20/04/2019 – Muchas veces lo escuchás en Radio María, el padre Gabriel Camusso es párroco de la comunidad de Nuestra Señora de la Merced en la ciudad cordobesa de Arroyito. Hace un par de años atrás celebró el aniversario número 25 de su ordenación sacerdotal con los colores en la torta del club del cual es hincha: Boca Juniors. “Desde el año 2000, Arroyito es la ciudad de María en la diócesis de San Francisco”, compartió el sacerdote en el inicio de la charla. Luego contó: “Yo nací en Freyre, en el noreste provincial. Me formé en el colegio de las Hermanas de los Pobres de Santa Catalina de Siena de mi pueblo, que actualmente es el colegio Fasta. Mis padres siempre fueron de vida cristiana práctica. Tengo una hermana, pero ella tiene 14 años más que yo. Todo esto me ayudó a vivir la fe desde pequeño, y esto se anexaba a la vida parroquial en Freyre”.
“Mi segundo nombre es Bernardito. Y esto es así porque fue una promesa de mis padres a santa Bernardita Soubirous, la vidente de Lourdes , porque cuando supieron que mi mamá estaba embarazada le informaron que había mucho riesgo. Yo de esto me enteré dos noches antes de ordenarme sacerdote, un 8 de mayo de 1992. Mi papá me dijo que tenía que revelarme algo y allí me contó la historia. Pero no solo eso. También mi padre me dijo que cuando rezaba para que yo naciera bien le prometió a Dios que me ofrecería para la vida sacerdotal. Y desde ese día, mi papá venía rezando el rosario por mi y por mi vocación. Ahora se que mi padre me sigue cuidando desde el Cielo”, relató el padre Camusso, quien además indicó: “Mi vocación surgió cuando tenía 15 años y se lo dije a quien era mi párroco en ese momento en Freyre, Baldomero Martini”.
El sacerdote sostuvo que “a Arroyito llegué en 1998 para continuar con lo que venía desarrollando desde 1967 el padre Juan Vidotto. Este cura estuvo en total 51 años acompañando esta comunidad, así que vio tres generaciones caminar la vida de la fe por aquí. Gracias a él pude insertarme en la comunidad de Arroyito y caminar con alegría este servicio ya que compartimos 19 años juntos. Y él me decía: ¨Tenés que ser un buen vecino primero para después ser un buen sacerdote`.Y yo hoy me siento ya parte del paisaje de la gente de Arroyito porque he vivido tantas luces y tantas sombras con esta comunidad”.
“La Semana Santa sigue siendo un tiempo especial. Junto al padre Marcelo Cereda y un misionero redentorista estamos acompañando a nuestra gente en estos días. Y quiero destacar también a tantos laicos que con tanta pasión preparan cada gesto de las celebraciones. Esto es una bendición y una gracia de Dios”, dijo el padre Camusso.
Finalmente, nos dejó esta oración personal:
Padre Dios, bueno y rico en misericordia,
que un día me hiciste experimentar
que me llamabas, que me enviabas y que siempre estarías conmigo,
resuenan aún aquellas palabras del profeta Isaías:
“No temas, porque yo te he redimido,
te he llamado por tu nombre, tú me perteneces”.
De doy gracias por haberme dado el regalo de la fe en mi bautismo.
Gracias por el don de la vida que regalaste a través de mis padres,
gracias por mi comunidad que me ayudó a crecer y madurar la vocación.
Perdón por las veces que no fui fiel a tanto amor, desoyendo tu Palabra.
Vuelvo a afirmar lo que un día desde lo profundo del corazón
te respondí junto a Simón Pedro, cuando era ordenado sacerdote:
“Señor, tú lo sabes todo; sabes que te amo”.
Cada día imploro tu Gracia
para ser discípulo misionero de tu amor,
consciente de mi fragilidad, también convencido que eres Tú
quien lleva adelante la obra y la vida del cristiano. Gracias.
Ayúdame para afirmar con San Pablo
que llevamos ese tesoro en recipientes de barro,
para que se vea bien que este poder extraordinario
no procede de nosotros, sino de Dios.
Amén.
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