29/10/2021 – Podemos morir antes de tiempo, si elegimos la muerte. De muchas maneras optamos por la muerte: cuando elegimos la violencia, o cuando optamos por la tristeza y la melancolía, o cuando dedicamos demasiado tiempo a la televisión o a internet. Todo eso es entrar en caminos que no nos llevan a ninguna parte y nos alejan de la vitalidad. A veces nos empeñamos en encontrar fuerza y seguridad en cosas exteriores, y estos falsos dioses se chupan toda nuestra fuerza, y poco a poco aparece el miedo, porque nada de eso nos salva. Para colmo, esas cosas nos vuelven obsesivos, temerosos, miedosos por cualquier cosa. En cambio, el que se deja llevar por el Espíritu siente la fortaleza adentro, en su intimidad, y puede enfrentarlo codo con gozo y paz en el Espíritu. Si uno crece bajo la acción del Espíritu, el paso de los años no nos hace sentir el desgaste sino una mayor fortaleza interior.
Por eso el que madura con el Espíritu, no quiere volver a la niñez o a la juventud, porque el tiempo que pasa lo ha hecho más fuerte. Sin el Espíritu, el tiempo que pasa es desgaste; pero con él es fuerza y vida.
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