús ha leído la actitud con la que están parados delante de Él pero ellos callaban cuando tendrían que hablar.
Entonces mirándolos con ira, apenado por la dureza de su corazón dice:-“ Extiende tu mano” En cuánto salieron los fariseos se confabularon con los herodianos contra El para ver como podían eliminarlo
.
Este grupo de personas lo busca a Jesús pero con una intención, terminar con El. También está la familia que son el los que , junto a María y los discípulos, nos vamos a detener hoy. Preocupados por lo que se dice de Jesús, por sus acciones milagrosas y hasta por el poco interés que Jesús le pone al cuidado de su salud, “
no había tiempo dice la Palabra ni para comer”
, lo quieren llevar consigo, piensan ellos que Jesús está sacado, que está fuera de sí. “
Ahí estaban los parientes
” dice el verso 20 del capítulo tres, “
buscándolo
”. “
Se aglomera en la casa la muchedumbre de modo que no podían comer, se enteraron sus parientes y fueron a hacerse cargo de El, pues decían está fuera de sí
.”
Pero también aparecen, como ya hemos visto en éstos días, los discípulos, que son llamados por Jesús a un seguimiento y a una convivencia con El, a formar parte de lo que sería su familia. Es el texto que hoy nos muestra la Palabra de Dios que está en plena comunión con el otro texto que aparece en el mismo Evangelio de Marcos en el verso 13, la institución de los doce: -“Los discípulos son llamados personalmente por Jesús a este seguimiento, a ésta convivencia, hasta formar una sola familia con El. Ellos forman el círculo de los íntimos, de los seguidores, que están a sus pies como nos dice hoy la Palabra, “escuchando sus enseñanzas, aprendiendo a vivir”.
Todos te buscan, una muchedumbre. Entre los “todos” que lo buscan hay tres tipos de personas que particularmente aparecen en el contexto del capítulo 3 del Evangelio de Marcos. Los que van en contra de El que buscan eliminarlo, la familia donde veremos matices distintos entre los que creen que están sacados y la Madre de Jesús que ocupa un lugar distinto, y un tercer grupo el de los discípulos en comunión con María. Vamos sobre el Evangelio que hoy nos convoca particularmente después de haber mostrado cómo y de qué manera los públicos que rodean a Jesús aparecen en el Evangelio de Marcos. Veamos el texto de hoy.
Este texto comienza diciendo: v31-“ Su Madre y sus hermanos, quedándose fuera..” .v32.. “Oye, tu Madre y tus hermanos están fuera y te buscan” En el verso 32 a dice: -“Estaba mucha gente sentada a su alrededor” y en el verso 34 dice:-“ mirando Jesús, a los que estaban sentados con El alrededor suyo…” ¿Por qué tomo ésta indicación?, porque éstas indicaciones que deja el evangelista Marcos no son porque sí. Este “los parientes fuera” y “los que lo escuchan dentro y alrededor suyo” no es sólo una indicación descriptiva de lo que ocurre en el ámbito donde Jesús está. Es también una perspectiva teológica de vínculo con Jesús.
Podríamos decir así : como se han ubicado físicamente alrededor de Jesús, Marcos está mostrando como teológicamente los que rodean a Jesús están vinculados a su persona. Algunos, los parientes y familiares están fuera, otros, los discípulos, los que están alrededor están dentro del misterio, con lo cuál Marcos está diciendo que el Modo de vincularse con Jesús no es un modo vincular que nace de la sangre sino del Espíritu. “Quienes son mi Madre y mis hermanos”, como diciendo: no es que el vínculo dependa de una relación sanguínea, afectiva, de pertenencia social, los vínculos ahora, dice Jesús con su expresión tan particularmente parca, se establecen en orden al espíritu. Los que escuchan la Palabra de Dios y la practican, éstos son mi Madre y mis hermanos. Fuera está María. “Tu Madre y tus hermanos te buscan afuera” Pero ella es invitada, y lo vamos a ver desde otros evangelios también, a escuchar la Palabra y hacerla carne en Ella con lo cuál podríamos decir así:-“ los que están fuera pueden estar dentro” y María , dice el evangelio de Marcos, es un testimonio de esto.
Una dimensión distinta tal vez por nosotros no tan abordada pero es una intención que tiene el evangelista de mostrar, entre comillas, el proceso discipular también de María, la Madre de Jesús. Ella se fue haciendo discípula. Siendo la Madre de Dios se fue haciendo discípula lo cual para nosotros es toda una motivación y es todo un camino a desarrollar. Estaba fuera y fue entrando para ser de los que, como ninguno, escucha la Palabra de Dios y la pone en práctica.
Hay un tercer texto en Marcos donde encontramos una referencia clara a María en un contexto de enfrentamiento con Jesús, ésta vez el de los paisanos suyos. En Marcos 6, 1- 6 dice así la Palabra
:-“ Salió de allí y vino a su patria y sus discípulos lo siguieron. Cuando llegó el sábado se puso a enseñarles en la Sinagoga. La multitud, al oírlo quedaba maravillada y decía:-“ ¿De dónde le viene todo esto y qué sabiduría es ésta que la ha sido dada, y esos milagros hechos por sus manos?, ¿No es éste el carpintero, el Hijo de María, hermano de Santiago, José, Judas y Simón?, ¿y no están sus hermanos aquí entre nosotros?, y se escandalizaban a causa de El. Jesús les dijo:-“ Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio” y no podía hacer allí ningún milagro a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos y se maravilló de su falta de fe.
”
Es una breve narración ésta que parte de un hecho concreto en Nazaret , lugar donde se desarrolla la escena, tiene un fondo, las enseñanzas y acciones maravillosas de Jesús donde hace y de donde salen todas estas cosas y el tema central es la falta de fe de los que habitan en Nazareth. Ahí va Jesús con sus discípulos, es un día sábado, entra en la Sinagoga y se pone a cumplir su servicio magisterial, a enseñar.
La gente al oírlo en su estilo propio, se hace algunas preguntas: ¿de dónde saca todo esto?, ¿qué sabiduría le ha sido dada? y esos milagros que salen de El. Pero no todo acaba allí, la misma gente de Nazareth agrega otras dos preguntas bien concretas, bien aterrizadas: ¿no es éste el artesano, el Hijo de María, el hermano de Santiago, de José, de Judas y Simón?, ¿y no están sus hermanas aquí entre nosotros?. Vuelve el tema de la familia y el vínculo que hay entre Jesús y ésta.
La pregunta o las preguntas son claves en referente a la identidad mesiánica de Jesús pues en el tiempo de Jesús se decía que cuando llegase nadie sabría su origen. Entonces estamos como en presencia del vínculo de Jesús con los suyos, en su pueblo, las primeras manifestaciones de su acción mesiánica y la pregunta de ¿cómo es la cosa? este que nosotros conocemos no puede ser Mesías porque si conocemos cuál es su origen familiar nosotros tenemos argumentos de sobra para decir que nada tiene ver con las pretensiones, a la vista de ellos, mesiánicas de Jesús.
El cuestionamiento de los paisanos de Jesús no sólo enfrenta con su origen sino con su enseñanza, con su sabiduría, con sus acciones, con su poder. Lo conocían como se conoce el pan, como se conoce a los vecinos, por eso concluye Marcos en 6,3 : “Se escandalizaban a causa de El”. Pero la expresión que a nosotros más nos interesa, siguiendo el carácter discipular de María en el evangelio de Marcos es :-“El Hijo de María”. Esta expresión es propia de éste evangelio.
Se entiende que es el primero de los evangelios escritos, en el texto paralelo de Marcos se dice: “ no se llama su Madre María” , que no es lo mismo que se diga el Hijo de María, que Lucas lo plantea diferente: “¿No es éste el Hijo de José?, digamos así, en el contexto de la relación con sus paisanos, Marcos quiere rescatar el origen humilde de Jesús. Ahora constituido Maestro, María le da esa identidad propia: ella es su Madre.
Esta Madre, la Madre de éste Hijo, en éste evangelio es discípula. Esta es la novedad. Esta , su Madre, como es presentada por Marcos, es discípula. Podríamos concluir ésta primera parte de la catequesis diciendo así:- La Madre de Jesús, María, por esto de estar afuera y ser invitada a estar adentro, pasó por la lucha de la fe y la aceptación de Jesús como Salvador.
En la perspectiva de Marcos esto es así. Nadie, en la familia nueva de Jesús, puede excluirse de éste proceso de entrar en una nueva dimensión vincular, pasar de afuera a estar alrededor, dentro, en la escucha. Y la opción por Jesús se vive en un quehacer concreto y práctico del plan de Dios en lo cotidiano que nace de la escucha de la Palabra y de cumplir la voluntad de Dios, el Padre. Y nosotros sabemos por el dato de la fe, que ninguna como Ella se hizo oyente de la Palabra, al punto tal, que desde la perspectiva en que la presenta el evangelista san Lucas, la Palabra se encarnó en ella, tomó su carne de la cual nació el Hijo de Dios, Hijo de María para quedarse en medio nuestro, entre nosotros. La Virgen María, la Madre de Jesús pasa, como todo discípulo en el Evangelio de Marcos, de afuera hacia adentro y vive la misma circunstancia de fe y de ruptura con lo concebido como “normal o natural” para comenzar a vivir las relaciones vinculares en clave sobrenatural que no excluye la naturaleza humana pero que sí la toma, la eleva y la pone en una dimensión distinta.
El discípulo vive en clave sobrenatural y María es un ejemplo de esto, de manera tal, que aquella pregunta de Jesús:-“ ¿
Quién es mi Madre, quienes son mis hermanos
?, pregunta que podría leerse como una aparente distancia de María la pone a María en el centro más centro del vínculo con Jesús porque ninguno ha escuchado y ha vivido la Palabra como la primera discípula: María.
En nuestro encuentro de hoy el Señor nos muestra en María que para ser discípulo debemos pasar de un estado a otro, de una mirada de las cosas así como se ven a verlas como El las ve, pasar de afuera a adentro en clave del evangelio de Marcos. María es en el evangelio de Marcos quien vive un proceso de camino discipular. Cuánto más nosotros que nos disponemos a escucharlo a Jesús e intentar seguirlo por dónde nos quiere conducir.
Uno de los textos más claros en cuánto al carácter discipular y de de crecida progresividad en la obediencia de María, es el texto del evangelio de Juan en el capítulo 2,1-11. En ese texto evangélico Juan aparecen Jesús con María y los discípulos invitados a una boda. La boda, el banquete es símbolo de la Nueva Alianza. Una vez más nos encontramos con un evangelista que nos presenta un relato que tiene un contenido teológico de mensaje de redención muy fuerte. Son invitados no a cualquier fiesta sino a una boda. El vino, la sobreabundancia del buen vino también es signo de la Nueva Alianza que Dios va a venir a traer a su pueblo.
Digamos así, los tiempos mesiánicos se pueden identificar como una boda donde hay vino. En ésta boda donde es invitado Jesús y los discípulos con María se acabó el vino. Por lo tanto, podríamos decir así, hay como una ausencia de signo mesiánico. María percibe esto y se da cuenta que falta el vino, “Ya no tienen vino”. Otra lectura que podemos hacer de éste mismo dato es que acabado el vino en una boda judía de aquél tiempo suponía un acabose también de la fiesta. Es decir, se está por acabar la fiesta. Jesús dialoga con María, como Hijo y como Maestro. ¿Qué tenemos que ver nosotros? La pregunta aparece como dura sin embargo, leyendo todo el evangelio de Juan y particularmente en el capítulo 19, 25-27 nos damos cuenta de por qué Jesús dice ¿qué tenemos que ver nosotros?. Cuando agrega: mi hora no ha llegado todavía.
A lo largo de todo el evangelio es claro que la hora de Jesús es el tiempo de la redención. Podríamos traducirlo así: ésta boda donde se acabó el vino no es la boda final, escatológica, por lo tanto no es tiempo de la entrega de mi vida. Y aquí entra María. Entra María como asociada al misterio, que en el verso 25-27 del capítulo 19 va a quedar más claro. Jesús deja a su Madre a cuidado del discípulo y deja al discípulo bajo el cuidado de la Madre. María está en la cruz absolutamente, definitivamente asociada y el Señor anticipa esto, aún cuando todavía no es pleno, lo anticipa en ésta fiesta de éstos novios. Mi hora no ha llegado todavía. María dice: Hagan lo que El les diga. Es decir, se corre de su lugar de Madre y ubica en su lugar discipular. Se ubica en el lugar de la escucha de la Palabra. Hagan lo que su Palabra indica. Ella se pone en esa clave. Ella, que ha pedido intercediendo por los novios, lo hace discipularmente. Jesús encuentra en el corazón discipular de María una manera de comenzar a caminar con los discípulos que recién se incorporan al camino, porque sólo en unos versos antes 1, 35-42 donde Jesús ha invitado a los discípulos a su seguimiento. Esto es ocasión para que Jesús ponga, al modelo de discípulo a formar a los discípulos.
María es la que muestra cómo tiene que ser el corazón de un discípulo. Fíjense como termina el texto: sus discípulos creyeron en El. Es decir, entraron en ésta dinámica. Pareciera que toda la escena estaba preparada para que los discípulos entraran en la dinámica discipular gracias al camino discipular obediente de María, gracias al modo de vínculo de María con Jesús que anticipa la hora definitiva. Cuando nosotros como discípulos, llamados a vivir en plenitud la vida nos asociamos a la primera discípula, la plenitud se anticipa.
La plenitud de nuestra vida se anticipa, de allí, que según la mirada del Evangelio de San Juan, nosotros somos plenamente discípulos ya, aquí y ahora, con todo lo que nos queda por caminar, plenamente según lo que hoy podemos ser plenos, en la medida en que vivimos nuestro discipulado de Jesús con María, porque es desde su fe desde donde la plenitud se nos anticipa.
En el Apocalipsis 3, hablando de la plenitud de los tiempos dice:-“ El Espíritu Santo y la Esposa, la comunidad con María, oran:-“ Ven Señor Jesús”, Maranathá . Anticipa los tiempos, es decir, la plenitud del tiempo de la realización de mi vida en camino de alguna manera necesito tenerla más cerca. No para dejar de caminar sino para caminar con mayor fervor, con mayor deseo, con mayor inquietud interior, con mayor fe despierta. No es que se adelanten los tiempos para que todos vivamos como si todo estuviera bien sino que se adelanten los tiempos para que la marca que nos dice cómo y de qué manera seguir la tengamos más clara y podamos madurar en ese proceso de ir dando paso tras paso los caminos de nuestro crecimiento, de nuestra madurez.
María discípula de Jesús, nosotros discípulos con María adelantando los tiempos, María en un camino de proceso de afuera hacia adentro, tomando la mirada de Dios, Ella, que fue tomada por Dios desde siempre, desde el principio, nosotros con María aprendiendo ese camino y ese proceso.
Padre Javier Soteras
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