Nativos e inmigrantes digitales

martes, 24 de abril de 2012
La características de los chicos que han nacido en la era digital y que se conectan simultáneamente usando varios instrumentos y están atentos a todos, es un verdadero desafío para los adultos. Incluyéndonos a nosotros, a la escuela: hemos nacido en la cultura de la palabra, y ellos han nacido en la cultura de la imagen. Esto está trayendo sus efectos en la escuela y también en los vínculos entre padres e hijos. Los chicos en la tecnología se sienten que son mas sabedores que los padres, y esto puede hacer, si hay adultos resistentes a incorporarse a estas nuevas tecnologías, que la asimetría necesaria para que la educación sea posible, caiga. Si el chico sabe más que los padres ¿cuál sería el lugar del adulto?

 

 

Entrevista de Verónica La Forgia a Ezequiel Gleichgerrcht, especialista en Neurociencias Cognitivas, miembro de Instituto de Neurología Cognitiva INECO.

 

VL: Durante los últimos años se está viviendo una revolución tecnológica, que está cambiando nuestros hábitos de vida, que está afectando en cierta manera nuestro entorno en ocasiones saturado y hasta desbordado por esta tecnología que se viene. En este escenario hay una influencia grande de esta tecnología que empieza a percibirse en nuestras generaciones más jóvenes: aquellas que han crecido, que se han desarrollado en un medio plagado de esta tecnología. El término “nativos digitales” es el que se le asigna a esta generación, el término que describe a aquellos que tienen una habilidad innata en el lenguaje y en el entorno digital. Las herramientas tecnológicas ocupan para ellos un lugar central en sus vidas, dependen de ellas para todo tipo de cuestiones cotidianas como estudiar, relacionarse, comprar, informarse o divertirse.

                Por otro lado están los “inmigrantes digitales” que son aquellos que se han adaptado a esta tecnología, que hablan su idioma pero con cierto acento. Estos inmigrantes son fruto de un proceso de inmigración digital que supone un acercamiento hacia un entorno altamente tecnificado. Entre ambas generaciones, la diferencia puede ser muy importante.

                Nos preguntábamos en primera instancia: ¿cómo reacciona nuestro cerebro ante las nuevas tecnologías? ¿es diferente la reacción del nativo que del inmigrante? Se lo vamos a preguntar al Dr. Gleichgerrcht, especialista en Neurociencias Cognitivas, miembro de Instituto de Neurología Cognitiva INECO.

 

VL: ¿cuáles son las diferencias básicas entre un inmigrante y un nativo digital?

 

EG: No tenemos respuesta aún. Estas tecnologías son muy nuevas, estamos atravesando un cambio tecnológico, por el cual cambia la forma en que nos comunicamos y recién en 10 o 15 años tendremos datos empíricos. Lo que sí podemos empezar a hacer ‘a priori’ es especular cómo nuestro cerebro se adapta a las nuevas tecnologías. Lo primero que tenemos que entender es que nuestro cerebro tiene la capacidad de adaptarse. Así como en un determinado momento surgió la escritura y nuestro cerebro la incorporó y hoy es un proceso natural leer y escribir, las nuevas tecnologías son una forma de estímulo, y como tal, nuestro cerebro tiene esa capacidad plástica, esa capacidad de cambio.

                Muchas veces se ve a la tecnología como algo bueno y sin embargo hay un montón de figuras –no necesariamente científicos: ha habido escritores- que han salido a hablar contra el efecto que tiene en el cerebro la nueva tecnología, como si fuera un enemigo. Hoy tenemos algunas ideas que –insisto-son bastante precoces porque no hay datos empíricos sobre esto.

 

VL: Cómo estructura el pensamiento esta tecnología digital? ¿cómo es la diferencia entre alguien que creció fuera de la era digital y alguien que nació y se desarrolló en ella?

 

EG: creo que un ejemplo muy claro para esto es el uso de un buscador como Google. Creo que hoy pocos dudaríamos en buscar algún dato utilizando un buscador en internet. Antes para obtener información había que requerir enciclopedias, buscar en nuestra memoria, entonces uno de los puntos más controversiales es cómo los nativos de estas tecnologías están almacenando información de manera distinta. Y lo cierto es que la memoria en los seres humanos es una red muy compleja. No es una sola la estructura del cerebro que se dedica a la memoria. Es una red muy compleja que involucra entre otras la búsqueda de información. Esa búsqueda de información uno la puede hacer en su propio cerebro (buscando en nuestros registros dónde está almacenada esa información, evocándola y luego trayéndola a la memoria, o bien uno podría recordar en qué libro está esa información. Ahora, hacer eso es equivalente a recordar cómo puedo acceder yo a una nueva información por ejemplo buscando información en Google. Entonces, las nuevas tecnologías por ejemplo en aquellas personas que son ‘inmigrantes’ de las nuevas tecnologías, lo que están haciendo seguramente es activar los mismos mecanismos del cerebro, pero en lugar de saber que la respuesta está en algún lado del cerebro, saben que la respuesta está a tantos clics de distancia. Y eso también es un proceso cognitivo.

Cuando nosotros tenemos ese conocimiento, es un conocimiento que nos puede prestar una respuesta, tanto es así que uno de los factores quizá más importantes entre los defensores de las nuevas tecnologías dicen que así como la memoria es volátil, porque cada vez que yo recuerdo un evento, no recuerdo el evento original. Recuerdo la última vez que lo conté. Es decir: cada vez va cambiando la memoria. Cuando yo la traigo a recuerdo esa memoria es volátil. Quizá si la última vez que yo conté una historia estaba triste seguramente le pondré algún adorno de tristeza, si estaba contento quizá exalte algunos aspectos positivos. La memoria humana es muy frágil. Entonces, con esto en mente, tener a tantos clics de distancia la información guardada siempre de la misma forma, seguramente esa información va a ser más correcta y no en base a lo que yo recuerde

 

VL: ¿qué sería lo positivo y lo negativo de ser inmigrante o nativo (si es que la hay)?

 

EG: a nivel de estructuras cerebrales, tenemos que entender que el cerebro es el mismo. Lo que cambia es cómo se activan esas redes. Entonces, acceder a información de manera correcta es algo positivo: puede hacernos desde aprobar un examen, hasta salvar vidas. Es decir: acceder a información fidedigna es importante sea uno nativo o inmigrante. Lo negativo tiene que ver con procesos que son negativos incluso cuando no están asociados a la tecnología. ¿cómo el cerebro, cognitivamente hablando, puede perdurar a lo largo del tiempo? Con desafíos. Nosotros tenemos que desafiarnos cognitivamente permanentemente como una estrategia para mantener nuestro cerebro en forma. Si yo nací antes de las nuevas tecnologías y nunca cambio el método para acceder a la información, eso no es un desafío para nuestro cerebro. En cambio si uno estuvo siempre teniendo que requerir de enciclopedias y ahora accede a computadoras esto es un cambio. Esto es un desafío y entre otras cosas es lo que permite a nuestro cerebro retrasar entre otras cosas la aparición de síntomas de demencia, de pérdida de memoria, de procesos neurodegenerativos. Y son desafíos cosas muy simples también como por ejemplo cambiar la mano dominante para hacer determinadas acciones. Otro gran desafío para nuestro cerebro es aprender otro idioma. Cuando tenemos desafíos cognitivos, una dieta balanceada, cuidamos nuestro corazón –lo que hace bien al corazón hace bien al cerebro- y tenemos una vida social activa –que es otro desafío para el cerebro-, todo eso protege al cerebro para el paso del tiempo

 

VL: ¿cómo reacciona un inmigrante de 30 años que fue introducido aunque sea muy básicamente en el colegio en este tema de la era digital, y un inmigrante de tercera edad que quizá tuvo que empezar de cero? Los que se incorporan a edades adultas ¿sufren el cambio más que otros o no?

 

EG: En eso hay algo de mito y algo de realidad. La realidad es que la capacidad del cerebro de adaptarse a cambios del mundo externo va disminuyendo con la edad. Algunos estudios muestran que ya a los 20 años se empieza a perder la plasticidad del cerebro. En ese sentido, por supuesto, cuanto más adultos, más difícil incorporar nuevas tecnologías. Pero por otro lado muchos adultos están muy motivadas y hoy sabemos que la motivación es un aspecto fundamental en la incorporación de nuevos procesos, sean éstos físicos (como aprender a andar en bicicleta) o procesos tecnológicos, que no dejan de ser formas de lo que nosotros llamamos la memoria procedural, es decir, memorias que son automáticas.

Hoy, el que está muy entrenado en usar una computadora, no tiene que pensar ‘ahora prendo el CPU, ahora muevo el mousse para que se mueva la flechita…’. Eso lo hace automáticamente. Ese mismo automatismo es el que uno siente cuando está comenzando a andar en auto: primero tiene que pensar en todos los cambios, al tiempito todo lo hace automáticamente. Todos tenemos un cerebro capaz de aprender, y eso es lo más importante

 

VL: ¿Tenemos que “defendernos” o “adaptarnos”?

 

EG: Debemos defender nuestra capacidad de insertarnos en el mundo. Ceder habla de un proceso pasivo, y esto tiene que ser un proceso activo. Uno tiene que tener la motivación, simplemente porque a través de las nuevas tecnologías puede acceder a una cantidad de información que sin ellas es muy difícil. Hoy gente de la tercera edad puede encontrar en internet cosas que tienen que ver con su propia niñez, y ese proceso además activa procesos emocionales y cuando son positivos tienen la capacidad de generar circuitos de recompensa. Nuestro cerebro está lleno de estímulos que activan los circuitos de recompensa. Estos circuitos dependen de estructuras muy primitivas de nuestro cerebro, usan una molécula que se llama dopamina que se activa. Las personas que son drogadictas activan circuitos de recompensa y por eso les cuesta salir tanto salir de la drogadicción. Poder incorporar a las nuevas tecnologías como algo positivo va a generar circuitos de recompensa en nuestro cerebro que van a hacer que uno quiera usarlas más, y eso a su vez genera más motivación

 

VL: Si empiezo a abrir muchas ventanas en una misma pantalla ¿cómo reacciona el cerebro? Las mujeres ¿tenemos más capacidad que los hombres de atender a varias ventanas a la vez?

 

EG: Se está estudiando mucho el tema de la capacidad de hacer más de una tarea a la vez. Lo que sabemos es que nuestro cerebro, en ese sentido, reacciona igual que una computadora (las computadoras también hacen muchas cosas a la vez). En realidad el cerebro está haciendo un proceso por vez, pero el foco de la atención de nuestro cerebro cambia tan rápido que nos da la sensación de que se está haciendo más de un proceso a la vez. Respecto a si las mujeres son más hábiles o no en esto, no se han encontrado diferencias. Sí lo que se sabe es que las mujeres son más capaces de procesar detalles de manera global. El hombre suele procesar más secuencialmente y la mujer más globalmente algunos aspectos de la atención. El ‘multitachking’ –hacer mas de una cosa a la vez- se nutre de este tipo de procesamiento

 

VL: estas nuevas velocidades de atención ¿permite más o menos concentración?

 

EG: permite más concentración cuando uno tiene la capacidad de no disminuir la performance, pero todos tenemos nuestro límite de atención. Nuestro foco atencional tiene un límite. Ese límite puede entrenarse y puede correrse: hay días en que tenemos menos foco atencional porque estamos más cansados, y otros días en que tenemos más foco atencional porque estamos más estimulados. Teniendo en cuenta el balance, uno puede pensarlo como beneficio o como perjuicio. Hay momento que tenemos gran cantidad de procesos intentando llamar nuestra atención, y cuando dedicamos demasiado poco a cada uno terminamos haciendo todo mal

 

VL: ¿deberíamos prevenir algún estímulo nocivo? ¿cómo puedo estar con el celular, con internet, atendiendo a esta pantalla, viendo este link…? ¿puede llegar esto a ser nocivo, o es siempre positivo para el crecimiento y desarrollo mental?

EG: es nocivo en tanto y en cuando perjudique nuestra salud o la de las personas que nos rodean. Hay que generar conciencia sobre la importancia de aplicar todo lo que estamos hablando acá a la hora de manejar. Es este uno de los casos más ejemplificadores de lo nocivo que puede ser el multitasquing, porque lo que estamos haciendo no es varias cosas a la vez sino, sino una cosa, luego otra, y cambiando el foco de atención. Cuando manejamos no debe suceder esto: nuestra atención tiene que estar toda puesta en el manejo para evitar accidentes

 

                VL: ¿qué opinas de los GPS?

 

                EG: son herramientas muy útiles pero tienen que tener la capacidad de no distraernos y llamar nuestra atención más de lo que deberían

Si la persona tiene la necesidad de saber donde está yendo, y tiene que estar buscando en una guía la respuesta mientras maneja, por supuesto que es peor que tener un GPS que se lo vaya diciendo. Lo ideal sería detener el auto, ver a donde uno está yendo y después que el GPS nos guíe simplemente diciendo ‘a la derecha, a la izquierda’ y no nos saca nuestra atención del manejo.

 

                VL: ¿qué opinas acerca de los peatones que cruzan calles hablando o mandando mensajes por celular?

 

                EG: lo que acabamos de decir para los conductores bien vale para el peatón. Hay que estar prestando atención a todo lo que ponga en riesgo nuestra vida y la de otros.

 

                VL: algún mensaje final que quieras dar acerca de estas nuevas tecnologías que a veces nos avasallan

                EG: como amante de las nuevas tecnologías, creo que todos deben darse el placer de descubrirlas y ver cuáles funcionan para cada uno. Todos los cerebros son distintos y todos reaccionan de manera distinta a distintos estímulos, entonces quizá uno pueda encontrar distintas vertientes en cada una de estas tecnologías.

 

Entrevista de Verónica La Forgia a Liliana González ,  Licenciada en Psicopedagogía, especialista en clínica de niños y adolescentes, coordinadora de talleres para padres y docentes en instituciones educativas. Es columnista en diferentes programas y autora de varios libros, entre ellos “CRE CIMIENTO” Ed. El Boulevard ,Enrique Orchansky (pediatra) y Liliana gonzalez (licenciada en pedagogía),. Son tres capítulos: bebés, niños y adolescentes, y por el tema del cimiento que serán siempre los 5 primeros años de vida donde hay que aportar todo para que ese ‘árbol’ crezca fuerte.

 

LG: La características de los chicos que han nacido en la era digital y que se conectan simultáneamente usando varios instrumentos y están atentos a todos, es un verdadero desafío para los adultos. Incluyéndonos a nosotros, a la escuela: hemos nacido en la cultura de la palabra, y ellos han nacido en la cultura de la imagen. Esto está trayendo sus efectos en la escuela y también en los vínculos entre padres e hijos. Los chicos en la tecnología se sienten que son mas sabedores que los padres, y esto puede hacer, si hay adultos resistentes a incorporarse a estas nuevas tecnologías, que la asimetría necesaria para que la educación sea posible, caiga. Si el chico sabe más que los padres ¿cuál sería el lugar del adulto?

 

VL: Vos escribís en tu libro “Los vemos con dificultades para atarse los cordones pero manejando computadoras. Los vemos con dificultades ara dibujar, escribir, leer, pero desplegando habilidades increíbles con todo tipo de aparatos. Y los vemos haciendo síntomas que hablan del malestar: problemas de alimentación, de aprendizaje, de hiperactividad, desatención…” Me gustaría ir desglosando esto: el juego, la educación, la relación con los papás. Vos escribís también que “el cuerpo grita a través de estos nuevos síntomas: el mundo cambió: los niños gritan a través de nuevas consultas, y sentimos que todo cambió asistiendo a estos pacientes” ¿qué es lo que cambió? ¿qué es lo que el cuerpo grita?

 

LG: Yo veo en mi consultorio cuerpos con dificultades, pero las dificultades corporales las atiende el pediatra. Charlando con los médicos vemos que los chicos que se han tornado adictos a las pantallas, aquellos en los que la vida pasa por las pantallas, están trayendo trastornos importantes en el cuerpo. En la vista, en la audición, en la columna vertebral, muchos trastornos del sueño porque se desconectan tarde y duermen poco y mal, mucha obesidad por sedentarismo. Y desde el punto de vista psicopedagógico, si bien amo las tecnologías y pienso que es imposible renegar de ellas si se las usa bien –CON UN MARTILLO PUEDO CLAVAR UN CLAVO O MATAR A ALGUIEN: EL PROBLEMA NO ES LA HERRAMIENTA SINO EL USO QUE HAGO DE ELLA-

A mi lo que me está afligiendo en relación a lo escolar es la caída estrepitosa del pensamiento simbólico. Los chicos se están acostumbrando a apretar botones y que venga todo hecho, y el proceso en la escuela es otro: en la escuela hay que atender, concentrarse, analizar, desglosar, sintetizar, transferir. Son todos procesos activos del pensamiento que en general las pantallas los ponen entre paréntesis

 

VL: El aburrimiento en las aulas ¿se debe a esto? La costumbre de hacer la tarea con la pantalla prendida y no poder hacer lo mismo en el aula ¿forma parte del aburrimiento?

 

LG: por supuesto. Imaginate: los chicos en la escuela no tienen un control remoto para hacerle zapping a la maestra, y la maestra está 4 horas con la misma cara, y ellos se acostumbraron haciendo zapping a cambiar de imagen cada dos segundos. Creo que es una de las causas del aburrimiento, pero no la única. Creo que también hay una caída del valor del conocimiento en la sociedad global en la que vivimos. Es preocupante ver que los chicos van a la escuela sin encontrarles sentido. Si no se le encuentra sentido al aprendizaje, obviamente eso aburre. Hay un imperativo de la diversión. Los chicos dicen “la escuela no es divertida”, como si la escuela tuviera que ser un club y tener a Piñón Fijo para el primario y Tinelli para secundario. Aprender nunca fue divertido. Aprender es placentero cuando uno se apropia. Pero antes de apropiarse del aprendizaje hubo que trabajar, pensar…sudor y lágrimas. A mi la pérdida del pensamiento simbólico me preocupa, y si algún mensaje quiero dejar a los papás, es que ya que los chicos han nacido en esta era digital y las pantallas los estaban esperando, les digo: Los pediatras dicen:

·         antes de los 2 años no los expongamos a las pantallas. El bebé no lo necesita. El sistema nervioso central es el más inmaduro de los sistemas, y la exposición a pantallas produce irritabilidad cortical Esos dos primeros años deben ser de mucho vinculo con la mamá, de mucho juego, de mucho canto, de mucho cuento, de mucha palabra, de mucho mundo de lo simbólico. Muchos hiperactivos son niños que han sido muy estimulados de bebés

·         después de esos primeros años, no mas de 2 hs por día, y nunca 2 hs antes de dormir. Esto está trayendo problemas en el pensamiento simbólico. Frente a las pantallas los chicos es poco lo que piensan y es nada lo que hablan. Con las pantallas no se habla. Se habla con el otro humano. Por algo hay tanta violencia en las escuelas. Por algo hay tanto problema de convivencia. Los chicos no están sabiendo estar con el otro. Hay que tener amigos reales, no solo virtuales. Hay que cuidar los vínculos. Con la pantalla uno puede mentir, simular, mandar fotos que no son de uno…En el encuentro humano se da la verdad: en la mirada, en la palabra, en el abrazo. A los chicos les está costando mucho escribir un cuento, resolver una situación problemática, están muy pasivos frente a las pantallas y nosotros necesitamos pensamientos activos. La escuela tiene que usar las pantallas pero activamente: en procesos de investigación para que eso sea útil. Esto del abandono del libro. El que digan que han leído un libro completo por internet casi podríamos decir que ningún chico lo hizo. Aseguremos otras cosas más allá de la pantalla

 

VL: ¿podemos aislar a nuestros hijos del consumo de pantallas?

 

LG: No debemos aislarlos. Debemos controlarlos. Siempre lo que está mal es la exageración. La vida no debe pasar por ahí.

Con dos horas es suficiente. Después debe quedar tiempo para un deporte, para andar en bicicleta, charlas con los papás, hacer algo en casa…o aunque sea para aburrirse

 

VL: Hay manifestaciones clínicas consecuencia de estos cambios que han ganado espacio en las consultas. Hay algo que tiene que ver en lo psicopedagógico con la ansiedad infantil, que tiene que ver con algo que pareciera más de adulto.

 

LG: Hay irritabilidad, insomnio, stress, gastritis, depresión… Lo voy a ejemplificar con un pacientito concreto, de 9 años, que tiene un trastorno de ansiedad importante. Es un nene que tiene casi todo, y de las tecnologías lo que pida. Me decía ‘yo ya no sé a qué jugar, ya jugué a todo. Y creo que ya hice todo lo que se puede hacer en la vida’. El está aburrido siempre, y lo peor es que está convencido que en su cabeza no hay ideas, que si se corta la luz y se apaga todo lo electrónico, de su cabeza no va a salir ningún juego. Entonces hay que convencerlos que sus cabezas están llenas de ideas. Para divertirse no hace falta que todo en casa tenga que ver con el mousse, los botones, etc. Cuando les proponemos actividades como construir una choza, hacer un barrilete…se les dificulta pensar cómo, con qué elementos, con qué herramientas. Ese empobrecimiento de la imaginación y la fantasía no es lo que queremos: queremos chicos creativos

 

VL: retomando conceptos de Esteban Levin, me impactó esta frase “la hiper realidad de los juguetes llega al límite de lo siniestro: la play, la wi, los juguetes robotizados, son el adiós al ingenio, la destreza, la creatividad

 

LG: en épocas anteriores, jugar con muñecas no era como en este momento: la muñeca habla, camina, hace pi pi…

Uno no tiene nada que hacer mas que apretar botones. A la hora de tener que hacer algo, el chico no sabe qué hacer. Lo mismo pasaba con lo que nos sucedía, por ejemplo, en la escuela: si nos tocaba una maestra odiosa a la tarde nos juntábamos con dos o tres vecinas, armábamos el aula, le pegábamos gritos, le poníamos malas nota, en definitiva; hacíamos catarsis de lo vivido a la mañana. Esas cosas no te lo permite la tecnología. Te lo permite el juego con otros, y el juego simbólico y la imaginación. Creo que la tecnología nos ha quedado cómoda, y creo también que hay muchos papás adictos a la tecnología. Por eso es necesario que los adultos revisemos también qué modelo estamos siendo, si hemos dejado de jugar: ojalá que de adultos y de viejos podamos cumplir las dos cosas que hace un infante: jugar y aprender.

 

VL: Los adultos somos los que estamos contagiando a los chicos el frenesí. No podemos parar. Somos espejos de sus propias vidas.

 

LG: así es. El chico que quiere contarle algo al papá y el papá le dice ‘sí, te escucho’ pero está mirando el partido, no hay escucha. Y cuando no hay escucha. Y eso ya es motivo de que haga algún síntoma. Cualquier niño que se enferma, o que se despierta mucho de noche, no siempre es por un problema orgánico: es que están convocando a los padres, que tal vez durante el día no estuvieron con él.

 

VL: Nosotros, los adultos que hemos vivido una infancia sin estos recursos ¿aún podemos aplicar límites a esta invasión tecnológica

 

LG: Creo que la herramienta es maravillosa y no podemos no meternos. Es maravilloso poder encontrarse a través de facebook con compañeros que hace años uno no ve, pero por otro lado no me parece bueno esto de subir cualquier foto a la red, y otras cosas que llegan a ser peligrosas y por ese motivo no tenemos que dejar los chicos solos con esto. Esta herramienta tiene que ser conducida por los papás y para eso los papás tienen que estar empapados de la herramienta

 

VL: Los nativos pareciera que están reclamando la misma inmediatez en las respuestas personales que lo que consigue moviendo un mousse, parece que quieren hacer doble clik en todo. No pueden esperar, presentan intolerancia.

 

LG: esto tiene que ver tanto con esto como con la publicidad mediática. ‘llame ya’, ‘tenelo ya’, ‘no esperes’, ‘hacela fácil’. Creo que toda la publicidad está haciendo un imperativo del hoy como si el mañana no existiera, del pasala bien caiga quien caiga, adelgazá caminando con plantillas no con un esfuerzo. Los chicos están imbuidos en esto también. Por eso digo: reducir los problemas de la escuela a la invasión de lo tecnológico sería un análisis muy unilateral. Yo creo que hay muchísimos factores por los cuales la escuela está ‘haciendo agua’ y lejos de boicotearla, es importante que la ayudemos

 

VL: hablabas de que hoy los hijos les enseñan a sus padres, que se invirtió el proceso de enseñanza. ¿cómo afecta esto en la disciplina de los chicos y en la relación padre-hijo?

 

LG: creo que hay que recordar lo que decía Hegel en “El amo y el esclavo”: ¿quién es el amo? Y Hegel decía: “en realidad el amo es el esclavo, porque si los esclavos se van a la noche, el amo cuando se levanta a la mañana no tiene a quien darle una orden y deja de ser amo”. Si los chicos no val al aula, el docente cae como docente. Hay que convencerse que el saber no es de nadie, que hay cosas que los chicos saben antes que nosotros, y que en ese momento en que mi hijo me está hablando, que descubrió algo de los dinosaurios que yo no sabía, en ese momento él está en maestro y yo en alumno y ¿por qué no? Eso debería poder manejarse. Lo que sí, hay que permanentemente entrar en diálogo con los chicos porque ellos también deben entender que los padres, por haber vivido más, tenemos sabiduría que ellos no tienen, y que seguramente y ojalá, ellos aprendan a vivir mejor que nosotros, pero que hay un recorrido de vida que hay que hacerlo valer. No nos podemos poner en un escalón debajo de los chicos o en el mismo escalón como si fuéramos pares, porque ahí sí que la educación es imposible. Se contamina el límite, y los límites justamente están para dar identidad. Cuando hay un límite, hay un padre y hay un hijo. Y lamentablemente la post-modernidad tiene como un mensaje permanente de que borremos las diferencias desde la moda unisex, la igualdad del hombre y la mujer mal entendida. Esto de que todos somos iguales, en realidad: ¡viva la diferencia!

 

VL: En tu libro hablás de las adicciones debidas al abuso descontrolado de la tecnología. Hablanos un poco de esto

 

LG: El abuso descontrolado sería que la mayor parte de la vida del chico esté pasando por la pantalla, y que cuando la pantalla se apaga viene una especie de no saber qué hacer. Eso es un límite que hay que trabajar y en caso de que los papás no puedan poner esos límites, merece una consulta a un profesional, porque esto habla de un empobrecimiento vincular fundamentalmente, lingüístico y social. A los chicos les está costando mucho jugar en los recreos. Los recreos son verdaderas batallas campales donde hay lucha cuerpo a cuerpo, porque en el contraturno no están jugando como se hacía antes con la pelota, la bicicleta, etc. Hoy la mayoría de los chicos está encerrado por razones de seguridad, y de las rejas para adentro, en el mejor de los casos, hay algún hermanito para jugar –o para pelear, que también es bueno porque se aprende mucho- y las pantallas. Los papás debieran asegurar al menos dos veces por semana el juego con otros, el encuentro corporal. Yo siempre les pongo a los padres este ejemplo: el chico juega con la computadora, la computadora le gana. El puede insultarla, escupir patear y hasta romper. Si está jugando con un amigo, y el amigo le gana, no puede insultarlo, patearlo, etc, porque el amigo se va y no vuelve. ES EN EL ENCUENTRO CON EL OTRO DONDE NOS HUMANIZAMOS, APRENDEMOS VALORES, APRENDEMOS QUE EL OTRO EXISTE COMO SEMEJANTE DIFERENTE, APRENDO DE TOLERANCIA, DE PACIENCIA, DE ESPERAR EL TURNO, APRENDO A GANAR Y APRENDO A PERDER. LA MÁQUINA NO ME DA ESAS POSIBILIDADES. ENTONCES, LA VIDA NO PUEDE PASAR POR LAS MÁQUINAS

 

Participan los oyentes

          Creo que también los teléfonos celulares de alta gama están contribuyendo a lo que esta dispersión de los chicos que viven con los ojos y los oídos en el celular. Creo que los padres deben concientizar a los niños de hacerse responsables.

LG: Hay escuelas donde les hacen dejar a los chicos el celular cuando entran y se los devuelven a la salida, pero también hace falta el ejemplo del adulto: yo no le puedo decir a un chico que no lleve el celular si yo docente lo tengo y mando mensajes mientras ellos escriben

          A veces los padres, cuando su hijo manejan herramientas tecnológicas mejor que ellos se sienten orgullosos

LG: Uno entiende que son chicos inteligentes, pero creo que eso es otra discusión. No sé si los ‘nativos digitales’ nacen más inteligentes, se hacen más inteligentes, o si se trata de otra forma de inteligencia. Lo que puedo decir por lo que he estudiado, es que estos chicos han desarrollado el área conectivo perceptiva mucho más que nosotros, o sea que ellos, en lo que perciben y pueden conectar motrizmente son mucho más rápidos que nosotros. Pero siempre que un área del cerebro crece, es porque otra se viene chica, y la verdad es que la que viene disminuyendo en poder es la del pensamiento simbólico: la de poder inventar, ficcionar, idear sin la imagen adelante. Cuando una docente le da una hoja en blanco a un niño y pide que escriba un cuento o haga un dibujo, no tiene ningún botón para apretar. En realidad tiene que salir de la cabeza eso. una idea, una fantasía.

          Y lo que sí puedo decirles a los papás es que hay una relación directa entre la cantidad de lectura y las posibilidades de transitar la escuela sin dificultades, y tener una buena lectoescritura. Hay que estimularlos a leer de nuevo, llevarlos a que ellos elijan de vez en cuando aunque nos de bronca que elijan a gaturro. Lo importante es que aprendan a leer, que manejen la herramienta para que aparezca el gusto por ella

 

 

“ CRE CIMIENTO” de Enrique Orchansky (pediatra) y Liliana gonzalez (licenciada en pedagogía), Ed. El Boulevard

Es un libro que desearíamos que llegue a la mayor cantidad de padres posibles. Aunque en un libro nunca se encuentra la respuesta o la solución para lo que le está pasando a un hijo que está en problemas, también es cierto que el libro abre la cabeza, muestra distintos caminos, alerta acerca de algunas cosas que algunos papás no se dan cuenta. Este libro ha tenido una muy buena acogida por parte de los padres, que lejos de sentirse retados o culpabilizados se están comenzando a responsabilizar. Y de eso se trata. Nos gustaría ‘una vuelta de tuerca más’: bienvenidos los padres responsables, pero no alcanza. Queremos padres gozosos, que tengan apuro por volver a casa y que en el encuentro con los hijos se les dibuje una carita feliz.

 

LG: me despido con una frase de María Elena Walsh: “quiero cuentos, historietas y novelas pero no las que andan a botón. Yo las quiero de la mano de una abuela que me las lea en camisón”