28/03/2025 – El 2 de abril recordamos el Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas. En vistas de esto el Padre Humbi, en este ciclo “Reflexiones para el finde”, nos invita a pensar sobre la conexión entre la Cuaresma y la historia de aquellos jóvenes soldados que, en medio del dolor y la incertidumbre, encontraron consuelo y orientación en la música que sonaba y los guiaba a la trinchera, su refugio. ¿Cómo una melodía puede convertirse en un faro de esperanza en la oscuridad? ¿Qué nos enseña esta historia sobre el poder de la música y la fe?
El Padre Humbi nos comparte dos relatos conmovedores. El primero nos habla del reencuentro a través de la música, un hilo conductor que guía a los perdidos hacia la luz. El segundo, la historia de un joven soldado que, con su acordeón, lleva consuelo y orientación a sus compañeros en las trincheras de Malvinas, nos invita a reflexionar sobre el sacrificio y la entrega.
En ambos relatos, la música se convierte en un símbolo de esperanza y unidad, un lenguaje universal que trasciende el dolor y la muerte. En el contexto de la Cuaresma, se nos invita a escuchar las melodías que nos identifican como hijos de Dios, aquellas que nos recuerdan nuestra identidad y nos guían hacia el encuentro con el Padre misericordioso.
Pero la música no siempre es armonía. A veces, son los gritos de dolor, el sonido de los clavos en la cruz, los que nos sacuden y nos invitan a reflexionar sobre el sacrificio de Jesús, el “Sapucai” que resonó en la cruz y que nos invita a verla como un signo de dolor y triunfo.
En este tiempo de Cuaresma, el Padre Humbi nos invita a agudizar el oído ya escuchar las melodías de la vida, aquellas que nos recuerdan quiénes somos y nos invitan a construir puentes de esperanza y solidaridad. La música, como la fe, tiene el poder de transformar el dolor en esperanza, la oscuridad en luz.
Mirá la nota y dejate abrazar por la música que en este tiempo de cuaresma nos trae sonidos que transforman nuestro interior.