Monjes trapenses: “Rezar es un estado de ánimo de la persona que está enamorada”

viernes, 21 de mayo de 2021

19/05/21- “El corazón es el que manda cuando dialogamos con Dios en la oración. Cuando nos levantamos a las 3 de la mañana para orar, la oración brota espontánea. Orar es dialogar con Dios. Si una cosa tenemos que hacer en este mundo es aprender a comunicarnos y dialogar unos con otros; pero para hacer eso hay que aprender a orar, a comunicarse con Dios. Rezar es un estado de ánimo de la persona que está enamorada”, dijo el Padre José Otero, monje del Monasterio Trapense “Nuestra Señora de los Ángeles”, en Pablo Acosta, Azul, Provincia de Buenos Aires. Junto a algunos integrantes de esta comunidad, iniciamos un nuevo ciclo “Oración, trabajo y vida comunitaria”, para conocer de qué manera la espiritualidad monástica puede ayudarnos en nuestra vida cotidiana.

Orar no es solo pedir
“Cuando rezamos nos fijamos en la reacción: orar es pedir, decimos. Está muy bien pedir; pero hay que agradecer, hay que alabar, hay que glorificar, hay que interceder; orar para que el que está solo, el que está enfermo y no tiene a nadie que lo cuide, se sienta acompañado e intensamente unido a nosotros y a Dios”.
¿Por qué no recibo lo que pido en oración?

“La oración es para encontrarnos con Dios, para entenderlo a Dios. No es solamente para que recibamos lo que pedimos. Tenemos que pedirle a Dios no nos abra los ojos, que nos dé un colirio, para que podamos ver su presencia y la razón de ser de las cosas que suceden, para entenderlo. Todos tenemos necesidades, pedir al Señor es lo propio. Puede ser que nuestra oración no esté bien formulada o no sabemos rezar. Por eso el Espíritu Santo tiene que hacer “traducción simultanea”, para que se entiendan nuestros balbuceos. El secreto de la oración es saber que es un dialogo con Aquel que lo puede todo. Nosotros nos entregamos en Sus Manos, para que Él haga lo mejor conviene para la persona que le pide. Lo importante en la oración no es lo que nosotros hacemos, sino lo que Dios hace en nosotros y con nuestras dificultades”.

Orar es un acto de amor
“Orar es un acto de amor verdadero. En la cultura actual la palabra amor se vacía de significado. El amor verdadero es pensar en el otro, hacer que el otro esté bien, buscar el bien del otro, ayudar, escuchar; sobre todo escuchar”.

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