María escucha e intercede por los gemidos del mundo

miércoles, 7 de noviembre de 2018
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07/11/18 –

Catequesis en un minuto


Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino». Jesús le respondió: «Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía». Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que él les diga». Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: «Llenen de agua estas tinajas». Y las llenaron hasta el borde. «Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete». Así lo hicieron. El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y les dijo: «Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento». Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él. Después de esto, descendió a Cafarnaúm con su madre, sus hermanos y sus discípulos, y permanecieron allí unos pocos días.

Jn 2,1-12

El carisma de María es la mirada reconfortante al conjunto del cuerpo eclesial, que la vuelve atenta a todos los aspectos dolientes y pronta a expresarlos, a proveer avisando a quien corresponda, haciendo intervenir a otros. En efecto, en Caná, María no provee directamente a la necesidad de vino, sino que la hace notar, la pone de relieve y la confía a su Hijo.María debe ayudarnos a descubrir qué es lo que falta, no para acusar o recriminar, sino para ofrecer y amar.

María es modelo de identificación y de intrepidez porque es modelo de contemplación. Es tarea fundamental del discípulo cultivar la contemplación y hacer que otros la descubran; actuar de modo tal que la sociedad descubra la primacía del contemplar sobre el hacer, del existir sobre el obrar, del ser sobre el tener.

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