“María me rescató, pude unir lo que no podía solo” Padre Kentenich

martes, 9 de mayo de 2017
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Shoenstatt3

En el 2º Capítulo de las huellas shoenstatteanas en la iglesia, este nuevo ciclo de Radio María, la Hermana María Sol, nos invita a conocer qué ocurre cuando el Padre Kentenich encuentra una capillita abandonada y cómo fue la primer alianza de amor.

¿Qué le había pasado en la vida personal al Padre Kentenich?

La Hermana María Sol indica que “él había vivido una gran crisis en su juventud, una crisis muy fuerte donde se le había dado una separación entre fe y vida, no podía unir todas las realidades de la fe con lo cotidiano, y eso lo llevó a una tensión muy, muy grande”. Él dice que llegó al borde la locura, y quien lo rescató fue María.

Ella lo rescató porque en María se veía la unión de todo lo que él no podía unir. Él percibía en María la unión de fe y de vida.

Llega a decir que Dios permitió que viviera esa crisis para que pudiera entender al hombre moderno, a la crisis que vive el hombre de la modernidad, donde todo está fraccionado interiormente: una cosa no tiene nada que ver con la otra, es lo que solemos llamar el pensar mecánico.

En nuestro caso, ese pensar mecánico se nos traduce en muchas cosas de nuestra vida, podemos ir a misa todos los domingos pero lo que aprendemos en misa no lo traducimos en la vida cotidiana de lunes a viernes, por ejemplo.

Y desde la experiencia vital que él tuvo, la de superar esas fracciones por medio de María, de esa experiencia, va a nacer el Movimiento de Shoenstatt.

En una primera etapa no quería dedicarse a los jóvenes, sino que él deseaba liberar a las almas de esas cargas pesadas que venían cargando desde mucho tiempo, a través de la confesión, cuenta la Hermana María Sol.

Pero como los Pallottinos tenían que mudarse a un lugar nuevo, un terreno nuevo que habían adquirido, en el valle de Shoenstatt, necesitaban de un sacerdote para que forme a los alumnos. Piensan en el padre Kentenich para esta tarea y lo nombran Director Espiritual.

Como era propio del padre Kentenich no tomar la iniciativa (él esperaba que Dios hablara primero, y entonces recién ahí ponía todas sus fuerzas para realizar ese pedido de Dios), acepta esta misión. Los jóvenes rebeldes ante tanto reglamento, se resisten. Pero el Padre Kentenich, como Director Espiritual, sabe captarlos y despertar de ellos su mejor versión.

Estos jóvenes por los que nadie apostaba, encontrarán en el Padre Kentenich la puerta para alcanzar los ideales más altos. El padre les enseñará que “no podemos con nuestra vida solos”. De a poco les va a ir mostrando a María, como modelo del hombre nuevo, que teniendo la libertad de elegir, siempre optó por realizar los más leves deseos de Dios.

Kentenich

En 1914, estalla la guerra, y el Padre Kentenich ve en este hecho la voz de Dios, ve en esa guerra, que Dios quiere decirle algo a la humanidad. Concluye diciendo que es la guerra el llamado de Dios a crecer en santidad.

La hermana María Sol, menciona que lo que se puede inferir de la vida del Padre Kentenich, es que “cuando la vida de la persona está muy marcada por las dificultades es porque hay un plan muy grande de Dios”.

Las 6 promesas de la Alianza de Amor:

 

Me estableceré en esta Capillita.

Distribuiré desde aquí abundantes dones y gracias.

Atraeré hacia aquí los corazones jóvenes.

Los educaré.

Haré de ellos instrumentos aptos en mis manos.

En la medida que se abandonen en las manos maternales y educadoras de María, emprenderá con ellos un Movimiento de Renovación religiosa y moral para el mundo.

 

Shoenstatt