“María lleva en el corazón el dolor de los pobres”, hermana Clara Temporelli

miércoles, 8 de abril de 2020
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08/04/2020 -En el ciclo “Conociendo a María” nuevamente nos acompañó la Hermana Clara Temporelli, religiosa de la Orden de la Compañía de María Nuestra Señora, oportunidad en la que reflexionó sobre el maravilloso cántico de María: “El Magnificat”.

Podemos encontrarlo en el Evangelio de San Lucas, en el capítulo 1 versículos 46 al 55: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos. Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.”

La hermana Clara expresó que siempre el Señor nos da un mensaje nuevo, aunque conozcamos de memoria los textos. Tal es el caso de este canto de alegría que corresponde a María.

Te invitamos a que leas pausadamente el Magníficat y te detengas en las palabras que a continuación señalamos (según la traducción bíblica que tengas): alma – Espíritu – Ha puesto sus ojos en la pequeñez (o humildad) – ha hecho-  Poderoso – santo – misericordia – soberbios – poderosos- ricos – Israel

Estas palabras claves nos sirven para ir marcando algunos conceptos importantes dentro del canto hermoso de María. “San Lucas considera que las mujeres tienen voz y vocación profética”, explicó la hermana Clara y agregó que “cantar las palabras de María implica llevar en el corazón el dolor de los pobres de la tierra y el firme deseo de aliviar y comprometer nuestra vida en ello, empeñándonos por cambiar las circunstancias actuales de la sociedad y de la historia”.

En el mismo texto del Magníficat podemos observar cómo Dios a través de María, la va a presentar como la mujer que canta en la misericordia, la misma que Dios tuvo con ella, que tiene con el pueblo más vulnerable, con el pueblo hambriento y pobre.

En este cántico, María representa al pueblo humillado, dominado, sometido y empobrecido. “Nuestra Madre lo canta desde la alabanza, es un canto de alegría y profético a la vez”, dijo la hermana Clara.

La religiosa agregó que María en su alabanza, define a Dios como ‘mirada’: “Dios ha mirado la pequeñez de su servidora”. Esa mirada la transforma y la renueva. María no se mira a sí misma, por el contrario, mira a Dios, mira lo que Dios ha hecho en ella.

La hermana Clara relató: “de mujer pequeña, pasó a ser la madre del Mesías. Tiene consciencia de su pequeñez, reconoce a Dios como el único salvador”.

Para María, Dios es poderoso porque transforma la vida y la recrea, es santo porque cumple y manifiesta su misterio en nosotros y es misericordioso porque se acuerda de los pobres, humillados, hambrientos y rescata a todos.

Por otro lado, María anuncia un cambio en tres niveles: ideológico, político y económico. La hermana Clara explicó que, en cuanto al primer nivel, María dice que Dios con su misericordia dispersa a los soberbios de corazón. Con respecto al nivel político, Dios derriba a los poderosos de sus tronos, siendo aquellos los que se elevan por encima de los demás no teniendo en cuenta a quienes sufren. Y en cuanto al último nivel, el económico, la hermana Clara dijo que Dios da bienes a los hambrientos y despide a los ricos sin nada.

¡Que maravilloso canto de alegría y alabanza nos regaló María!

Te invitamos a escuchar el programa completo y a compartirlo en tus redes sociales.