Nosotros podemos elegir qué pensar y qué no

lunes, 11 de marzo de 2019

08/03/19- Marzo es un mes de estrenos en la programación. Los días viernes iniciamos un nuevo ciclo de psicoespiritualidad junto a la Lic. María Marta Bianco, Psicóloga, Coordinadora de Grupos, Docente Nivel Inicial, Animadora Pastoral Coordinadora general de PuenteClown, Payasos de Hospital. El tema en esta oportunidad fue: “Donde habitan nuestras mentes”.

Marimar comenzó la charla citando el pasaje del Evangelio donde Jesús es ungido por una mujer con un frasco de nardo puro. “Después de que la mujer unge a Jesús, enseguida empiezan las críticas desde la mente “Eso se podría haber vendido, que despilfarro”, la voz de la racionalidad, del juicio, de la crítica. Esta escena nos habla de lo que sucede en nuestra cabeza, cuando nuestra mente habita las sensaciones, rápidamente la mente empieza a catalogar, dándole una interpretación al estímulo. Esto es normal. Sin embargo muchas veces empezamos a divagar. Sigo en medio de diversos estímulos, pero como mi mente comenzó a divagar ya no los registro.”

La mente en blanco no existe

“La mente nunca va estar en blanco porque la esencia de la mente es pensar. Lo basal de la mente es pensar. Pero la buena noticia en los últimos tiempos, los neurocietíficos descubrieron que nuestra mente puede focalizar, orientarse y ser más feliz. Muchas veces el divague de la mente es interesante porque hasta puede ser creativo, pero cuando esto ocurre sin control, nos puede traer problemas como son los trastornos de ansiedad intensos.”

Permanecer en el presente

Cuando la mente errática se vuelve incontrolable es pernicioso para nuestra salud, y esto se da porque no estoy donde tengo que estar: en el momento presente. “Cuando la mente está divagando se va para atrás (pasado) o para adelante (futuro), estos son dos tiempos irreales, no estoy donde tengo que estar, aceptando con ecuanimidad lo que viene del afuera, sin críticas y sin juzgar.

¿Cómo se ejercita estar en el presente?

Hay que focalizar en el momento presente. Nos podemos ayudar describiendo lo que estamos haciendo en ese instante, “estoy comiendo, estoy manejando, me estoy bañando, etc”. También percibir ese momento con todos los sentidos. Luego tomarnos unos minutos para respirar y serenarme. Dejar que los pensamiento vengan, soltarlos y volver a lo que estoy haciendo. Nosotros podemos elegir qué pensar y qué no.

 

No te pierdas de escuchar la entrevista completa en la barra de audio debajo del título.