Padre Leocadio Galán Barrena: Esclavo de María y de los pobres

10/09/2021 –  Hoy, en “Historias de santidad”, conocimos la vida del Siervo de Dios Padre Leocadio Galán Barrena, sacerdote y párroco español, fundador del Instituto Religioso de los ‘Esclavos de María y de los Pobres‘.

Nos acompañó desde Roma, la doctora Silvia Correale, postuladora de la causa del padre Leocadio y el padre Arturo Ureña Suarez, Superior General de los Esclavos de María y de los Pobres, de España.

“El padre Leocadio nació en 1910 en un pueblo pequeño y creció en un ambiente religioso, muy pobre y humilde. Su madre se dedicaba a la limpieza de las casas y su padre era jornalero. A los 10 años ingresa al Seminario de Badajoz y, con mucho esfuerzo, por su frágil de salud, finaliza sus estudios. Tenía 21 años cuando se ordena sacerdote. Le gustaba mucho la música, componía canciones”, comenzó relatando el padre Arturo.

“Como sacerdote enseguida llega a Alcuéscar, en un contexto difícil donde lo religioso no era muy valorado y porque además estalla la guerra civil. Se encuentra con un pueblo muy pobre, que depende de la voluntad de los terratenientes y él, viendo la pobreza consecuencia de la guerra, la noche del 1 de agosto de 1939 se compromete, ante el Señor en el Sagrario y ante la imagen de la Virgen del Rosario, a dar su vida por los pobres”, nos contó el padre Arturo, quien conoció personalmente el Siervo de Dios.

“Tú para mí Señor y yo para los demás”

“El buscaba llenarse de Cristo, llenarse de Dios para darlo a los demás generosamente. La suya era una espiritualidad eminentemente eucarística, mariana y con un amor inmenso a la Iglesia”.

“El p. Leocadio decía que ‘la vida del esclavo es como una Misa” y solía repetir: “Hay que ser trigo molido en la cruz de los dolores y trabajos de cada día, para ser pan como fue Cristo”. 

Por su parte, la dra. Silvia Correale, postuladora de la causa de canonización, manifestó que se sintió conmovida por los fuertes testimonios que diversos testigos han acercado sobre la vida del padre Leocadio. En particular le impresionó la ‘crudeza’ del amor a los pobres por parte del Siervo de Dios. Él enseñaba que había que entregar todo a los pobres si lo piden, aún si nos quedamos sin nada: “Manifestaba una caridad heroica”, puntualizó.

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